/ martes 20 de julio de 2021

El tiempo apremia a la dictadura

Por: Sergio Armendáriz

“Cuando el fanatismo ha gangrenado el cerebro, la enfermedad es casi incurable”

Voltaire

Colocar el yugo a toda una nación, tan diversa, tan dividida, tan ofendida y tan engañada, es difícil, en muchas ocasiones el fracaso de las dictaduras que utilizan el fanatismo explota en el rostro de la camarilla que ostenta los favores de la corte de los lacayos amorales. Todo proceso socioeconómico tiene su inicio en la educación, de tal manera que la obligación fundamental del Estado es precisamente desarrollar planes y programas que integren la personalidad de los niños y jóvenes en un escenario de respeto, tanto de los mayores, como de las instituciones que nos rigen. Conocer el mundo de manera científica, laica y pertinente a los intereses de los discípulos. Construir la infraestructura adecuada, para que los alumnos estudien tranquilos, cómodos y con todos los medios didácticos, para lograr la excelencia en cada uno de ellos. Los anexos necesarios para las actividades prácticas y creadoras (salas de música, áreas deportivas, talleres y teatros al aire libre, entre otras). Reformar el mapa curricular de las escuelas formadoras de docentes, con nuevas tecnologías y capacitar y actualizar permanentemente a los docentes. Elevar el nivel de concatenación de los niveles educativos y descartar todo contenido inútil e impertinente.

Muchos volúmenes se han escrito de Pedagogía con diferentes tesis y enfoque, todos con las mejores intenciones, pero, al arribar al escenario actual, la realidad nos asusta y nos deprime. El régimen (transformador ¿?) se aleja de la educación y asigna un presupuesto miserable, para que los niños y jóvenes mexicanos penetren al ambiente de ignorancia, fanatismo y mediocridad. A los profesores los tiene atados a una bofetada de sueldo, pero eso sí, obligándolos a pagar puntualmente sus impuestos. Grandes sumas del erario van a parar a los líderes del SNTE y de la CNTE, para mantener controlados a más de un millón de trabajadores de la educación.

El colmo, mientras en todo el mundo hay una seria alarma por las nuevas amenazas de las variantes del Covid 19, incrementando medidas de carácter sanitario, el dictador con voz autoritaria anuncia que no hay condiciones que impidan el retorno a las escuelas de más de 30 millones de alumnos, ignorando deliberadamente los enormes riesgos de los contagios de la mortal enfermedad. El Herodes, perdón, el presidente tiene prisa en alienar a la población escolar, para que le rinda el tiempo y logre sus objetivos políticos. Los padres de familia tienen en sus hijos el mayor tesoro, pero bien educados reflexionarán en las ocurrencias y falacias del actual régimen destructor de las instituciones y de la nación misma.


Por: Sergio Armendáriz

“Cuando el fanatismo ha gangrenado el cerebro, la enfermedad es casi incurable”

Voltaire

Colocar el yugo a toda una nación, tan diversa, tan dividida, tan ofendida y tan engañada, es difícil, en muchas ocasiones el fracaso de las dictaduras que utilizan el fanatismo explota en el rostro de la camarilla que ostenta los favores de la corte de los lacayos amorales. Todo proceso socioeconómico tiene su inicio en la educación, de tal manera que la obligación fundamental del Estado es precisamente desarrollar planes y programas que integren la personalidad de los niños y jóvenes en un escenario de respeto, tanto de los mayores, como de las instituciones que nos rigen. Conocer el mundo de manera científica, laica y pertinente a los intereses de los discípulos. Construir la infraestructura adecuada, para que los alumnos estudien tranquilos, cómodos y con todos los medios didácticos, para lograr la excelencia en cada uno de ellos. Los anexos necesarios para las actividades prácticas y creadoras (salas de música, áreas deportivas, talleres y teatros al aire libre, entre otras). Reformar el mapa curricular de las escuelas formadoras de docentes, con nuevas tecnologías y capacitar y actualizar permanentemente a los docentes. Elevar el nivel de concatenación de los niveles educativos y descartar todo contenido inútil e impertinente.

Muchos volúmenes se han escrito de Pedagogía con diferentes tesis y enfoque, todos con las mejores intenciones, pero, al arribar al escenario actual, la realidad nos asusta y nos deprime. El régimen (transformador ¿?) se aleja de la educación y asigna un presupuesto miserable, para que los niños y jóvenes mexicanos penetren al ambiente de ignorancia, fanatismo y mediocridad. A los profesores los tiene atados a una bofetada de sueldo, pero eso sí, obligándolos a pagar puntualmente sus impuestos. Grandes sumas del erario van a parar a los líderes del SNTE y de la CNTE, para mantener controlados a más de un millón de trabajadores de la educación.

El colmo, mientras en todo el mundo hay una seria alarma por las nuevas amenazas de las variantes del Covid 19, incrementando medidas de carácter sanitario, el dictador con voz autoritaria anuncia que no hay condiciones que impidan el retorno a las escuelas de más de 30 millones de alumnos, ignorando deliberadamente los enormes riesgos de los contagios de la mortal enfermedad. El Herodes, perdón, el presidente tiene prisa en alienar a la población escolar, para que le rinda el tiempo y logre sus objetivos políticos. Los padres de familia tienen en sus hijos el mayor tesoro, pero bien educados reflexionarán en las ocurrencias y falacias del actual régimen destructor de las instituciones y de la nación misma.