/ martes 31 de mayo de 2022

El “servicio” de Aeroméxico 

La semana pasada me sucedieron una serie de eventos que vale la pena compartir. Me encontraba yo en Monterrey y decidí regresar a Chihuahua el mismo día, y resulta que la única manera de regresar por la tarde era “Aeroméxico” con una escala en la Ciudad de México. Para variar, y como costumbre, el vuelo de Monterrey a México se retrasó supuestamente 15 minutos, que resultó que nos tuvieron haciendo fila para entrar en el avión cerca de una hora. Ya dentro del avión, fueron cerca de 45 minutos para despegar. Llegando al aeropuerto de la Ciudad de México, intento ir a la conexión y uno de los guardias no me deja pasar a las conexiones porque ya estaba la hora de salida de mi vuelo a Chihuahua. Tuve que salir e ir al mostrador de Aeroméxico, esperé cerca de una hora para ser atendido. Lo primero que me dice el encargado ¡perdió su conexión! ¿correcto? Me reí un poco por el sarcasmo que compartió. Caminaba de un lado a otro, se metió en la computadora por espacio de unos 25 minutos y finalmente me dijo: “tengo un espacio en el primer vuelo de mañana”. Esto es a las 7 am. Le contesté, ¡adelante! Tardó otros 15 minutos y me entregó una serie de boletos, el boleto del avión, dos cupones para taxis a un hotel, dos cupones para cena y desayuno, y un cupón para hotel. Los cupones para el taxi eran de una compañía determinada, cuando camino hacia el mostrador de taxis, me doy cuenta de que había una fila como de treinta personas canjeando cupones. Después de media hora, llego y me dan dos boletos de taxi uno de ida y el otro para el regreso. Eso sí, para tomar el taxi había otra fila como de 60 personas, otros 45 minutos para que llegara al taxi. Me subo al taxi, y empieza a llevarme hacia el Hotel Fiesta Americana Viaducto, que en teoría estaba a 10-15 minutos del aeropuerto. Por un concierto cerca del aeropuerto, tardamos más de una hora en llegar. Eran ya pasadas las 12 de la noche, nos formamos nuevamente en fila para hacer la entrada al hotel, pasaron unos 20 minutos y la persona del mostrador nos pregunta: ¿Quién trae cupón de Aeroméxico?, varios levantamos la mano y nos dice: “ustedes ya no tienen cuarto, sólo los que traigan reserva personal, si quieren esperen a ver si alguien cancela, la aerolínea dio cupones de más, ¡siempre nos hacen lo mismo!, señaló el dependiente. ¡Esperamos unos 15 minutos y nos dice “ya no hay cuartos, los van a regresar al aeropuerto”, ya era cerca de la una de la mañana! Llegando al aeropuerto nos dirigimos a las ventanillas de Aeroméxico, no había personal. El guardia nos indicó donde estaba el supervisor, una persona llamada Juan. Había varios en la misma situación. Y nos dice: “pues no podemos hacer nada porque ya no hay cupo en los hoteles con los que tenemos convenio. Preguntamos, ¿y qué hacemos?, responde “pues consigan hotel y páguenlo ustedes, nosotros ya no podemos hacer nada”. Intento grabar lo que decía y se enoja y me dice: “a ti no te voy a atender”. Y efectivamente, ni la cara me daba. Salí del mostrador, me fui a los hoteles que están en el aeropuerto y ninguno tenía cuartos. En esos momentos eran ya las 2 de la mañana y me encuentro en la cafetería de la entrada del aeropuerto, donde, por cierto, me atendieron muy bien. Ahora deambulando por el aeropuerto sólo esperando a que den las 5:30 de la mañana para entrar a la sala donde es la salida del vuelo. Me habían sucedido eventos con Aeroméxico, pero este, no tiene… Espero que a ustedes no les suceda.

email: antonio.rios@tec.mx, miembro de la Asociación de Editorialistas de Chihuahua


