/ jueves 23 de septiembre de 2021

Equinoccio y el descenso de Kukulcán

Por: Paulina Morales Fragoso

El otoño ya está aquí, para muchos es la estación preferida. Su entrada es marcada con el equinoccio otoñal, que sucede entre el 21 y 24 de septiembre. Además tenemos una gran herencia que nos dejó una cultura prehispánica.

¿Qué es el equinoccio?

Dos veces al año, en marzo y septiembre, ambos hemisferios presentan una orientación similar respecto al Sol. En esos momentos, el Sol se encuentra exactamente sobre el ecuador y ambos hemisferios reciben cantidades casi iguales de luz solar. Este evento astronómico se llama equinoccio. Los equinoccios marcan el paso del invierno a la primavera y del verano al otoño.

El día y la noche tienen una duración similar, cerca de 12 horas. No son exactamente 12 horas ya que nuestro planeta tiene una atmósfera que refracta la luz como un prisma.

La refracción atmosférica retrasa la puesta del Sol, haciendo que el día sea más largo que la noche durante un equinoccio. En zonas templadas, esta diferencia equivale a unos ocho minutos.

¿Sabías que…?

*La Tierra no es el único planeta que tiene equinoccios. Ocurren en todos los planetas con una inclinación axial.

*La fecha anual de Pascua se rige por el equinoccio. La fiesta se celebra el primer domingo después de la luna llena tras el equinoccio de primavera.

*Los equinoccios eran conocidos en varias culturas antiguas alrededor del mundo. Por ejemplo, el templo de Kukulcán, de la cultura maya.

EL DESCENSO DE KUKULCÁN

La civilización maya es mundialmente conocida por sus avances científicos, astronómicos y su arquitectura. La cual vemos reflejada en Chichén Itzá.

En la pirámide de Kukulcán, también conocida como El Castillo, cada uno de los elementos refleja una representación del calendario.

La pirámide está orientada a los 4 puntos cardinales. Con una desviación de 17° respecto al norte. La pirámide representa al tiempo. Cada una de las escalinatas tiene 90 escalones, que sumadas dan 360, coincide con los días del año solar, además cada fachada tiene una serie de molduras que suman 52 que coinciden con el número de semanas de un año.

El sol, conforme asciende sobre el horizonte, va iluminando las escalinatas, creando 7 triángulos isósceles de luz y sombra que parecen descender, creando el cuerpo de la serpiente hasta llegar a la cabeza.

Además, al aplaudir, se crea el sonido de un Quetzal.

Al descenso le considera un acto de manifestación de lo sagrado. Esta deidad maya está relacionada con el viento, las fuerzas del universo y Venus.

Los mayas creían que Kukulcán era real ya que podían escucharlo cada vez que querían y podían verlo descender 2 veces al año.

KUKULCÁN Y LA SIMILITUD CON QUETZALCÓATL

Existe una gran similitud entre ambos dioses ya que ambos son representados como La serpiente emplumada. Esto se remonta a un mito prehispánico.

En la cultura de los Olmecas, nace un dios de la fertilidad y la agricultura. Una serpiente que emergía de la tierra y su cabeza quedaba coronada por el maíz.

De la misma manera la representan en Teotihuacán. Los pueblos nahuas que los invaden, lo entienden como plumas, y lo llaman Quetzalcóatl (serpiente emplumada).

Por el año 950 d. C. existe una migración de los Toltecas de Tula, hacia el mundo maya, y con ellos la creencia de Quetzalcóatl, que en lengua maya se entiende como Kukulcán.

En el mito, Quetzalcóatl lucha contra Tezcatlipoca, y es vencido por éste. Por esa razón se va de Tula, y llega al mundo maya. Pero promete volver. Se va en un sacrificio que es prenderse en fuego y convertirse en el planeta Venus.

En todo el centro de México es conocido como Quetzalcóatl, en el mundo maya de Yucatán como Kukulcán y en los mayas de Centroamérica es Gucumatz.


