/ martes 30 de marzo de 2021

Errores comunes al emprender

“El fracaso es la oportunidad de comenzar otra vez, con más inteligencia” – Henry Ford.

Emprender. La palabra de moda desde hace algunos años. Empezar un negocio desde cero, crear una marca o hacer un producto innovador ha sido algo que ha existido siempre, pero parece que en los últimos años se ha convertido en un reto que sólo unos pocos valientes quieren asumir. Seguro que no te vienen mal una serie de consejos para emprender, no sólo de la mano de expertos en negocios, sino de personas que han caído en errores que tú sabiéndolos puedes evitar. Desesperarse es uno de los errores más comunes, empezar con objetivos demasiado ambiciosos o demasiado a largo plazo. Tener sueños y grandes metas es estupendo, pero para no frustrarnos debemos dividirlas en fases y pequeños objetivos que realmente podamos cumplir. De esos pequeños, irás cumpliendo, tachando, motivándote y subiendo a mayores metas.

Para poder ofrecer a tus clientes un producto que se adapte a sus necesidades, primero tienes que saber cuáles son. Por eso, es muy importante que conozcas a tu público y a tu competencia. Es decir, si ya hay otras empresas que se encargan de cubrir esas necesidades, cuántas, cuáles y cómo son. Y es que además de tener una buena idea, ésta debe tener cabida en el mercado para que sea rentable. Este trabajo previo debe formar parte de tu plan de negocios: la hoja de ruta a seguir para desarrollar tu proyecto y la que será tu presentación de cara a posibles inversores. Uno de los errores principales que cometemos los emprendedores es enamorarnos ciegamente de nuestra empresa, algo que deja poco margen a la objetividad. Y damos por hecho que ese amor tan irracional que sentimos hacia nuestro negocio lo va a compartir un gran porcentaje de la población. Pero lamento decir que la mayoría de las veces esto no es así.

Cuando decidimos emprender solemos platicar con gusto y entusiasmo nuestro proyecto a las personas que nos rodean, sean familiares, amigos o compañeros de trabajo, todos buscarán darte un consejo, o una recomendación honesta de cómo debes o no hacer las cosas. Nadie tiene la intención de llevar a la quiebra tu negocio, por el contrario, todos querrán ver que la idea salga a flote, pero esa lluvia de intenciones, consejos y observaciones suele estar basada en intuiciones y a veces, suele venir de personas con poca o nula experiencia. Analiza cada consejo de forma personal o con tus socios y tomen aquellos que empaten con su hipótesis, que sigan la línea y la ruta de su maratón después de todo, nadie conocerá la idea de negocio mejor que tú o tus socios. Aseguren siempre mantenerse enfocados y apegados al plan. Como mencionamos al inicio, lo más importante es hacer una prueba y enfrentar nuestra idea y producto con el mercado. Debemos aprender, pero optimizando todos nuestros recursos, habrá que hacer cambios al producto, al modelo de negocio, pero siempre basados en el aprendizaje diario.

Al final la clave está en conocer a fondo a tu consumidor final, enamorarte de él y querer complacer sus necesidades, no tu propia idea. Suena fácil, pero cuando estás emprendiendo debes tener en cuenta tantos aspectos que se te puede olvidar, así que nunca dejes de preguntar y escuchar. Estos errores son los más frecuentes y quizá no son los únicos, sin embargo espero que te sirva como guía a quien quiere iniciarse o están trabajando en una idea de negocio para que no los cometan y puedan lograr resultados valiosos para sus emprendimientos y organizaciones.

“El fracaso es la oportunidad de comenzar otra vez, con más inteligencia” – Henry Ford.

Emprender. La palabra de moda desde hace algunos años. Empezar un negocio desde cero, crear una marca o hacer un producto innovador ha sido algo que ha existido siempre, pero parece que en los últimos años se ha convertido en un reto que sólo unos pocos valientes quieren asumir. Seguro que no te vienen mal una serie de consejos para emprender, no sólo de la mano de expertos en negocios, sino de personas que han caído en errores que tú sabiéndolos puedes evitar. Desesperarse es uno de los errores más comunes, empezar con objetivos demasiado ambiciosos o demasiado a largo plazo. Tener sueños y grandes metas es estupendo, pero para no frustrarnos debemos dividirlas en fases y pequeños objetivos que realmente podamos cumplir. De esos pequeños, irás cumpliendo, tachando, motivándote y subiendo a mayores metas.

Para poder ofrecer a tus clientes un producto que se adapte a sus necesidades, primero tienes que saber cuáles son. Por eso, es muy importante que conozcas a tu público y a tu competencia. Es decir, si ya hay otras empresas que se encargan de cubrir esas necesidades, cuántas, cuáles y cómo son. Y es que además de tener una buena idea, ésta debe tener cabida en el mercado para que sea rentable. Este trabajo previo debe formar parte de tu plan de negocios: la hoja de ruta a seguir para desarrollar tu proyecto y la que será tu presentación de cara a posibles inversores. Uno de los errores principales que cometemos los emprendedores es enamorarnos ciegamente de nuestra empresa, algo que deja poco margen a la objetividad. Y damos por hecho que ese amor tan irracional que sentimos hacia nuestro negocio lo va a compartir un gran porcentaje de la población. Pero lamento decir que la mayoría de las veces esto no es así.

Cuando decidimos emprender solemos platicar con gusto y entusiasmo nuestro proyecto a las personas que nos rodean, sean familiares, amigos o compañeros de trabajo, todos buscarán darte un consejo, o una recomendación honesta de cómo debes o no hacer las cosas. Nadie tiene la intención de llevar a la quiebra tu negocio, por el contrario, todos querrán ver que la idea salga a flote, pero esa lluvia de intenciones, consejos y observaciones suele estar basada en intuiciones y a veces, suele venir de personas con poca o nula experiencia. Analiza cada consejo de forma personal o con tus socios y tomen aquellos que empaten con su hipótesis, que sigan la línea y la ruta de su maratón después de todo, nadie conocerá la idea de negocio mejor que tú o tus socios. Aseguren siempre mantenerse enfocados y apegados al plan. Como mencionamos al inicio, lo más importante es hacer una prueba y enfrentar nuestra idea y producto con el mercado. Debemos aprender, pero optimizando todos nuestros recursos, habrá que hacer cambios al producto, al modelo de negocio, pero siempre basados en el aprendizaje diario.

Al final la clave está en conocer a fondo a tu consumidor final, enamorarte de él y querer complacer sus necesidades, no tu propia idea. Suena fácil, pero cuando estás emprendiendo debes tener en cuenta tantos aspectos que se te puede olvidar, así que nunca dejes de preguntar y escuchar. Estos errores son los más frecuentes y quizá no son los únicos, sin embargo espero que te sirva como guía a quien quiere iniciarse o están trabajando en una idea de negocio para que no los cometan y puedan lograr resultados valiosos para sus emprendimientos y organizaciones.