La semana pasada me sucedieron una serie de eventos que vale la pena compartir. Me encontraba yo en Monterrey y decidí regresar a Chihuahua el mismo día, y resulta que la única manera de regresar por la tarde era “Aeroméxico” con una escala en la Ciudad de México. Para variar, y como costumbre, el vuelo de Monterrey a México se retrasó supuestamente 15 minutos, que resultó que nos tuvieron haciendo fila para entrar en el avión cerca de una hora. Ya dentro del avión, fueron cerca de 45 minutos para despegar. Llegando al aeropuerto de la Ciudad de México, intento ir a la conexión y uno de los guardias no me deja pasar a las conexiones porque ya estaba la hora de salida de mi vuelo a Chihuahua. Tuve que salir e ir al mostrador de Aeroméxico, esperé cerca de una hora para ser atendido. Lo primero que me dice el encargado ¡perdió su conexión! ¿correcto? Me reí un poco por el sarcasmo que compartió. Caminaba de un lado a otro, se metió en la computadora por espacio de unos 25 minutos y finalmente me dijo: “tengo un espacio en el primer vuelo de mañana”. Esto es a las 7 am. Le contesté, ¡adelante! Tardó otros 15 minutos y me entregó una serie de boletos, el boleto del avión, dos cupones para taxis a un hotel, dos cupones para cena y desayuno, y un cupón para hotel. Los cupones para el taxi eran de una compañía determinada, cuando camino hacia el mostrador de taxis, me doy cuenta de que había una fila como de treinta personas canjeando cupones. Después de media hora, llego y me dan dos boletos de taxi uno de ida y el otro para el regreso. Eso sí, para tomar el taxi había otra fila como de 60 personas, otros 45 minutos para que llegara al taxi. Me subo al taxi, y empieza a llevarme hacia el Hotel Fiesta Americana Viaducto, que en teoría estaba a 10-15 minutos del aeropuerto. Por un concierto cerca del aeropuerto, tardamos más de una hora en llegar. Eran ya pasadas las 12 de la noche, nos formamos nuevamente en fila para hacer la entrada al hotel, pasaron unos 20 minutos y la persona del mostrador nos pregunta: ¿Quién trae cupón de Aeroméxico?, varios levantamos la mano y nos dice: “ustedes ya no tienen cuarto, sólo los que traigan reserva personal, si quieren esperen a ver si alguien cancela, la aerolínea dio cupones de más, ¡siempre nos hacen lo mismo!, señaló el dependiente. ¡Esperamos unos 15 minutos y nos dice “ya no hay cuartos, los van a regresar al aeropuerto”, ya era cerca de la una de la mañana! Llegando al aeropuerto nos dirigimos a las ventanillas de Aeroméxico, no había personal. El guardia nos indicó donde estaba el supervisor, una persona llamada Juan. Había varios en la misma situación. Y nos dice: “pues no podemos hacer nada porque ya no hay cupo en los hoteles con los que tenemos convenio. Preguntamos, ¿y qué hacemos?, responde “pues consigan hotel y páguenlo ustedes, nosotros ya no podemos hacer nada”. Intento grabar lo que decía y se enoja y me dice: “a ti no te voy a atender”. Y efectivamente, ni la cara me daba. Salí del mostrador, me fui a los hoteles que están en el aeropuerto y ninguno tenía cuartos. En esos momentos eran ya las 2 de la mañana y me encuentro en la cafetería de la entrada del aeropuerto, donde, por cierto, me atendieron muy bien. Ahora deambulando por el aeropuerto sólo esperando a que den las 5:30 de la mañana para entrar a la sala donde es la salida del vuelo. Me habían sucedido eventos con Aeroméxico, pero este, no tiene… Espero que a ustedes no les suceda.

email: antonio.rios@tec.mx, miembro de la Asociación de Editorialistas de Chihuahua