/ sábado 27 de abril de 2019

El reino del revés

Muchos sucesos que están pasando en México me recuerdan a la canción “El reino del revés”, de la escritora Argentina María Elena Walsh, en el que todas las cosas dan vueltas, nadie baila con los pies; un ladrón es vigilante y el otro juez y donde los perros se caen para arriba y no pueden bajar después, etc., era un cuento basado en la fantasía, pero hoy parece cobrar realidad. Me referiré sólo a un aspecto de la Reforma Educativa de López Obrador, es semejante al reino del revés la figura de que los niños de primero y segundo de primaria pasarán de año sin que se les califique mediante exámenes, esto es, se apliquen en aprender o no, igual aprobarán; luego entonces, ¿cómo se va a medir el aprendizaje recibido y cómo conocer las deficiencias que tengan los niños? Desde los primeros años debemos enseñar a la niñez que en la medida que nos esforcemos y trabajemos para ser mejores, mejorarán también nuestra persona y el entorno familiar y social. Si no inculcamos la importancia de las obligaciones, ¿cómo podemos esperar comunidades cimentadas en principios? entonces ¿para qué quejarse de la violencia, la falta de valores y de principios si nuestras autoridades están aprobando modelos de desaprendizaje de los mismos?; un buen ejemplo son los japoneses, a pesar de que han sido derrotados dos veces en las guerras mundiales, han resurgido como el ave Fénix de entre las cenizas, pero no ha sido por arte de magia o por casualidad, sino porque desde los primeros años de vida se inculcan valores y principios; a los niños en preescolar se les educa en derechos, pero también en las obligaciones de acuerdo a sus edades, son ellos mismos quienes se encargan de la limpieza de sus salones de clases y de mantenerla , además se les forma en el principio del respeto y de que todas las cosas tienen dueño y si algo no es tuyo, sin duda tiene otro propietario. No esperemos a ver cómo serán los resultados en este reino del revés, revisemos nuestros modelos de aprendizaje para tener un reino que nos permita accesar al desarrollo y al progreso.


Muchos sucesos que están pasando en México me recuerdan a la canción “El reino del revés”, de la escritora Argentina María Elena Walsh, en el que todas las cosas dan vueltas, nadie baila con los pies; un ladrón es vigilante y el otro juez y donde los perros se caen para arriba y no pueden bajar después, etc., era un cuento basado en la fantasía, pero hoy parece cobrar realidad. Me referiré sólo a un aspecto de la Reforma Educativa de López Obrador, es semejante al reino del revés la figura de que los niños de primero y segundo de primaria pasarán de año sin que se les califique mediante exámenes, esto es, se apliquen en aprender o no, igual aprobarán; luego entonces, ¿cómo se va a medir el aprendizaje recibido y cómo conocer las deficiencias que tengan los niños? Desde los primeros años debemos enseñar a la niñez que en la medida que nos esforcemos y trabajemos para ser mejores, mejorarán también nuestra persona y el entorno familiar y social. Si no inculcamos la importancia de las obligaciones, ¿cómo podemos esperar comunidades cimentadas en principios? entonces ¿para qué quejarse de la violencia, la falta de valores y de principios si nuestras autoridades están aprobando modelos de desaprendizaje de los mismos?; un buen ejemplo son los japoneses, a pesar de que han sido derrotados dos veces en las guerras mundiales, han resurgido como el ave Fénix de entre las cenizas, pero no ha sido por arte de magia o por casualidad, sino porque desde los primeros años de vida se inculcan valores y principios; a los niños en preescolar se les educa en derechos, pero también en las obligaciones de acuerdo a sus edades, son ellos mismos quienes se encargan de la limpieza de sus salones de clases y de mantenerla , además se les forma en el principio del respeto y de que todas las cosas tienen dueño y si algo no es tuyo, sin duda tiene otro propietario. No esperemos a ver cómo serán los resultados en este reino del revés, revisemos nuestros modelos de aprendizaje para tener un reino que nos permita accesar al desarrollo y al progreso.