/ viernes 14 de enero de 2022

Es tiempo de romper paradigmas

Por: Edgar Piñón

Hemos llegado al 2022 en medio de una crisis de salud, sin embargo, la agenda pública sigue avanzando, el uso de la tecnología, las telecomunicaciones en masa, las nuevas posibilidades energéticas, definitivamente cambiarán la forma en la que interactuamos los seres humanos. Cada día miles y miles de personas son parte de este cambio de paradigma de desarrollo.

Si algo es seguro es que no podemos detener el tiempo, debemos seguir avanzando, aun cuando nos enfrentamos a tiempos convulsos, persisten avances y alternativas para mejorar la calidad de vida de millones de personas en el mundo.

Hoy en día menos mujeres y niños mueren durante el parto, y esto lo podemos atribuir a que la ciencia no deja de mostrar avances, y genera condiciones de vida en materia de salud, de medio ambiente y desarrollo tecnológico aplicable a todo estilo de vida.

Sin embargo ante un entorno de pandemia, de adversidad económica global, de calentamiento global, y de populismo como esquema de gobierno en varias regiones del mundo, pareciera que la sociedad no tiene adelantos. No obstante, en pleno inicio del 2022 podemos evaluar que los avances científicos nos brindan hoy día vacunas que fueron desarrolladas en tiempo récord, y están salvando millones de vidas además de permitir que la economía mundial no colapse, muestra de que estamos caminando de cara al futuro.

No existe momento histórico en el que tantos niños estén teniendo acceso a la educación básica en el mundo y el analfabetismo, aunque persiste, está en sus niveles más bajos; el desarrollo tecnológico permite que millones de seres humanos dejen de vivir aislados y tengan acceso a las telecomunicaciones, la esperanza de vida sigue aumentando en países en vías de desarrollo.

Sin embargo tenemos que afrontar el paradigma que esto significa, durante la última mitad del siglo XX se construyó un modelo de desarrollo en Estados Unidos como ejemplo a imitar por el resto del mundo, llamado el “american dream”; ahora imaginemos la posibilidad de que una mujer maneje una camioneta motor Diésel a un supermercado a 25 km de su casa por los insumos necesarios para la comida del día, es una dinámica que no se puede sostener en todo el mundo.

Estados Unidos representa el 3% de la población mundial, pero generará casi 25% de la basura en el planeta, es decir, si países como India, China y otros incorporaran este modelo de desarrollo no habría recursos suficientes para poderlo soportar, eso hace que tengamos que cambiar el paradigma de desarrollo; requerimos un transporte público eficiente, un modelo de consumo basado en la producción local, una dieta más saludable baja en carne y un manejo eficiente del agua, éstos son sólo algunos de los puntos que están transformando nuestro estilo de vida.

Por ello se requiere de mucha voluntad política en los líderes de las naciones, para que ese cambio pueda consolidarse y México, nuestro gran país, no se quede al rezago, 2022 no será un año fácil, pero sí debe ser bajo todos los esquemas una oportunidad para romper paradigmas.

Maestro en Internacionalización del Desarrollo Local y diputado por el PRI

Por: Edgar Piñón

Hemos llegado al 2022 en medio de una crisis de salud, sin embargo, la agenda pública sigue avanzando, el uso de la tecnología, las telecomunicaciones en masa, las nuevas posibilidades energéticas, definitivamente cambiarán la forma en la que interactuamos los seres humanos. Cada día miles y miles de personas son parte de este cambio de paradigma de desarrollo.

Si algo es seguro es que no podemos detener el tiempo, debemos seguir avanzando, aun cuando nos enfrentamos a tiempos convulsos, persisten avances y alternativas para mejorar la calidad de vida de millones de personas en el mundo.

Hoy en día menos mujeres y niños mueren durante el parto, y esto lo podemos atribuir a que la ciencia no deja de mostrar avances, y genera condiciones de vida en materia de salud, de medio ambiente y desarrollo tecnológico aplicable a todo estilo de vida.

Sin embargo ante un entorno de pandemia, de adversidad económica global, de calentamiento global, y de populismo como esquema de gobierno en varias regiones del mundo, pareciera que la sociedad no tiene adelantos. No obstante, en pleno inicio del 2022 podemos evaluar que los avances científicos nos brindan hoy día vacunas que fueron desarrolladas en tiempo récord, y están salvando millones de vidas además de permitir que la economía mundial no colapse, muestra de que estamos caminando de cara al futuro.

No existe momento histórico en el que tantos niños estén teniendo acceso a la educación básica en el mundo y el analfabetismo, aunque persiste, está en sus niveles más bajos; el desarrollo tecnológico permite que millones de seres humanos dejen de vivir aislados y tengan acceso a las telecomunicaciones, la esperanza de vida sigue aumentando en países en vías de desarrollo.

Sin embargo tenemos que afrontar el paradigma que esto significa, durante la última mitad del siglo XX se construyó un modelo de desarrollo en Estados Unidos como ejemplo a imitar por el resto del mundo, llamado el “american dream”; ahora imaginemos la posibilidad de que una mujer maneje una camioneta motor Diésel a un supermercado a 25 km de su casa por los insumos necesarios para la comida del día, es una dinámica que no se puede sostener en todo el mundo.

Estados Unidos representa el 3% de la población mundial, pero generará casi 25% de la basura en el planeta, es decir, si países como India, China y otros incorporaran este modelo de desarrollo no habría recursos suficientes para poderlo soportar, eso hace que tengamos que cambiar el paradigma de desarrollo; requerimos un transporte público eficiente, un modelo de consumo basado en la producción local, una dieta más saludable baja en carne y un manejo eficiente del agua, éstos son sólo algunos de los puntos que están transformando nuestro estilo de vida.

Por ello se requiere de mucha voluntad política en los líderes de las naciones, para que ese cambio pueda consolidarse y México, nuestro gran país, no se quede al rezago, 2022 no será un año fácil, pero sí debe ser bajo todos los esquemas una oportunidad para romper paradigmas.

Maestro en Internacionalización del Desarrollo Local y diputado por el PRI