/ miércoles 18 de mayo de 2022

Empleo y marginación

En las últimas semanas he atestiguado lo desvalida que se encuentra la población de Ucrania, antes los embates de la agresión rusa. Esto no quita de mi mente las imágenes de las familias, con niños y ancianos enseguida de las ruinas en que dejaron las bombas sus viviendas. Es desgarrador. Ustedes me disculparán, no pude evitar trasladarme a nuestro país, a esas zonas marginadas, donde las viviendas son de cartón, no existe agua ni drenaje y la electricidad se obtiene con “diablitos”. ¿Qué es lo que estamos haciendo por ellos? Yo los veo igualmente desvalidos, igualmente desprotegidos. Porque a lo anterior debemos sumarle la falta de medicamentos y de atención médica.

Actualmente en México existen arriba de 35.7 millones de la población con pobreza alimentaria laboral. Antes de la pandemia eran 21.7 millones. Estas son personas que aun teniendo un trabajo no alcanzan a alimentar a todos los miembros de su familia. Ahora sumemos que la inflación de la canasta alimentaria subió un 12 por ciento en el mes de abril de este año, ¿dónde quedan estas personas?

La inflación oficial la sitúan en un 7.73 por ciento, sin embargo, la alimentaria es de cerca del 20 por ciento anual (Ceneval). ¿De qué sirven los tan sonados aumentos al salario mínimo?

¿Cuáles son las soluciones propuestas por el actual gobierno federal, en cuanto a empleos?

Para empezar debemos aclarar que los programas políticos electorales dependen de la suficiencia presupuestaria para su existencia. Por lo tanto, son efímeros. Cambia el gobierno, se acaba el empleo.

Programa Sembrando Vida fracasa por mantener en la pobreza a sus beneficiarios, ya que no cambian de fondo la calidad de vida de los beneficiarios y terminan siendo programas orientados a la construcción electoral.

La importancia de un empleo bien remunerado radica en que con esto una persona se vuelve productiva, cuida su trabajo (se acaba el “san lunes”, que es una manifestación de que no le importa perder su trabajo, al fin que no gana lo suficiente), y a su empresa. Por añadidura se vuelve responsable socialmente, ya que tiene mucho que perder. Esta es la verdadera solución a la criminalidad y la violencia.

En los países desarrollados se evolucionó en cuanto al trabajo con condiciones laborales casi ideales, lo que se consiguió mediante incrementos en la productividad de los trabajadores. En nuestros países subdesarrollados se buscó un atajo a esta evolución, implementando condiciones de seguridad social como el Seguro Social, el ISSSTE, el Infonavit, además de leyes laborales que hacen casi imposible el despedir un trabajador. El resultado de estas medidas ha sido un empleo formal mal pagado y con altas tasas de subempleo y de empleo informal. Las empresas temen emplear trabajadores y cuando lo hacen quitan del salario del propio trabajador lo que les costaría si el trabajador los demanda.

Esta inseguridad jurídica laboral se suma a la falta de confianza en el sistema que no respeta el Estado de derecho y con ello la fragilidad de los contratos.


Maestro en Finanzas. Economista



En las últimas semanas he atestiguado lo desvalida que se encuentra la población de Ucrania, antes los embates de la agresión rusa. Esto no quita de mi mente las imágenes de las familias, con niños y ancianos enseguida de las ruinas en que dejaron las bombas sus viviendas. Es desgarrador. Ustedes me disculparán, no pude evitar trasladarme a nuestro país, a esas zonas marginadas, donde las viviendas son de cartón, no existe agua ni drenaje y la electricidad se obtiene con “diablitos”. ¿Qué es lo que estamos haciendo por ellos? Yo los veo igualmente desvalidos, igualmente desprotegidos. Porque a lo anterior debemos sumarle la falta de medicamentos y de atención médica.

Actualmente en México existen arriba de 35.7 millones de la población con pobreza alimentaria laboral. Antes de la pandemia eran 21.7 millones. Estas son personas que aun teniendo un trabajo no alcanzan a alimentar a todos los miembros de su familia. Ahora sumemos que la inflación de la canasta alimentaria subió un 12 por ciento en el mes de abril de este año, ¿dónde quedan estas personas?

La inflación oficial la sitúan en un 7.73 por ciento, sin embargo, la alimentaria es de cerca del 20 por ciento anual (Ceneval). ¿De qué sirven los tan sonados aumentos al salario mínimo?

¿Cuáles son las soluciones propuestas por el actual gobierno federal, en cuanto a empleos?

Para empezar debemos aclarar que los programas políticos electorales dependen de la suficiencia presupuestaria para su existencia. Por lo tanto, son efímeros. Cambia el gobierno, se acaba el empleo.

Programa Sembrando Vida fracasa por mantener en la pobreza a sus beneficiarios, ya que no cambian de fondo la calidad de vida de los beneficiarios y terminan siendo programas orientados a la construcción electoral.

La importancia de un empleo bien remunerado radica en que con esto una persona se vuelve productiva, cuida su trabajo (se acaba el “san lunes”, que es una manifestación de que no le importa perder su trabajo, al fin que no gana lo suficiente), y a su empresa. Por añadidura se vuelve responsable socialmente, ya que tiene mucho que perder. Esta es la verdadera solución a la criminalidad y la violencia.

En los países desarrollados se evolucionó en cuanto al trabajo con condiciones laborales casi ideales, lo que se consiguió mediante incrementos en la productividad de los trabajadores. En nuestros países subdesarrollados se buscó un atajo a esta evolución, implementando condiciones de seguridad social como el Seguro Social, el ISSSTE, el Infonavit, además de leyes laborales que hacen casi imposible el despedir un trabajador. El resultado de estas medidas ha sido un empleo formal mal pagado y con altas tasas de subempleo y de empleo informal. Las empresas temen emplear trabajadores y cuando lo hacen quitan del salario del propio trabajador lo que les costaría si el trabajador los demanda.

Esta inseguridad jurídica laboral se suma a la falta de confianza en el sistema que no respeta el Estado de derecho y con ello la fragilidad de los contratos.


Maestro en Finanzas. Economista