/ sábado 23 de febrero de 2019

Entre entelequias te veas

Entelequia


Estimado lector, lectora, le traigo una palabra nueva, poco usada, rara, exótica, pero con la que podemos nombrar a nuestro nuevo y revuelto gobierno mexicano: entelequia, que significa un ideal perfecto, pero inalcanzable en la realidad.

Y es que fíjese usted, querido lector, lectora, como ya le he platicado mi formación literaria es de novela histórica, y todas las novelas históricas hablan de gobernantes seducidos por alguna entelequia (ideas de perfección irrealizables) y que terminan sumiendo a su pueblo en la peor de las desgracias. Podría escribir un libro del tamaño de la Biblia sobre estos muchos gobernantes que sufrieron entelequia, pero mejor le voy a nombrar una novela clásica, situada en la Francia revolucionaria: El Siglo de las Luces, del cubano Alejo Carpentier, donde narra la historia de un joven francés que exporta los ideales de libertad e igualdad de la Revolución Francesa hacia América y atraviesa el mar con la guillotina en la proa de su barco, mostrando al nuevo mundo que con esta máquina terrorífica liberará a los pueblos y los guiará hacia la igualdad. Apenas desembarca decapita a todos los aristócratas y a los que le caen mal, ¿le suena familiar? Lo dicho: no hay nada nuevo bajo el sol. Y si usted quiere un ejemplo de entelequia actual vaya a Venezuela, pero lleve su comida porque si no, por capricho de un mentecato, morirá de hambre.

Encontré la palabra “entelequia” entre papeles de filosofía, buscando entenderle a nuestro nuevo presidente, no he logrado comprenderle, pero la palabra me ha gustado tanto que he decidido nombrar así mi columna de los sábados. Amable lector, lectora, y don Ángel Luna, las cosas caen por su propio peso, activemonos políticamente para que en las siguientes elecciones municipales y estatales hagamos contrapeso y que cuando menos se reduzcan las posibilidades de que en menos de seis años trabajemos en comunas socialistas.

www.silviagonzalez.com.mx

Entelequia


Estimado lector, lectora, le traigo una palabra nueva, poco usada, rara, exótica, pero con la que podemos nombrar a nuestro nuevo y revuelto gobierno mexicano: entelequia, que significa un ideal perfecto, pero inalcanzable en la realidad.

Y es que fíjese usted, querido lector, lectora, como ya le he platicado mi formación literaria es de novela histórica, y todas las novelas históricas hablan de gobernantes seducidos por alguna entelequia (ideas de perfección irrealizables) y que terminan sumiendo a su pueblo en la peor de las desgracias. Podría escribir un libro del tamaño de la Biblia sobre estos muchos gobernantes que sufrieron entelequia, pero mejor le voy a nombrar una novela clásica, situada en la Francia revolucionaria: El Siglo de las Luces, del cubano Alejo Carpentier, donde narra la historia de un joven francés que exporta los ideales de libertad e igualdad de la Revolución Francesa hacia América y atraviesa el mar con la guillotina en la proa de su barco, mostrando al nuevo mundo que con esta máquina terrorífica liberará a los pueblos y los guiará hacia la igualdad. Apenas desembarca decapita a todos los aristócratas y a los que le caen mal, ¿le suena familiar? Lo dicho: no hay nada nuevo bajo el sol. Y si usted quiere un ejemplo de entelequia actual vaya a Venezuela, pero lleve su comida porque si no, por capricho de un mentecato, morirá de hambre.

Encontré la palabra “entelequia” entre papeles de filosofía, buscando entenderle a nuestro nuevo presidente, no he logrado comprenderle, pero la palabra me ha gustado tanto que he decidido nombrar así mi columna de los sábados. Amable lector, lectora, y don Ángel Luna, las cosas caen por su propio peso, activemonos políticamente para que en las siguientes elecciones municipales y estatales hagamos contrapeso y que cuando menos se reduzcan las posibilidades de que en menos de seis años trabajemos en comunas socialistas.

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