El Partido Acción Nacional se fundó en septiembre de 1939, las ideas de nuestro fundador Manuel Gómez Morín y un grupo de jóvenes (promediaban los 28 años), formaron un partido político, basado en unos principios de doctrina sustentados a su vez en el pensamiento humanista y la filosofía demócrata cristiana.
El nacimiento del humanismo está ligado a la historia del hombre, establece que no es posible describir a la sociedad si no es bajo este lente; un proceso de solidaridad y de formación de comunidad. El humanismo nace como una tendencia a poner al hombre como principio y fin de la política. No existe ninguna cosa alguna por encima de el y debe aspirar a la libertad, a la consecución de sus aspiraciones, así como buscar su trascendencia. Todo ello, inmerso en una comunidad que facilita estos procesos y busca un bien para todos.
La doctrina demócrata cristiana, aplica el humanismo en el pragmatismo de la política y del gobierno, sin perder un ápice de sus ideas centrales, buscando un camino diferente al neoliberalismo, refinación del “laisser faire, laisser passer" (dejar hacer, dejar pasar) y el socialismo, o totalitarismo que mata la iniciativa de las personas y las empobrece.
Los principios fundamentales de esta doctrina son los actos de solidaridad en la búsqueda de un bien común, en la cual los miembros de una sociedad se ayudan y complementan unos a otros, para lograr el desarrollo integral de las personas, orientados a la educación, a una vida larga y saludable, en un estado de derecho, de libre competencia, en condiciones de seguridad e igualdad de oportunidades para todos los individuos, sin importar su extracción social.
Otro principio es la subsidiariedad que se define como el reconocimiento de que cada ser humano es autónomo y responsable de sí mismo, de su familia y de sus prójimos, solo recurre a la ayuda cuando está imposibilitado de atender esta responsabilidad, ya sea temporal o permanentemente. Y es cuando intervienen; la familia, organizaciones sociales, y sólo en casos de excepción deberá recurrirse al gobierno. Los problemas tendrán que ser resueltos a niveles municipales y regionales, antes de recurrir a los niveles superiores.
La economía social de mercado de la política humanista, tiene como premisa la intervención del Gobierno solo como rector y ente normativo de la actividad económica. Evitando los monopolios, la explotación del ser humano, por lo cual el trabajo no debe ser concebido como una mercancía sujeta a las leyes de la oferta y la demanda, asimismo deberá fortalecer la formación de empresas, sobre todo pequeñas y medianas, que puedan pagar salarios dignos, que permitan al trabajador satisfacer las necesidades de una familia.
La política humanista reconoce a la democracia como la mejor forma de gobierno y exige que los gobiernos sean electos por los ciudadanos en completa libertad sin coacción alguna, se concibe a la actividad política, partidista o no, como indispensable y superior, una gran oportunidad de servir a los demás, logrando la autorrealización.
Ingeniero Industrial y de Sistemas. Presidente de la JCAS
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