/ sábado 6 de agosto de 2022

El trabajo de las brigadas contra incendios forestales

Por: Óscar Estrada Murrieta

Las y los combatientes de incendios forestales son de esos personajes a quienes no se les ha reconocido, como se debería, la gran aportación que hacen a la sociedad. Para ellos, la protección de los bosques, selvas, matorrales y pastizales, es su quehacer y su compromiso permanente. No importa lo difícil y peligroso que es este trabajo, siempre que se presenta un incendio forestal, ahí llegarán como la primera línea de combate.

Combatir incendios forestales no es para improvisados. A las brigadas se les da la capacitación adecuada para el trabajo que deben desempeñar. La gran diversidad de condiciones en las que se presentan estos incendios y el cambiante comportamiento del fuego, los obliga a tener conocimientos y entrenamiento muy especializados.

Una brigada básica se compone de un jefe o jefa de brigada y un número variable de combatientes, que generalmente son de ocho a doce integrantes. Cuentan con su vehículo equipado con sistema de radiocomunicación, así como herramientas y equipo especializado, entre ellos el inseparable rastrillo forestal.

Una vez que llega la temporada alta de incendios, ya no hay descanso. Los eventos se presentan en cualquier momento, en cualquier día. Los vigilantes ubicados en las torres de observación, son por lo general, los primeros en detectarlos. Ellos pasan el reporte con la ubicación, características, extensión estimada y probables rutas de acceso al jefe de la brigada que se ubica más cerca al incendio. A partir de ese momento se dirige la brigada a su combate, y ya no hay retorno. Por lo alejado de los lugares en que generalmente trabajan, en ocasiones se agotan los alimentos, el agua, o padecen la falta de atención oportuna cuando se enferman o llegan a sufrir un accidente. Debemos recordar, además, que realizando esta actividad, desafortunadamente se han perdido muchas vidas humanas.

Si se logra llegar al incendio cuando aún es pequeño en unas cuantas horas se puede controlar. Si las condiciones de acceso al lugar son difíciles, o si se presentan vientos fuertes, el incendio se extiende rápidamente, se sale de control y entonces puede tomar varios días o incluso hasta semanas de trabajo para combatirlo. En estas condiciones, es necesario el refuerzo con más personal, equipo, alimentos, agua, medicamentos y en casos más extremos, el auxilio de aviones o helicópteros especializados. Los brigadistas permanecen ahí, día y noche, alternando periodos de trabajo y de descanso, hasta que lo controlen totalmente, y cuando lo logran, es cuando verdaderamente saborean el descanso, y es el momento de regresar a casa, con sus familias.

Algo a destacar, es que cada vez son más las mujeres que participan en esta actividad. Desde combatientes, jefas de brigada, capacitadoras o en labores de coordinación. El pasado 11 de julio se celebró el Día Nacional del Combatiente de Incendios Forestales, con un evento en la ciudad de Chihuahua, en el que se hizo entrega de reconocimientos a brigadistas. Entre quienes lo recibieron estuvieron Fátima Paredes Martínez, brigadista originaria de San Juanito, y Blanca Flor Ciénega, que se desempeña como jefa de brigada.

Igual que ellas, hay más mujeres que trabajan en las brigadas y que expresan con mucho orgullo la labor que hacen, dicen, como guardianes de la naturaleza y protectoras de los bosques. Desde luego que ellas y todos los brigadistas, torreros, coordinadores y demás personal que se dedica a esta noble actividad merecen un mayor reconocimiento y nuestro agradecimiento, por la importante labor que realizan, al proteger este importante capital natural que son nuestros bosques, selvas y pastizales.

oestradam81@hotmail.com

Por: Óscar Estrada Murrieta

Las y los combatientes de incendios forestales son de esos personajes a quienes no se les ha reconocido, como se debería, la gran aportación que hacen a la sociedad. Para ellos, la protección de los bosques, selvas, matorrales y pastizales, es su quehacer y su compromiso permanente. No importa lo difícil y peligroso que es este trabajo, siempre que se presenta un incendio forestal, ahí llegarán como la primera línea de combate.

Combatir incendios forestales no es para improvisados. A las brigadas se les da la capacitación adecuada para el trabajo que deben desempeñar. La gran diversidad de condiciones en las que se presentan estos incendios y el cambiante comportamiento del fuego, los obliga a tener conocimientos y entrenamiento muy especializados.

Una brigada básica se compone de un jefe o jefa de brigada y un número variable de combatientes, que generalmente son de ocho a doce integrantes. Cuentan con su vehículo equipado con sistema de radiocomunicación, así como herramientas y equipo especializado, entre ellos el inseparable rastrillo forestal.

Una vez que llega la temporada alta de incendios, ya no hay descanso. Los eventos se presentan en cualquier momento, en cualquier día. Los vigilantes ubicados en las torres de observación, son por lo general, los primeros en detectarlos. Ellos pasan el reporte con la ubicación, características, extensión estimada y probables rutas de acceso al jefe de la brigada que se ubica más cerca al incendio. A partir de ese momento se dirige la brigada a su combate, y ya no hay retorno. Por lo alejado de los lugares en que generalmente trabajan, en ocasiones se agotan los alimentos, el agua, o padecen la falta de atención oportuna cuando se enferman o llegan a sufrir un accidente. Debemos recordar, además, que realizando esta actividad, desafortunadamente se han perdido muchas vidas humanas.

Si se logra llegar al incendio cuando aún es pequeño en unas cuantas horas se puede controlar. Si las condiciones de acceso al lugar son difíciles, o si se presentan vientos fuertes, el incendio se extiende rápidamente, se sale de control y entonces puede tomar varios días o incluso hasta semanas de trabajo para combatirlo. En estas condiciones, es necesario el refuerzo con más personal, equipo, alimentos, agua, medicamentos y en casos más extremos, el auxilio de aviones o helicópteros especializados. Los brigadistas permanecen ahí, día y noche, alternando periodos de trabajo y de descanso, hasta que lo controlen totalmente, y cuando lo logran, es cuando verdaderamente saborean el descanso, y es el momento de regresar a casa, con sus familias.

Algo a destacar, es que cada vez son más las mujeres que participan en esta actividad. Desde combatientes, jefas de brigada, capacitadoras o en labores de coordinación. El pasado 11 de julio se celebró el Día Nacional del Combatiente de Incendios Forestales, con un evento en la ciudad de Chihuahua, en el que se hizo entrega de reconocimientos a brigadistas. Entre quienes lo recibieron estuvieron Fátima Paredes Martínez, brigadista originaria de San Juanito, y Blanca Flor Ciénega, que se desempeña como jefa de brigada.

Igual que ellas, hay más mujeres que trabajan en las brigadas y que expresan con mucho orgullo la labor que hacen, dicen, como guardianes de la naturaleza y protectoras de los bosques. Desde luego que ellas y todos los brigadistas, torreros, coordinadores y demás personal que se dedica a esta noble actividad merecen un mayor reconocimiento y nuestro agradecimiento, por la importante labor que realizan, al proteger este importante capital natural que son nuestros bosques, selvas y pastizales.

oestradam81@hotmail.com