Las perspectivas para el inicio de 2022 indican que existirá fuerte presión para contener la inflación. La recuperación de la pandemia, los estímulos otorgados por gobiernos, y la inestabilidad de la demanda propiciaron que el 2021 tuviera un alto crecimiento e inflación. De acuerdo con el sitio de Statista, la inflación mundial del 2021 será de 3.5% y se prevé que para el 2022 disminuya a 2.24% hasta llegar a 3.05% en el 2026.
La Reserva Federal de los Estados Unidos (la FED) prevé subir las tasas tres veces durante el 2022 con el propósito de regular la inflación. Actualmente la inflación interanual de Estados Unidos en noviembre se anunció en niveles de 6.8%, la mayor en 39 años.
La inflación en Latinoamérica para el 2021 se espera que termine en 9.3% de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). México se encuentra en el tercer sitio con un 7.37%, después de Brasil (10.67%) y Argentina (52.1%).
La reducción de la inflación se deberá principalmente a la reacción de la oferta y la moderación de la demanda al reducirse las compras de pánico o de protección.
Aun cuando se prevé una reducción en la inflación y un crecimiento más saludable, la economía mundial distará mucho de estar robusta, por lo que existen algunos escenarios que ponen en riesgo la economía mundial donde podría prevalecer la inflación, estanflación (inflación con nulo crecimiento) o inclusive crisis económicas. Esto se podría deber a que no se restablezca apropiadamente el equilibrio de la oferta y la demanda, persistiendo el pánico y compras de protección; que los gobiernos dejen de dar los estímulos económicos compensatorios; que China se desacelere; y que la pandemia dé nuevos giros y no sea aún controlada.
Otro dato para tomar en cuenta es lo anunciado por el Fondo Monetario Internacional (FMI), donde comunica que la deuda en el mundo del 2020 subió a 256% del PIB, aumentando un 28% con referencia al 2019. El 40% corresponde a la deuda pública. Este dato es importante dado que el aumento de la inflación pondrá presión a las tasas de interés poniendo mayor presión a la sustentabilidad de gobiernos y empresas.
La pandemia ha impuesto nuevos retos a la economía mundial. Los retos típicos son: la productividad y el fomento a la inversión; la globalización; la digitalización; cambio climático; deuda; el rol del sector público en la economía; y la política pública en la industria. Los nuevos retos que tendrán que afrontar gobiernos y empresas son: administración de catástrofes mundiales; reglas sociales; y modelos de negocio nuevos.
Es importante que como ciudadanos asumamos con responsabilidad las reglas sociales que nos han impuesto las autoridades del sector salud con el propósito de reducir los efectos de la pandemia. Por otro lado, es importante completar los esquemas de vacunación, los cuales cada vez están más probados en su efectividad y reducción de riesgo. Ser ciudadanos y consumidores responsables será la mejor aportación que demos a la economía y sobre todo a nuestras familias y seres queridos.
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