/ viernes 24 de diciembre de 2021

¿El programa Sembrando Vida contribuye realmente a la lucha contra el cambio climático?

Un compromiso asumido por más de 120 países en la pasada COP 26 celebrada en Glasgow, es lograr una tasa cero de deforestación para el 2030, y con ello incrementar la captura de CO2 y contener el cambio climático.

El gobierno de México ha expresado que está implementando políticas y programas para ello, como el caso del programa Sembrando Vida. En este programa, cada beneficiario trabaja en una parcela de 2.5 hectáreas. En estas parcelas el uso principal del suelo es la producción de alimentos con el sistema de agricultura tradicional y además se les pide que lo combinen con plantación de árboles frutales o maderables. Si se plantan muchos árboles, éstos le darán sombra al cultivo agrícola y por lo tanto el número de árboles que se puede plantar en cada parcela es muy bajo.

Si por ejemplo, la propuesta en una parcela es combinar un cultivo agrícola con árboles de manzano, el número de árboles a plantar no podría ser mayor a 120 árboles por hectárea, para evitar que den sombra al cultivo agrícola. Un árbol de manzano promedio en producción puede alcanzar una altura de 5 metros y un diámetro de 30 cm. Con estas dimensiones, su volumen será de aproximadamente 0.226 m3 de madera, que equivale a 0.158 toneladas de biomasa. En los 120 árboles, el total de biomasa será entonces de 19 ton. por hectárea. Esta biomasa equivaldría a 35 ton de CO2 capturado por hectárea.

Si esas 2.5 hectáreas las reforestamos con pinos, como normalmente se hace en las áreas forestales y seleccionamos una densidad inicial de 2,500 plantas por hectárea, al llegar a la edad de 70 años los árboles podrían alcanzar 40 cm de diámetro y 25 m de altura, con lo cual en este tiempo se podría alcanzar una producción total 623 m3/ha de madera, que equivale a 280 toneladas de biomasa, considerando sus existencias finales y los volúmenes aprovechados. Sobre esta base, la cantidad de CO2 que un área reforestada podría capturar es de 514 toneladas por hectárea, contra las 35 toneladas por hectárea capturadas en una parcela del programa sembrando vida.

Es decir, con un programa de reforestación con especies nativas de pino, en áreas forestales, tenemos el potencial de capturar 15 veces más CO2 que con el programa sembrando vida, el cual es en esencia un programa de apoyo social a comunidades en áreas marginadas, ese es en realidad su valor y no la contribución a la captura de CO2, o a la restauración de ecosistemas.

Si analizamos además los costos, el establecimiento de una reforestación tradicional implica un costo aproximado de 18 mil pesos por hectárea, contra una inversión de 154 mil pesos por hectárea que costará en los seis años del programa sembrando vida, es decir 8.5 veces más, ya que en este programa cada beneficiario recibe 5 mil pesos mensuales por los seis años de la actual administración. Esto implica un presupuesto de 28 mil millones de pesos anuales en promedio.

Independientemente de la abismal diferencia de CO2 capturado en un sistema de reforestación tradicional, sabemos que un bosque restaurado no son sólo árboles, es todo un ecosistema integral que brinda importantes servicios ambientales como es la regulación del ciclo hidrológico, la protección de los suelos, la conservación de la biodiversidad y la belleza escénica; todos estos servicios ambientales no se tendrán con las parcelas del programa Sembrando Vida.

oestradam81@hotmail.com


Un compromiso asumido por más de 120 países en la pasada COP 26 celebrada en Glasgow, es lograr una tasa cero de deforestación para el 2030, y con ello incrementar la captura de CO2 y contener el cambio climático.

El gobierno de México ha expresado que está implementando políticas y programas para ello, como el caso del programa Sembrando Vida. En este programa, cada beneficiario trabaja en una parcela de 2.5 hectáreas. En estas parcelas el uso principal del suelo es la producción de alimentos con el sistema de agricultura tradicional y además se les pide que lo combinen con plantación de árboles frutales o maderables. Si se plantan muchos árboles, éstos le darán sombra al cultivo agrícola y por lo tanto el número de árboles que se puede plantar en cada parcela es muy bajo.

Si por ejemplo, la propuesta en una parcela es combinar un cultivo agrícola con árboles de manzano, el número de árboles a plantar no podría ser mayor a 120 árboles por hectárea, para evitar que den sombra al cultivo agrícola. Un árbol de manzano promedio en producción puede alcanzar una altura de 5 metros y un diámetro de 30 cm. Con estas dimensiones, su volumen será de aproximadamente 0.226 m3 de madera, que equivale a 0.158 toneladas de biomasa. En los 120 árboles, el total de biomasa será entonces de 19 ton. por hectárea. Esta biomasa equivaldría a 35 ton de CO2 capturado por hectárea.

Si esas 2.5 hectáreas las reforestamos con pinos, como normalmente se hace en las áreas forestales y seleccionamos una densidad inicial de 2,500 plantas por hectárea, al llegar a la edad de 70 años los árboles podrían alcanzar 40 cm de diámetro y 25 m de altura, con lo cual en este tiempo se podría alcanzar una producción total 623 m3/ha de madera, que equivale a 280 toneladas de biomasa, considerando sus existencias finales y los volúmenes aprovechados. Sobre esta base, la cantidad de CO2 que un área reforestada podría capturar es de 514 toneladas por hectárea, contra las 35 toneladas por hectárea capturadas en una parcela del programa sembrando vida.

Es decir, con un programa de reforestación con especies nativas de pino, en áreas forestales, tenemos el potencial de capturar 15 veces más CO2 que con el programa sembrando vida, el cual es en esencia un programa de apoyo social a comunidades en áreas marginadas, ese es en realidad su valor y no la contribución a la captura de CO2, o a la restauración de ecosistemas.

Si analizamos además los costos, el establecimiento de una reforestación tradicional implica un costo aproximado de 18 mil pesos por hectárea, contra una inversión de 154 mil pesos por hectárea que costará en los seis años del programa sembrando vida, es decir 8.5 veces más, ya que en este programa cada beneficiario recibe 5 mil pesos mensuales por los seis años de la actual administración. Esto implica un presupuesto de 28 mil millones de pesos anuales en promedio.

Independientemente de la abismal diferencia de CO2 capturado en un sistema de reforestación tradicional, sabemos que un bosque restaurado no son sólo árboles, es todo un ecosistema integral que brinda importantes servicios ambientales como es la regulación del ciclo hidrológico, la protección de los suelos, la conservación de la biodiversidad y la belleza escénica; todos estos servicios ambientales no se tendrán con las parcelas del programa Sembrando Vida.

oestradam81@hotmail.com