/ lunes 17 de mayo de 2021

Enemigo Íntimo

Por: Mario Ramírez Chávez

No hace falta saber mucho de deporte para darse cuenta de que cierto sector de nuestra sociedad tiene una fijación por siempre hacer menos al talento mexicano. Nunca es suficiente, nunca se debe de aplaudir y nunca se debe reconocer. El caso más reciente lo vivimos el pasado fin de semana cuando Saúl “Canelo” Álvarez destrozó a su rival Billy Joe Saunders, y realmente pasa con cada rival que este boxeador tiene, que si bien es verdad que el calibre de sus rivales pudiera variar, el reconocimiento mundial de la calidad que tiene Canelo es innegable.

Sobre otros países no sería prudente hablar debido a desconocimiento, pero al menos aquí en México podría considerarse hasta cultural pretender ser experto del deporte que sea que esté de moda: Pelea Canelo y todos son expertos en boxeo, llega el Mundial o algún Clásico y todos son expertos de futbol, en Series Mundiales todos son expertos de béisbol, en Súper Bowls todos son expertos de americano, etc. Y desde luego que se está de acuerdo con la libertad de expresión, sólo que es difícil asimilarla cuando proviene de alguien que no sabe de lo que habla.

La semana pasada le tocó a Canelo ser el demeritado pero también le ha pasado a muchos otros deportistas mexicanos: Guillermo Ochoa siendo el primer portero azteca en la historia en hacer carrera en Europa, cuestionado por no alcanzar un equipo top mundial, Diego Lainez teniendo pocos minutos en sus inicios en la liga española cuando llegó apenas con 18 años, Javier “Chicharito” Hernández teniendo un excelente inicio goleador en la actual temporada pero en la MLS, Sergio “Checo” Pérez por no haber obtenido podio aun en la Fórmula 1 con la escudería Red Bull en una temporada que apenas inició, Eduardo Nájera por nunca haber ganado un anillo de la NBA, Isaac Alarcón por haber llegado a los Dallas Cowboys pero como reserva y hasta Julio Urías recibió críticas después de ganar la Serie Mundial por ser “feo” (así de incoherentes podemos llegar a ser). La lista es larguísima y abarca prácticamente cualquier deporte donde un mexicano esté practicándolo. Se está de acuerdo en no caer en el conformismo y siempre exigirle más a nuestros deportistas, pero todo debe ser dimensionado, no olvidemos que estamos criticando a atletas de talla internacional desde la comodidad de nuestro sillón.

Este aficionado se atreve a decir que este fenómeno cultural se debe principalmente a la pésima calidad de periodismo deportivo que tenemos en nuestro país, “periodistas” que creen que por atacar lo local van a tener una finta de grandes conocedores intelectuales. Estas personas tienen el privilegio de ser escuchados por millones, y como con la política, muchos miles harán caso a lo que sea que ellos digan sin utilizar su razonamiento propio, este “periodismo” predica con el ejemplo del amarillismo y promociona que demeritar es sinónimo de sabiduría.

No cabe duda de que el mexicano es un apasionado natural del deporte y seguro que muchos son expertos en una o más disciplinas, a uno como simple aficionado no le queda más que recomendar a quienes no saben de algún a deporte, a callar, dedicarse a escuchar para poder aprender de ese deporte del que tanto quieren opinar, rodearse de gente que sabe de lo que habla, tomar nota y formar un criterio propio. Trabajemos juntos en eliminar el famoso dicho de que el peor enemigo de un mexicano… es otro mexicano.

Por: Mario Ramírez Chávez

No hace falta saber mucho de deporte para darse cuenta de que cierto sector de nuestra sociedad tiene una fijación por siempre hacer menos al talento mexicano. Nunca es suficiente, nunca se debe de aplaudir y nunca se debe reconocer. El caso más reciente lo vivimos el pasado fin de semana cuando Saúl “Canelo” Álvarez destrozó a su rival Billy Joe Saunders, y realmente pasa con cada rival que este boxeador tiene, que si bien es verdad que el calibre de sus rivales pudiera variar, el reconocimiento mundial de la calidad que tiene Canelo es innegable.

Sobre otros países no sería prudente hablar debido a desconocimiento, pero al menos aquí en México podría considerarse hasta cultural pretender ser experto del deporte que sea que esté de moda: Pelea Canelo y todos son expertos en boxeo, llega el Mundial o algún Clásico y todos son expertos de futbol, en Series Mundiales todos son expertos de béisbol, en Súper Bowls todos son expertos de americano, etc. Y desde luego que se está de acuerdo con la libertad de expresión, sólo que es difícil asimilarla cuando proviene de alguien que no sabe de lo que habla.

La semana pasada le tocó a Canelo ser el demeritado pero también le ha pasado a muchos otros deportistas mexicanos: Guillermo Ochoa siendo el primer portero azteca en la historia en hacer carrera en Europa, cuestionado por no alcanzar un equipo top mundial, Diego Lainez teniendo pocos minutos en sus inicios en la liga española cuando llegó apenas con 18 años, Javier “Chicharito” Hernández teniendo un excelente inicio goleador en la actual temporada pero en la MLS, Sergio “Checo” Pérez por no haber obtenido podio aun en la Fórmula 1 con la escudería Red Bull en una temporada que apenas inició, Eduardo Nájera por nunca haber ganado un anillo de la NBA, Isaac Alarcón por haber llegado a los Dallas Cowboys pero como reserva y hasta Julio Urías recibió críticas después de ganar la Serie Mundial por ser “feo” (así de incoherentes podemos llegar a ser). La lista es larguísima y abarca prácticamente cualquier deporte donde un mexicano esté practicándolo. Se está de acuerdo en no caer en el conformismo y siempre exigirle más a nuestros deportistas, pero todo debe ser dimensionado, no olvidemos que estamos criticando a atletas de talla internacional desde la comodidad de nuestro sillón.

Este aficionado se atreve a decir que este fenómeno cultural se debe principalmente a la pésima calidad de periodismo deportivo que tenemos en nuestro país, “periodistas” que creen que por atacar lo local van a tener una finta de grandes conocedores intelectuales. Estas personas tienen el privilegio de ser escuchados por millones, y como con la política, muchos miles harán caso a lo que sea que ellos digan sin utilizar su razonamiento propio, este “periodismo” predica con el ejemplo del amarillismo y promociona que demeritar es sinónimo de sabiduría.

No cabe duda de que el mexicano es un apasionado natural del deporte y seguro que muchos son expertos en una o más disciplinas, a uno como simple aficionado no le queda más que recomendar a quienes no saben de algún a deporte, a callar, dedicarse a escuchar para poder aprender de ese deporte del que tanto quieren opinar, rodearse de gente que sabe de lo que habla, tomar nota y formar un criterio propio. Trabajemos juntos en eliminar el famoso dicho de que el peor enemigo de un mexicano… es otro mexicano.