/ jueves 26 de noviembre de 2020

Empresarios y empleados en épocas de pandemia

“El trabajo y la lucha llaman siempre a los mejores”: Séneca

En estos andares de la vida tengo amigos y conocidos que son empresarios, otros que se dicen empresarios, pero dista mucho de que en realidad lo sean y otros más que no han tenido la oportunidad o simple y sencillamente no les interesa serlo, como empleados son felices.

Arrancar los motores de una empresa conlleva contar con determinada cantidad de recursos monetarios (propios o prestados), materia prima, equipo, personal, creatividad y conocimientos del área que se quiere emprender, la mezcla eficiente de todos estos elementos pudiera encaminar a una empresa exitosa si se tienen las condiciones económicas normales en el país. Hoy en día, en que nos encontramos en medio de una pandemia de un mortal virus que no cede en sus contagios, las condiciones para un nuevo empresario se tornan prácticamente imposibles o al menos muy difíciles, sin embargo muchos visionarios que hoy son todos unos hombres de negocio detectaron, en su momento, que en el terreno de la dificultad se presentan las grandes oportunidades, la cuestión es estar siempre atentos y asumir determinado riesgo.

El entorno de un empresario siempre estará rodeado de retos y esto implica la necesidad de ser flexibles para que los cambios no perjudiquen a la entidad económica que con esfuerzo han edificado y que otorga empleo a varias personas de la comunidad.

Una pandemia difícilmente estaba considerada en los planes y las expectativas de los empresarios; de acuerdo con los datos proporcionados por los registros del Instituto Mexicano del Seguro Social en últimas fechas, la caída del empleo (formal) se ha dado en un 5% (el informal oscila entre un 28 a 30%), y aunque la recuperación se ha presentado, todavía falta bastante para que esos doce millones de personas que perdieron su fuente de ingresos debido a los tiempos de la nueva normalidad vuelvan a activarse en su totalidad, la mitad ya lo hizo, aunque muchos parcialmente.

Las empresas enfrentan la gran necesidad de organizarse para adecuar y reactivar su actividad después de los estragos del Covid-19; su planeación estratégica, en donde determinarán fortalezas y debilidades, será específica para cada entidad de acuerdo con el giro en el que se encuentra; unas resurgirán paulatinamente y otras reiniciarán operaciones con un perfil muy diferente al de meses atrás y esto tendrá que ser de forma solidaria entre empresarios y empleados. El filósofo y economista Henry Hazlitt sostenía que cuando el empresario tiene como finalidad el facilitar empleo, la necesidad pasa a ser una cuestión secundaria. Pues eso.

Punto y aparte

Y sin salirnos mucho del tema resulta y resalta que la propuesta de la flamante Secretaría del Trabajo de nuestro país de eliminar el outsourcing (subcontratación) traerá como consecuencia poner en riesgo más de 4 millones de empleos (según datos de Coparmex), gran parte del sector maquilador. Ahí la lleva la Súper 4T.

Secretario de la Asociación de Editorialistas de Chihuahua




“El trabajo y la lucha llaman siempre a los mejores”: Séneca

En estos andares de la vida tengo amigos y conocidos que son empresarios, otros que se dicen empresarios, pero dista mucho de que en realidad lo sean y otros más que no han tenido la oportunidad o simple y sencillamente no les interesa serlo, como empleados son felices.

Arrancar los motores de una empresa conlleva contar con determinada cantidad de recursos monetarios (propios o prestados), materia prima, equipo, personal, creatividad y conocimientos del área que se quiere emprender, la mezcla eficiente de todos estos elementos pudiera encaminar a una empresa exitosa si se tienen las condiciones económicas normales en el país. Hoy en día, en que nos encontramos en medio de una pandemia de un mortal virus que no cede en sus contagios, las condiciones para un nuevo empresario se tornan prácticamente imposibles o al menos muy difíciles, sin embargo muchos visionarios que hoy son todos unos hombres de negocio detectaron, en su momento, que en el terreno de la dificultad se presentan las grandes oportunidades, la cuestión es estar siempre atentos y asumir determinado riesgo.

El entorno de un empresario siempre estará rodeado de retos y esto implica la necesidad de ser flexibles para que los cambios no perjudiquen a la entidad económica que con esfuerzo han edificado y que otorga empleo a varias personas de la comunidad.

Una pandemia difícilmente estaba considerada en los planes y las expectativas de los empresarios; de acuerdo con los datos proporcionados por los registros del Instituto Mexicano del Seguro Social en últimas fechas, la caída del empleo (formal) se ha dado en un 5% (el informal oscila entre un 28 a 30%), y aunque la recuperación se ha presentado, todavía falta bastante para que esos doce millones de personas que perdieron su fuente de ingresos debido a los tiempos de la nueva normalidad vuelvan a activarse en su totalidad, la mitad ya lo hizo, aunque muchos parcialmente.

Las empresas enfrentan la gran necesidad de organizarse para adecuar y reactivar su actividad después de los estragos del Covid-19; su planeación estratégica, en donde determinarán fortalezas y debilidades, será específica para cada entidad de acuerdo con el giro en el que se encuentra; unas resurgirán paulatinamente y otras reiniciarán operaciones con un perfil muy diferente al de meses atrás y esto tendrá que ser de forma solidaria entre empresarios y empleados. El filósofo y economista Henry Hazlitt sostenía que cuando el empresario tiene como finalidad el facilitar empleo, la necesidad pasa a ser una cuestión secundaria. Pues eso.

Punto y aparte

Y sin salirnos mucho del tema resulta y resalta que la propuesta de la flamante Secretaría del Trabajo de nuestro país de eliminar el outsourcing (subcontratación) traerá como consecuencia poner en riesgo más de 4 millones de empleos (según datos de Coparmex), gran parte del sector maquilador. Ahí la lleva la Súper 4T.

Secretario de la Asociación de Editorialistas de Chihuahua