/ martes 28 de junio de 2022

El sexenio de la destrucción 

La semana pasada tuve la oportunidad de escuchar a una politóloga reconocida, quien nos compartió hechos, puntos de vista y situaciones por las que pasa nuestro país. Aquí quise resaltar algunas de las notas que fueron recabadas en esa exposición.

Estamos en el sexenio de la destrucción, el Ejecutivo se ha dedicado a debilitar el pasado con una estrategia bastante cuestionada “quemó el bosque para dar lugar a nuevos árboles”, o lo que es lo mismo “arrasó para sembrar”. Y por lo que se ve, hasta la fecha no está construyendo nada nuevo. El esquema y mensaje diario es “aquí mando yo”. En los últimos tres años continúa y se incrementa la discrecionalidad, para beneficio propio y no del estado. Más que un gobierno es una narrativa, que continúa, a pesar de los malos resultados.

Y visualizando hacia el futuro, se mencionan cuatro tendencias marcadas de este sexenio; la centralización, la desinstitucionalización, estanflación y militarización.

En cuanto a la centralización se denota un Ejecutivo imperial con amplios poderes que intentan rehacer el aparato de Estado y lo justifica como necesario para el cambio supuesto, desmantelando al Estado en áreas de derechos humanos, ciencia, ecología, cultura, etc. Y con una justificación de reasignación de recursos hacia los más pobres y la verdad es que los recursos se están yendo a Pemex, al Ejército o a los proyectos como el famoso Tren Maya. Dejó pasar una oportunidad increíble de aprovechar la época de pandemia para reconstruir y esto lo pagarán nuestras futuras generaciones. Estaremos heredando de la famosa Cuatro Te la falta de capacidad para enfrentar los grandes problemas del país.

Durante la pandemia el gobierno ofreció apoyos a los vulnerables, cosa que no sucedió. Pareciera que “antes de chocar con el iceberg ordena acomodar las sillas”. Golpeó fuertemente a las pequeñas y medianas empresas, empeorando la situación económica. Un presidente que no entendió la gravedad de la situación. Y está dejando las grandes oportunidades mundiales de escasez, cadena de producción y su reubicación, insumos prioritarios, etc. Se visualiza un crecimiento muy bajo. No ha entendido que, si no hay crecimiento económico, no habrá recaudación, y si no hay recaudación, no hay gasto público, y por tanto más pobreza. México no crecerá, si no se vuelve más competitivo.

Probablemente lo más crítico está en la militarización del país. Actualmente casi doscientas actividades civiles las están llevando a cabo militares, aduanas, aeropuerto, Tren Maya, bancos, etc. ¿Qué nos toca? Convocar a no guardar silencio. Pensar y comentar sobre un solo país. México no es sólo los pobres. Por lo tanto, pensar en todos los estratos de México, en un solo país. Definitivamente es posible construir, sin destruir. Rechazar con datos e información, el populismo, la polarización y la posverdad.

Se requiere, para sobrepasar y enfrentar al Ejecutivo actual, contrapesos ciudadanos, el multipartidismo. Se requiere pensar bien en el candidato dejando a un lado el ego partidista. Un candidato que piense en unidad, capacidad de análisis, capacidad de movilización. Esto es, rebasar al Ejecutivo por la izquierda aprovechando los errores y la desesperación, y definitivamente dar ese viraje electoral que se necesita. ¡Sí se puede!

email: antonio.rios@tec.mx, miembro de la Asociación de Editorialistas de Chihuahua


La semana pasada tuve la oportunidad de escuchar a una politóloga reconocida, quien nos compartió hechos, puntos de vista y situaciones por las que pasa nuestro país. Aquí quise resaltar algunas de las notas que fueron recabadas en esa exposición.

Estamos en el sexenio de la destrucción, el Ejecutivo se ha dedicado a debilitar el pasado con una estrategia bastante cuestionada “quemó el bosque para dar lugar a nuevos árboles”, o lo que es lo mismo “arrasó para sembrar”. Y por lo que se ve, hasta la fecha no está construyendo nada nuevo. El esquema y mensaje diario es “aquí mando yo”. En los últimos tres años continúa y se incrementa la discrecionalidad, para beneficio propio y no del estado. Más que un gobierno es una narrativa, que continúa, a pesar de los malos resultados.

Y visualizando hacia el futuro, se mencionan cuatro tendencias marcadas de este sexenio; la centralización, la desinstitucionalización, estanflación y militarización.

En cuanto a la centralización se denota un Ejecutivo imperial con amplios poderes que intentan rehacer el aparato de Estado y lo justifica como necesario para el cambio supuesto, desmantelando al Estado en áreas de derechos humanos, ciencia, ecología, cultura, etc. Y con una justificación de reasignación de recursos hacia los más pobres y la verdad es que los recursos se están yendo a Pemex, al Ejército o a los proyectos como el famoso Tren Maya. Dejó pasar una oportunidad increíble de aprovechar la época de pandemia para reconstruir y esto lo pagarán nuestras futuras generaciones. Estaremos heredando de la famosa Cuatro Te la falta de capacidad para enfrentar los grandes problemas del país.

Durante la pandemia el gobierno ofreció apoyos a los vulnerables, cosa que no sucedió. Pareciera que “antes de chocar con el iceberg ordena acomodar las sillas”. Golpeó fuertemente a las pequeñas y medianas empresas, empeorando la situación económica. Un presidente que no entendió la gravedad de la situación. Y está dejando las grandes oportunidades mundiales de escasez, cadena de producción y su reubicación, insumos prioritarios, etc. Se visualiza un crecimiento muy bajo. No ha entendido que, si no hay crecimiento económico, no habrá recaudación, y si no hay recaudación, no hay gasto público, y por tanto más pobreza. México no crecerá, si no se vuelve más competitivo.

Probablemente lo más crítico está en la militarización del país. Actualmente casi doscientas actividades civiles las están llevando a cabo militares, aduanas, aeropuerto, Tren Maya, bancos, etc. ¿Qué nos toca? Convocar a no guardar silencio. Pensar y comentar sobre un solo país. México no es sólo los pobres. Por lo tanto, pensar en todos los estratos de México, en un solo país. Definitivamente es posible construir, sin destruir. Rechazar con datos e información, el populismo, la polarización y la posverdad.

Se requiere, para sobrepasar y enfrentar al Ejecutivo actual, contrapesos ciudadanos, el multipartidismo. Se requiere pensar bien en el candidato dejando a un lado el ego partidista. Un candidato que piense en unidad, capacidad de análisis, capacidad de movilización. Esto es, rebasar al Ejecutivo por la izquierda aprovechando los errores y la desesperación, y definitivamente dar ese viraje electoral que se necesita. ¡Sí se puede!

email: antonio.rios@tec.mx, miembro de la Asociación de Editorialistas de Chihuahua