/ martes 20 de julio de 2021

El verdadero cambio

Por: Víctor Manuel Medina

“El poder tiende a corromper, el poder absoluto corrompe absolutamente”

(Lord Acton).

¿Cuándo veremos que en nuestra sociedad se está dando un verdadero cambio? No sólo en los niveles del pueblo, sino en todos los niveles de gobierno, que se supone deben encaminarse a la búsqueda del bien común.

Nuestra carta magna establece en su artículo 49 que “El Supremo Poder de la Federación se divide para su ejercicio en Legislativo, Ejecutivo y Judicial”. También indica que no podrán reunirse dos o más de estos poderes en una sola persona o corporación, ni depositarse el Legislativo en un individuo, el Poder Legislativo se deposita en un Congreso, el Poder Ejecutivo en un solo individuo y el Poder Judicial se deposita en órganos como la Suprema Corte de Justicia, el Tribunal Electoral, Tribunales Colegiados y Unitarios de Circuito y Juzgados.

Los tres poderes son autónomos y encargados de dar cumplimiento a los mandatos constitucionales que garantizan los derechos y prevén las obligaciones de todos los ciudadanos, y hay que recordar la autonomía que marca la Constitución en razón de personajes que olvidan la división de poderes y orientan sus acciones en la forma más irrespetuosa. Muestra de ello es la subordinación del Legislativo y Judicial al Ejecutivo.

Ya en anteriores colaboraciones hemos abordado el tema de la subordinación del Poder Legislativo al Poder Ejecutivo, que viola flagrantemente el mandato constitucional, ahora vemos con impotencia cómo se continúa con esta política de sometimiento al presenciar la forma en que las decisiones del Legislativo dependen de la fuerza que se tenga en el Congreso, mientras que las decisiones del Poder Judicial están muy de la mano con los deseos del Ejecutivo hasta en la forma e integración de sus órganos colegiados.

Las cuotas de poder privilegian el nombramiento de quienes encabezan o forman parte de muchos de los órganos considerados “autónomos” mientras los ciudadanos nos enjuagamos el dedo en la boca pensando en que los frutos de la democracia están plasmados en estas acciones de gobierno.

Los reclamos y las demandas de los líderes de organizaciones políticas y sociales, el repudio de la sociedad civil a este tipo de acciones manifiestan el absoluto rechazo por el nombramiento y aceptación del cargos públicos de quienes tradicionalmente han engañado al pueblo, han sido señalados como parte importante de la corrupción en que se desenvuelven los gobernantes y se han servido del presupuesto para obtener casas, terrenos, ranchos y privilegios a los cuales el común de los ciudadanos no tenemos acceso. ¡Al tiempo!!!...

Correo: vicmedina@hotmail.com


Por: Víctor Manuel Medina

“El poder tiende a corromper, el poder absoluto corrompe absolutamente”

(Lord Acton).

¿Cuándo veremos que en nuestra sociedad se está dando un verdadero cambio? No sólo en los niveles del pueblo, sino en todos los niveles de gobierno, que se supone deben encaminarse a la búsqueda del bien común.

Nuestra carta magna establece en su artículo 49 que “El Supremo Poder de la Federación se divide para su ejercicio en Legislativo, Ejecutivo y Judicial”. También indica que no podrán reunirse dos o más de estos poderes en una sola persona o corporación, ni depositarse el Legislativo en un individuo, el Poder Legislativo se deposita en un Congreso, el Poder Ejecutivo en un solo individuo y el Poder Judicial se deposita en órganos como la Suprema Corte de Justicia, el Tribunal Electoral, Tribunales Colegiados y Unitarios de Circuito y Juzgados.

Los tres poderes son autónomos y encargados de dar cumplimiento a los mandatos constitucionales que garantizan los derechos y prevén las obligaciones de todos los ciudadanos, y hay que recordar la autonomía que marca la Constitución en razón de personajes que olvidan la división de poderes y orientan sus acciones en la forma más irrespetuosa. Muestra de ello es la subordinación del Legislativo y Judicial al Ejecutivo.

Ya en anteriores colaboraciones hemos abordado el tema de la subordinación del Poder Legislativo al Poder Ejecutivo, que viola flagrantemente el mandato constitucional, ahora vemos con impotencia cómo se continúa con esta política de sometimiento al presenciar la forma en que las decisiones del Legislativo dependen de la fuerza que se tenga en el Congreso, mientras que las decisiones del Poder Judicial están muy de la mano con los deseos del Ejecutivo hasta en la forma e integración de sus órganos colegiados.

Las cuotas de poder privilegian el nombramiento de quienes encabezan o forman parte de muchos de los órganos considerados “autónomos” mientras los ciudadanos nos enjuagamos el dedo en la boca pensando en que los frutos de la democracia están plasmados en estas acciones de gobierno.

Los reclamos y las demandas de los líderes de organizaciones políticas y sociales, el repudio de la sociedad civil a este tipo de acciones manifiestan el absoluto rechazo por el nombramiento y aceptación del cargos públicos de quienes tradicionalmente han engañado al pueblo, han sido señalados como parte importante de la corrupción en que se desenvuelven los gobernantes y se han servido del presupuesto para obtener casas, terrenos, ranchos y privilegios a los cuales el común de los ciudadanos no tenemos acceso. ¡Al tiempo!!!...

Correo: vicmedina@hotmail.com