/ sábado 17 de marzo de 2018

Elecciones presidenciales 2018: ¿Es posible un fraude electoral? ¿Sí o no? (Primera parte)

“Los cínicos no sirven para el oficio del periodismo”

Ryszard Kapuscinski

 

Algunos intelectuales como el Dr. Bernardo Barranco piensan que sí es posible y probable, lo documenta ampliamente en su libro “El infierno electoral” el fraude del Estado de México en el 2017 y las próximas elecciones del 2018, Editorial Grijalbo 2018.   Héctor Aguilar Camín (A.C.) piensa lo contrario, que el fraude es imposible, ver: “El tamaño del fraude que espera AMLO”, 13 de marzo de 2018 en milenio.com, argumenta A.C. que el fraude electoral no es posible porque: “El INE y el Trife tendrían que dejar pasar por sus controles 6 millones 800 mil votos producto del fraude… tendrían que meterlos y sacarlos de las urnas, los gobiernos locales, el gobierno federal, los otros partidos, los empresarios cómplices, los funcionarios de casilla comprados, los vigilantes de casilla coludidos, los autores del conteo rápido, los alimentadores del PREP, los consejeros del INE, los jueces del Tribunal Federal Electoral y finalmente los medios, que se harían de la vista gorda ante este fraude”.    Todo esto que dice A.C. que no es posible en el México actual, me recuerda a un chiste: Un borracho se estaba orinando en el patio de la Catedral, llega un policía y le dice que no se puede orinar en el patio de la iglesia, porque está prohibido, el borracho tranquilamente le responde: ¿No se puede? Qué raro, porque yo sí estoy pudiendo… todo lo que A.C. dice que no es posible sin presentar más argumentos ni hechos que su dicho: porque las leyes lo prohíben en México, ha sido posible, eso y más.

El fraude electoral del 2018 es como el “Big Brother”, las reglas cambian, es el mismo fraude, pero más sofisticado, y por lo tanto, más difícil de identificar, de combatir, dije difícil, no imposible, combatirlo es posible y necesario, ¿cómo?, en primer lugar, dando a conocer algunos hechos, no opiniones, de lo que fue el  ensayo  general  del fraude electoral en el Estado de México, porque en el periodismo, como dice el periodista, historiador, escritor y ensayista R. Kapuscinski: La primera regla es distinguir los hechos de la opinión, ¿cuáles son los hechos?

Del libro de Barranco tomaré en mi próxima entrega, algunos ejemplos concretos, de lo que él califica como “una elección de Estado”, un fraude diseñado y operado desde las más altas esferas del poder, del gobierno federal, auxiliado con algunos gobiernos estatales y municipales, congresos locales, órganos electorales locales y nacionales, tribunales electorales, empresarios que aportan recursos o logística, policías federales, estatales y municipales, incluyendo métodos propios del crimen organizado, terrorismo electoral, como falsos citatorios de la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales (Fepade), PGR, amenazas telefónicas, cabezas de cerdo en sedes partidarias y casillas electorales, coronas funerarias, volantes amenazantes lanzados desde helicópteros en actos públicos, “levantones” de activistas de la oposición, cientos de llamadas intimidatorias a funcionarios de casillas, anuncios falsamente firmados por el IEE del Estado de México, en que se “recomendaban” medidas de seguridad en caso de presentarse una balacera, y la complicidad de muchos medios de comunicación, que informan de manera parcial, sesgada y fuera de contexto.

Mi solidaridad con el gobernador Javier Corral, que denuncia la complicidad de EPN PGR PRI, ante el caso de no ejercicio de la acción penal de la procuraduría, contra el exgobernador César Duarte, aún prófugo de la justicia, en los expedientes con presuntos delitos graves, que de comprobarse, podrían llevarlo a la cárcel.

No hay más democracia que la que se hace.

“Los cínicos no sirven para el oficio del periodismo”

Ryszard Kapuscinski

 

Algunos intelectuales como el Dr. Bernardo Barranco piensan que sí es posible y probable, lo documenta ampliamente en su libro “El infierno electoral” el fraude del Estado de México en el 2017 y las próximas elecciones del 2018, Editorial Grijalbo 2018.   Héctor Aguilar Camín (A.C.) piensa lo contrario, que el fraude es imposible, ver: “El tamaño del fraude que espera AMLO”, 13 de marzo de 2018 en milenio.com, argumenta A.C. que el fraude electoral no es posible porque: “El INE y el Trife tendrían que dejar pasar por sus controles 6 millones 800 mil votos producto del fraude… tendrían que meterlos y sacarlos de las urnas, los gobiernos locales, el gobierno federal, los otros partidos, los empresarios cómplices, los funcionarios de casilla comprados, los vigilantes de casilla coludidos, los autores del conteo rápido, los alimentadores del PREP, los consejeros del INE, los jueces del Tribunal Federal Electoral y finalmente los medios, que se harían de la vista gorda ante este fraude”.    Todo esto que dice A.C. que no es posible en el México actual, me recuerda a un chiste: Un borracho se estaba orinando en el patio de la Catedral, llega un policía y le dice que no se puede orinar en el patio de la iglesia, porque está prohibido, el borracho tranquilamente le responde: ¿No se puede? Qué raro, porque yo sí estoy pudiendo… todo lo que A.C. dice que no es posible sin presentar más argumentos ni hechos que su dicho: porque las leyes lo prohíben en México, ha sido posible, eso y más.

El fraude electoral del 2018 es como el “Big Brother”, las reglas cambian, es el mismo fraude, pero más sofisticado, y por lo tanto, más difícil de identificar, de combatir, dije difícil, no imposible, combatirlo es posible y necesario, ¿cómo?, en primer lugar, dando a conocer algunos hechos, no opiniones, de lo que fue el  ensayo  general  del fraude electoral en el Estado de México, porque en el periodismo, como dice el periodista, historiador, escritor y ensayista R. Kapuscinski: La primera regla es distinguir los hechos de la opinión, ¿cuáles son los hechos?

Del libro de Barranco tomaré en mi próxima entrega, algunos ejemplos concretos, de lo que él califica como “una elección de Estado”, un fraude diseñado y operado desde las más altas esferas del poder, del gobierno federal, auxiliado con algunos gobiernos estatales y municipales, congresos locales, órganos electorales locales y nacionales, tribunales electorales, empresarios que aportan recursos o logística, policías federales, estatales y municipales, incluyendo métodos propios del crimen organizado, terrorismo electoral, como falsos citatorios de la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales (Fepade), PGR, amenazas telefónicas, cabezas de cerdo en sedes partidarias y casillas electorales, coronas funerarias, volantes amenazantes lanzados desde helicópteros en actos públicos, “levantones” de activistas de la oposición, cientos de llamadas intimidatorias a funcionarios de casillas, anuncios falsamente firmados por el IEE del Estado de México, en que se “recomendaban” medidas de seguridad en caso de presentarse una balacera, y la complicidad de muchos medios de comunicación, que informan de manera parcial, sesgada y fuera de contexto.

Mi solidaridad con el gobernador Javier Corral, que denuncia la complicidad de EPN PGR PRI, ante el caso de no ejercicio de la acción penal de la procuraduría, contra el exgobernador César Duarte, aún prófugo de la justicia, en los expedientes con presuntos delitos graves, que de comprobarse, podrían llevarlo a la cárcel.

No hay más democracia que la que se hace.