Datos oficiales demuestran que en nuestro país sólo el 3.4% de la energía que se produce, tan sólo ese mínimo porcentaje proviene de fuentes renovables como la eólica, fotovoltaica y los biocombustibles, el 16.6% de hidroeléctricas y el 80% restante de fuentes fósiles, lo lógico es que estos números se invirtieran, por saber que son energías renovables y además limpias.
El año pasado la energía renovable o energías renovables, mejor dicho, representaron más de un 20% del total de la generación de energía eléctrica en todo el mundo.
Sin duda viene en crecimiento a nivel mundial, ya que el incremento de porcentaje en inversión también creció cerca de un 20% respecto al año antepasado.
Nuestro país estamos claros que no puede satisfacer la demanda de toda la energía con tan sólo una fuente, es obvio que necesitamos diversidad energética y aprovechar todo nuestro territorio nacional.
La razón por la que hasta el momento no se ha logrado es porque el petróleo es mas barato respecto a lo demás y no “existía” una preocupación real como la que hoy tiene el gobierno.
La degradación ambiental es lastimosamente parte de nuestro diario acontecer. Todos somos testigos y todos estamos siendo afectados. No importa lo que hagamos y cómo actuemos, la situación se empeora más cada día: al parecer, somos muy buenos y muy aplicados para destruir nuestro ambiente. Por ejemplo, tenemos la tecnología y los recursos naturales para generar combustibles renovables, que no dañen al medio ambiente. Pero seguimos utilizando combustibles fósiles y seguimos empeñados en dejar de lado la utilización de la energía eólica y solar, por citar un ejemplo.
Con la actual crisis social, me parece que es el mejor momento para idear alternativas alternas no sólo en cuanto a fuentes de energía, sino también, generar movilidad sustentable, como el uso de bicicleta como medio de transporte, etc.