Por: Paulina Morales Fragoso

El otoño ya está aquí, para muchos es la estación preferida. Su entrada es marcada con el equinoccio otoñal, que sucede entre el 21 y 24 de septiembre. Además tenemos una gran herencia que nos dejó una cultura prehispánica.

¿Qué es el equinoccio?

Dos veces al año, en marzo y septiembre, ambos hemisferios presentan una orientación similar respecto al Sol. En esos momentos, el Sol se encuentra exactamente sobre el ecuador y ambos hemisferios reciben cantidades casi iguales de luz solar. Este evento astronómico se llama equinoccio. Los equinoccios marcan el paso del invierno a la primavera y del verano al otoño.

El día y la noche tienen una duración similar, cerca de 12 horas. No son exactamente 12 horas ya que nuestro planeta tiene una atmósfera que refracta la luz como un prisma.

La refracción atmosférica retrasa la puesta del Sol, haciendo que el día sea más largo que la noche durante un equinoccio. En zonas templadas, esta diferencia equivale a unos ocho minutos.

¿Sabías que…?

*La Tierra no es el único planeta que tiene equinoccios. Ocurren en todos los planetas con una inclinación axial.

*La fecha anual de Pascua se rige por el equinoccio. La fiesta se celebra el primer domingo después de la luna llena tras el equinoccio de primavera.

*Los equinoccios eran conocidos en varias culturas antiguas alrededor del mundo. Por ejemplo, el templo de Kukulcán, de la cultura maya.

EL DESCENSO DE KUKULCÁN

La civilización maya es mundialmente conocida por sus avances científicos, astronómicos y su arquitectura. La cual vemos reflejada en Chichén Itzá.

En la pirámide de Kukulcán, también conocida como El Castillo, cada uno de los elementos refleja una representación del calendario.

La pirámide está orientada a los 4 puntos cardinales. Con una desviación de 17° respecto al norte. La pirámide representa al tiempo. Cada una de las escalinatas tiene 90 escalones, que sumadas dan 360, coincide con los días del año solar, además cada fachada tiene una serie de molduras que suman 52 que coinciden con el número de semanas de un año.

El sol, conforme asciende sobre el horizonte, va iluminando las escalinatas, creando 7 triángulos isósceles de luz y sombra que parecen descender, creando el cuerpo de la serpiente hasta llegar a la cabeza.

Además, al aplaudir, se crea el sonido de un Quetzal.

Al descenso le considera un acto de manifestación de lo sagrado. Esta deidad maya está relacionada con el viento, las fuerzas del universo y Venus.

Los mayas creían que Kukulcán era real ya que podían escucharlo cada vez que querían y podían verlo descender 2 veces al año.

KUKULCÁN Y LA SIMILITUD CON QUETZALCÓATL

Existe una gran similitud entre ambos dioses ya que ambos son representados como La serpiente emplumada. Esto se remonta a un mito prehispánico.

En la cultura de los Olmecas, nace un dios de la fertilidad y la agricultura. Una serpiente que emergía de la tierra y su cabeza quedaba coronada por el maíz.

De la misma manera la representan en Teotihuacán. Los pueblos nahuas que los invaden, lo entienden como plumas, y lo llaman Quetzalcóatl (serpiente emplumada).

Por el año 950 d. C. existe una migración de los Toltecas de Tula, hacia el mundo maya, y con ellos la creencia de Quetzalcóatl, que en lengua maya se entiende como Kukulcán.

En el mito, Quetzalcóatl lucha contra Tezcatlipoca, y es vencido por éste. Por esa razón se va de Tula, y llega al mundo maya. Pero promete volver. Se va en un sacrificio que es prenderse en fuego y convertirse en el planeta Venus.

En todo el centro de México es conocido como Quetzalcóatl, en el mundo maya de Yucatán como Kukulcán y en los mayas de Centroamérica es Gucumatz.