/ martes 12 de abril de 2022

En tres años ¿Qué pasará? 

El fin de semana fue un ejercicio de calentamiento y promoción en miras al 2024. Tanto desde la perspectiva del partido en el poder como desde los partidos de oposición y la misma sociedad. Qué lástima que la única estrategia contemplada por la oposición fue de “abstención” y principalmente porque no fueron capaces de organizarse y enfrentar un evento que se venía venir y que, si se hubiera desarrollado una avanzada organizada con estructura y acciones, probablemente se le hubiera dado otra perspectiva a la famosa revocación. Ni siquiera fueron capaces de alinear discursos y evitar la confusión de muchos ciudadanos que están en la disyuntiva de ¿votar o no votar? Ahora imagínense dejar pasar, otra vez, los tres años y empezar a “improvisar” unos meses antes del evento del 2024. Si seguimos haciendo las cosas tal y como las hemos hecho hasta ahora, tendremos los mismos resultados. Los intereses individuales o de grupo, la ambición personal y de grupo, y la búsqueda de poder personal y de grupo nos limitan la capacidad que se tiene en los grupos organizados para hacer un frente común ante lo que se viene.

Y lo más peligroso y más triste es ver a personas y grupos que “supuestamente” están comprometidas y apoyando una causa común ciudadana, y por otro lado sean pasivas o todavía peor, se conviertan en contrarios activos, esto es doble cara de las personas o grupos. Esto lo vemos continuamente en los partidos políticos, las organizaciones de la sociedad civil y notoriamente en individuos.

Desde la perspectiva del partido en poder vemos que continuará la desmantelación de las instituciones, la centralización de poderes y presupuestos, y las estrategias para “captar” más seguidores con pequeñas dádivas y los discursos de esperanza y división. Al mismo tiempo de caminar más aceleradamente en “comprar” los poderes Legislativo y Judicial. No se visualiza a la oposición o a las entidades de la sociedad organizada trabajando en contrarrestar las acciones del gobierno federal, se ven lentos, pasivos o más aún, pareciera que son comparsa en muchas de las estrategias y sólo dan algunas señales para que la sociedad diga: “Se están moviendo”.

En lo que respecta a la sociedad y me incluyo en ella, seguimos siendo críticos de cafés o grupos de amigos, sin ningún impacto o efecto hacia lo que nos quejamos diariamente. Tarde o temprano, o yo diría más temprano que tarde, veremos las consecuencias por no haber sido activos participantes, por no haber presionado a los grupos organizados o a los partidos políticos para lograr un frente común trabajando hacia los grandes problemas de nuestro país; la pobreza, la salud, la corrupción, etc.

“Nadie valora lo que tiene, hasta que lo ve perdido”. Poco a poco las fallas, los errores y las malas decisiones irán tocando a cada uno de nosotros, y hasta entonces estaremos preguntándonos y lamentándonos “porque no hicimos algo, por lo menos en el 2022”. Hay tantos intereses creados que no alcanzamos a dimensionar los problemas que se vienen, pensamos en el presente sin tomar en cuenta que, en el futuro, también estaremos. Los resultados de este fin de semana establecen una base, ahora sí, para hacer un frente común hacia el 2024 y también se abre la potencialidad de poder cambiar el rumbo y, aunque perdamos años y retrocedamos, es momento de empezar a trabajar, todos, en la recuperación de nuestro país, por el bien de la sociedad, por un país verdaderamente transformado.

email: antonio.rios@tec.mx, miembro de la Asociación de Editorialistas de Chihuahua


El fin de semana fue un ejercicio de calentamiento y promoción en miras al 2024. Tanto desde la perspectiva del partido en el poder como desde los partidos de oposición y la misma sociedad. Qué lástima que la única estrategia contemplada por la oposición fue de “abstención” y principalmente porque no fueron capaces de organizarse y enfrentar un evento que se venía venir y que, si se hubiera desarrollado una avanzada organizada con estructura y acciones, probablemente se le hubiera dado otra perspectiva a la famosa revocación. Ni siquiera fueron capaces de alinear discursos y evitar la confusión de muchos ciudadanos que están en la disyuntiva de ¿votar o no votar? Ahora imagínense dejar pasar, otra vez, los tres años y empezar a “improvisar” unos meses antes del evento del 2024. Si seguimos haciendo las cosas tal y como las hemos hecho hasta ahora, tendremos los mismos resultados. Los intereses individuales o de grupo, la ambición personal y de grupo, y la búsqueda de poder personal y de grupo nos limitan la capacidad que se tiene en los grupos organizados para hacer un frente común ante lo que se viene.

Y lo más peligroso y más triste es ver a personas y grupos que “supuestamente” están comprometidas y apoyando una causa común ciudadana, y por otro lado sean pasivas o todavía peor, se conviertan en contrarios activos, esto es doble cara de las personas o grupos. Esto lo vemos continuamente en los partidos políticos, las organizaciones de la sociedad civil y notoriamente en individuos.

Desde la perspectiva del partido en poder vemos que continuará la desmantelación de las instituciones, la centralización de poderes y presupuestos, y las estrategias para “captar” más seguidores con pequeñas dádivas y los discursos de esperanza y división. Al mismo tiempo de caminar más aceleradamente en “comprar” los poderes Legislativo y Judicial. No se visualiza a la oposición o a las entidades de la sociedad organizada trabajando en contrarrestar las acciones del gobierno federal, se ven lentos, pasivos o más aún, pareciera que son comparsa en muchas de las estrategias y sólo dan algunas señales para que la sociedad diga: “Se están moviendo”.

En lo que respecta a la sociedad y me incluyo en ella, seguimos siendo críticos de cafés o grupos de amigos, sin ningún impacto o efecto hacia lo que nos quejamos diariamente. Tarde o temprano, o yo diría más temprano que tarde, veremos las consecuencias por no haber sido activos participantes, por no haber presionado a los grupos organizados o a los partidos políticos para lograr un frente común trabajando hacia los grandes problemas de nuestro país; la pobreza, la salud, la corrupción, etc.

“Nadie valora lo que tiene, hasta que lo ve perdido”. Poco a poco las fallas, los errores y las malas decisiones irán tocando a cada uno de nosotros, y hasta entonces estaremos preguntándonos y lamentándonos “porque no hicimos algo, por lo menos en el 2022”. Hay tantos intereses creados que no alcanzamos a dimensionar los problemas que se vienen, pensamos en el presente sin tomar en cuenta que, en el futuro, también estaremos. Los resultados de este fin de semana establecen una base, ahora sí, para hacer un frente común hacia el 2024 y también se abre la potencialidad de poder cambiar el rumbo y, aunque perdamos años y retrocedamos, es momento de empezar a trabajar, todos, en la recuperación de nuestro país, por el bien de la sociedad, por un país verdaderamente transformado.

email: antonio.rios@tec.mx, miembro de la Asociación de Editorialistas de Chihuahua