/ jueves 12 de abril de 2018

Ella inglesa y él guatemalteco

“Sólo el hombre obstaculiza la felicidad, destruyendo lo que en realidad pudiera ser”

- John Dryden -

La empresa East Bay Sanctuary Covenant, ubicada en Berkeley California y fundada en 1982, brinda un programa de derechos para refugiados quienes por alguna causa huyen de su país por persecución o por condiciones de violencia que atentan contra su integridad. En esta empresa laboraba Leanna Marie, una bella joven de origen inglés junto con un grupo de personas de diversas nacionalidades que guardan en común el deseo de ayudar. En esta importante organización Leanna conoció en el 2009 a Marcos Sac, un joven guatemalteco de aspecto humilde con los rasgos característicos de los hombres de los pueblos de Centroamérica, quien enseñó a la británica a hablar en español. Del contacto constante surgió un sentimiento que iba más allá de la amistad y que los llevó a hacerse pareja sentimental, el noviazgo había iniciado. Para el 2013 dicho noviazgo se convirtió en matrimonio, meses después su hogar se vio incrementado con la llegada de la pequeña Gwendolyn. Hoy en día Leanna y Marcos están separados y llevan una buena relación. Ella estudia para abogada y él trabaja en una empresa de tránsito.

Los padres de Leanna, envueltos en un desprecio incomprensible, nunca estuvieron de acuerdo con la relación sentimental de su hija con Marcos, de hecho, no acudieron a la boda, esto, aunque no fue impedimento para el enlace, siempre significó una tristeza silenciosa para la chica.

Cuando las fotografías de la boda fueron publicadas en las redes sociales generaron un alud de comentarios racistas que de alguna manera lastimaron a la pareja cuyo único pecado fue haberse enamorado. ¿Hay algo de malo en eso?

Aunque actualmente el racismo es condenado en todo el mundo, situaciones como la desaprobación de la sociedad de una relación entre un hombre y una mujer por cuestiones de raza o credo siguen presentándose sin entender aún que lo que más se requiere en este globalizado universo es el amor y la unión familiar sin importar las características físicas de las personas. Cada quien es libre de ser feliz como le venga en gana. Pos luego.

Desde lo más sincero de mi ser deseo enormemente que Leanna y Marcos vuelvan a estar juntos, seguro que sí.

“Sólo el hombre obstaculiza la felicidad, destruyendo lo que en realidad pudiera ser”

- John Dryden -

La empresa East Bay Sanctuary Covenant, ubicada en Berkeley California y fundada en 1982, brinda un programa de derechos para refugiados quienes por alguna causa huyen de su país por persecución o por condiciones de violencia que atentan contra su integridad. En esta empresa laboraba Leanna Marie, una bella joven de origen inglés junto con un grupo de personas de diversas nacionalidades que guardan en común el deseo de ayudar. En esta importante organización Leanna conoció en el 2009 a Marcos Sac, un joven guatemalteco de aspecto humilde con los rasgos característicos de los hombres de los pueblos de Centroamérica, quien enseñó a la británica a hablar en español. Del contacto constante surgió un sentimiento que iba más allá de la amistad y que los llevó a hacerse pareja sentimental, el noviazgo había iniciado. Para el 2013 dicho noviazgo se convirtió en matrimonio, meses después su hogar se vio incrementado con la llegada de la pequeña Gwendolyn. Hoy en día Leanna y Marcos están separados y llevan una buena relación. Ella estudia para abogada y él trabaja en una empresa de tránsito.

Los padres de Leanna, envueltos en un desprecio incomprensible, nunca estuvieron de acuerdo con la relación sentimental de su hija con Marcos, de hecho, no acudieron a la boda, esto, aunque no fue impedimento para el enlace, siempre significó una tristeza silenciosa para la chica.

Cuando las fotografías de la boda fueron publicadas en las redes sociales generaron un alud de comentarios racistas que de alguna manera lastimaron a la pareja cuyo único pecado fue haberse enamorado. ¿Hay algo de malo en eso?

Aunque actualmente el racismo es condenado en todo el mundo, situaciones como la desaprobación de la sociedad de una relación entre un hombre y una mujer por cuestiones de raza o credo siguen presentándose sin entender aún que lo que más se requiere en este globalizado universo es el amor y la unión familiar sin importar las características físicas de las personas. Cada quien es libre de ser feliz como le venga en gana. Pos luego.

Desde lo más sincero de mi ser deseo enormemente que Leanna y Marcos vuelvan a estar juntos, seguro que sí.