/ martes 26 de junio de 2018

El pueblo quiere justicia social

“El odio es una tendencia a aprovechar todas las ocasiones para perjudicar a los demás”.

Plutarco


Los pueblos han luchado durante toda la historia por la justicia, empero también grupos, partidos y personas han implementado sistemas para impedir la justicia social. La fuerza bruta, el homicidio, la enajenación política, la alienación confesional, el sexo, los deportes profesionales, las drogas y el tráfico de armas. Son sólo la punta del iceberg, que atenta y afecta a los pueblos trabajadores. En medio, como cruel aderezo, el odio entre hermanos. Reflexionemos con paciencia: ¿Qué buscan los codiciosos del poder público? ¿Por qué promueven la secesión de la sociedad a través de la feroz promoción política del odio?

Observar en los pasillos, plataformas, banquetas, escaleras de los hospitales a centenares de personas sufriendo por sus seres queridos que están internados en los hospitales. ¿A qué partido político, a cuál independiente, a cuál candidato le importa la justicia social, en este caso, por ejemplo? Basta de burlar la voluntad popular y “prometer que van a resolver todos los problemas de la nación”, basta de arrogarse poderes divinos(¿?) para cambiar a México. Esos embustes demagógicos ya no vencen ni convencen a nadie. El pueblo será severo juez de los que utilizan el odio para dividirnos e impedir que conquistemos la ansiada justicia.

No se construirá el nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, dijo el moreno, voy a tumbar la reforma educativa, voy a tumbar la reforma energética, voy a tumbar la reforma fiscal, voy a duplicar la pensión de los ancianos, voy, voy... ¿Y las leyes y los congresos? El que así se expresa tiene marcadas tendencias totalitarias y diametralmente opuestas a la justicia social. Respetable ciudadano, con su voto debe apoyar la lucha histórica por la justicia y por su apego a la ley. Ya no más autoritarismo ni ejercicio caprichoso del poder, que por cierto dimana de la voluntad popular.

Elevemos las banderas de la libertad, de la justicia y de la fraternidad. Somos una nación que tiene problemas, pero participando todos, poco a poco lograremos superarlos. Evitemos a los magos que empapan las conciencias con anarquía y cínica demagogia.


“El odio es una tendencia a aprovechar todas las ocasiones para perjudicar a los demás”.

Plutarco


Los pueblos han luchado durante toda la historia por la justicia, empero también grupos, partidos y personas han implementado sistemas para impedir la justicia social. La fuerza bruta, el homicidio, la enajenación política, la alienación confesional, el sexo, los deportes profesionales, las drogas y el tráfico de armas. Son sólo la punta del iceberg, que atenta y afecta a los pueblos trabajadores. En medio, como cruel aderezo, el odio entre hermanos. Reflexionemos con paciencia: ¿Qué buscan los codiciosos del poder público? ¿Por qué promueven la secesión de la sociedad a través de la feroz promoción política del odio?

Observar en los pasillos, plataformas, banquetas, escaleras de los hospitales a centenares de personas sufriendo por sus seres queridos que están internados en los hospitales. ¿A qué partido político, a cuál independiente, a cuál candidato le importa la justicia social, en este caso, por ejemplo? Basta de burlar la voluntad popular y “prometer que van a resolver todos los problemas de la nación”, basta de arrogarse poderes divinos(¿?) para cambiar a México. Esos embustes demagógicos ya no vencen ni convencen a nadie. El pueblo será severo juez de los que utilizan el odio para dividirnos e impedir que conquistemos la ansiada justicia.

No se construirá el nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, dijo el moreno, voy a tumbar la reforma educativa, voy a tumbar la reforma energética, voy a tumbar la reforma fiscal, voy a duplicar la pensión de los ancianos, voy, voy... ¿Y las leyes y los congresos? El que así se expresa tiene marcadas tendencias totalitarias y diametralmente opuestas a la justicia social. Respetable ciudadano, con su voto debe apoyar la lucha histórica por la justicia y por su apego a la ley. Ya no más autoritarismo ni ejercicio caprichoso del poder, que por cierto dimana de la voluntad popular.

Elevemos las banderas de la libertad, de la justicia y de la fraternidad. Somos una nación que tiene problemas, pero participando todos, poco a poco lograremos superarlos. Evitemos a los magos que empapan las conciencias con anarquía y cínica demagogia.