/ miércoles 8 de junio de 2022

¡En sus marcas, listos, fuera!

Por: Sebastián Sáenz Nieto

Los comicios llevados a cabo el pasado domingo dan mucho que pensar.

Si nos remontamos al inicio de esta polémica, podemos encontrar desde antes del 2018 una propuesta diferente que ha formado líderes populares. Con un mensaje estructurado por el cambio, el adiós a la corrupción y a esa ineficiencia de la clase política conformada por los mismos de siempre. De ahí se fue dando una transición gradual a través de cada elección que al domingo cinco hizo más notoria la ocupación en el mapa electoral.

Los grandes se encogieron, y el pequeño se logró acrecentar, lo que implicó pérdida para unos y ganancia para otros en dinero, terreno y operatividad.

¿Qué pudimos observar durante esta contienda?

Intervención clara por parte del ejecutivo, cosa que no es para nada nueva. En épocas donde Carlos Denegri era la Marilyn Monroe de la política mexicana hasta el día de hoy, esta actuación se ha estandarizado en el electorado. Tristemente no es el único, el crimen organizado también saca sus cartas y provoca que comencemos a normalizar la violencia política, aunque cabe destacar que este año por suerte el número de candidatas y candidatos asesinados fue cero.

Algunas manos de diferentes colores se han levantado para el trono y pudieron ser vistas en sus viajes por Hidalgo, Quintana Roo, Oaxaca, Tamaulipas, Aguascalientes y Durango. Es evidente que el apoyo brindado hoy, el día de mañana será requerido de vuelta.

Una parte de la población aún harta, sedienta de cambio, de oportunidades y otra parte que esta misma situación los llevó a la indiferencia, a la pérdida de confianza y es durante estos procesos cuando vemos el decrecimiento de la participación ciudadana.

¿Cuál será la estrategia de los partidos para el 2024?

Esto sigue siendo un misterio a pesar de aquellas personas destapadas; sin embargo, dentro de muy poco lo iremos descubriendo junto con la fragmentación en algunos partidos porque todos quieren ser, pero serán la falta de servicio y deseo de poder, quiénes comenzarán a generar grietas dentro de las instituciones políticas.

Las elecciones presidenciales que ya se asoman, serán para el oficialismo una prueba de fuego a mantenerse en la silla, para la oposición un reto enorme y sobre todo un trago de orgullo al momento de hacer unión. Si las votaciones les trajeron preguntas como ¿Qué está pasando? ¿Por qué ya no conectamos con la gente? Recuerden que son las emociones las que mueven el cuerpo de la ciudadanía y las llevan a las urnas. Es necesario penetrar el metro cuadrado en campaña, pero en gobernanza también.

El electorado ya no quiere ver caras conocidas compitiendo, es momento de que cada institución renueve liderazgos y tanto oficialismo como oposición generen propuestas de valor frescas, que nos motiven y nos den esperanza.

Sin duda estaremos distinguiendo una guerra de narrativas con distintas versiones del cuento de caperucita roja y el lobo feroz, pero por lo mientras solo nos queda decir ¡En sus marcas, listos, fuera!


Por: Sebastián Sáenz Nieto

Los comicios llevados a cabo el pasado domingo dan mucho que pensar.

Si nos remontamos al inicio de esta polémica, podemos encontrar desde antes del 2018 una propuesta diferente que ha formado líderes populares. Con un mensaje estructurado por el cambio, el adiós a la corrupción y a esa ineficiencia de la clase política conformada por los mismos de siempre. De ahí se fue dando una transición gradual a través de cada elección que al domingo cinco hizo más notoria la ocupación en el mapa electoral.

Los grandes se encogieron, y el pequeño se logró acrecentar, lo que implicó pérdida para unos y ganancia para otros en dinero, terreno y operatividad.

¿Qué pudimos observar durante esta contienda?

Intervención clara por parte del ejecutivo, cosa que no es para nada nueva. En épocas donde Carlos Denegri era la Marilyn Monroe de la política mexicana hasta el día de hoy, esta actuación se ha estandarizado en el electorado. Tristemente no es el único, el crimen organizado también saca sus cartas y provoca que comencemos a normalizar la violencia política, aunque cabe destacar que este año por suerte el número de candidatas y candidatos asesinados fue cero.

Algunas manos de diferentes colores se han levantado para el trono y pudieron ser vistas en sus viajes por Hidalgo, Quintana Roo, Oaxaca, Tamaulipas, Aguascalientes y Durango. Es evidente que el apoyo brindado hoy, el día de mañana será requerido de vuelta.

Una parte de la población aún harta, sedienta de cambio, de oportunidades y otra parte que esta misma situación los llevó a la indiferencia, a la pérdida de confianza y es durante estos procesos cuando vemos el decrecimiento de la participación ciudadana.

¿Cuál será la estrategia de los partidos para el 2024?

Esto sigue siendo un misterio a pesar de aquellas personas destapadas; sin embargo, dentro de muy poco lo iremos descubriendo junto con la fragmentación en algunos partidos porque todos quieren ser, pero serán la falta de servicio y deseo de poder, quiénes comenzarán a generar grietas dentro de las instituciones políticas.

Las elecciones presidenciales que ya se asoman, serán para el oficialismo una prueba de fuego a mantenerse en la silla, para la oposición un reto enorme y sobre todo un trago de orgullo al momento de hacer unión. Si las votaciones les trajeron preguntas como ¿Qué está pasando? ¿Por qué ya no conectamos con la gente? Recuerden que son las emociones las que mueven el cuerpo de la ciudadanía y las llevan a las urnas. Es necesario penetrar el metro cuadrado en campaña, pero en gobernanza también.

El electorado ya no quiere ver caras conocidas compitiendo, es momento de que cada institución renueve liderazgos y tanto oficialismo como oposición generen propuestas de valor frescas, que nos motiven y nos den esperanza.

Sin duda estaremos distinguiendo una guerra de narrativas con distintas versiones del cuento de caperucita roja y el lobo feroz, pero por lo mientras solo nos queda decir ¡En sus marcas, listos, fuera!