/ martes 4 de agosto de 2020

¡Escucha presidente!

Me enorgullezco de ser lo que usted insistentemente vitupera y desprecia desde su corta y sesgada visión del mundoCardiólogo Javier González Maciel

Las ofensas y agresiones que espetan los dictadores, a sus enemigos (todos los dictadores inventan enemigos opositores, porque se consideran poseedores de la verdad celestial), son para llevar al sendero de la enajenación a masas populares, de las que en todo momento actoralmente, pretenden someter. Tachar de mercantilistas a los nobles médicos, que son profesionistas liberales en su perorata de las mañanas, sólo son recurso de blasfemias para quienes se esfuerzan por enfrentar el bienestar y la salud de sus millones de pacientes. Su nefasta dictadura, no procura equipo, instalaciones, medicamentos, pero eso sí, con odio febril, acusa a los regímenes anteriores ¡todo ellos, todo ellos!

Los discursos y menciones mendaces, intentan dividir a la gran nación mexicana para burlar la invaluable voluntad popular. ¿Quién le pide dádivas? Nadie, usted se presenta como un “meshia” (salvador), de un pueblo que sufre en su dictadura de la brutal acción de criminales organizados que asesinan sin piedad para someterlo por el terror a sus deleznables caprichos. La incertidumbre, el dolor y el coraje crecen en los mexicanos, que pierden a sus seres queridos, en virtud de las matanzas y de la pandemia y… ¿Su gobierno qué hace? Recibe informes de las maldades de los judíos, perdón, de los gobiernos anteriores ¿qué fácil, no?

Se hace uso de nubes muy negras, como la del avión, las de la simulación de combate a la delincuencia organizada ¿dejándolos libres? Escucha presidente, no se puede engañar a todos, todo el tiempo. Arribarán nuevos tiempos y el imperio de la demagogia caerá como castillo de naipes, empujado por la voluntad popular democrática, que ya se está organizando por todo México. Se afana en plena pandemia de informar que va a dar el “grito”, en un acto, acotado por sus lacayos y que llevarán antorchas -me recuerdan marchas y manifestaciones de los “camisas pardas” nazis, o las cubanas comunistas y las de los venezolanos adeptos al régimen opresor-. Escucha presidente, los verdaderos estadistas conducen a sus habitantes por senderos de lucha, unidad y libertad y, no los sacrifican en un abismo de megalomanía, torpeza y terquedad. ¡Viva México libre y democrático!


Me enorgullezco de ser lo que usted insistentemente vitupera y desprecia desde su corta y sesgada visión del mundoCardiólogo Javier González Maciel

Las ofensas y agresiones que espetan los dictadores, a sus enemigos (todos los dictadores inventan enemigos opositores, porque se consideran poseedores de la verdad celestial), son para llevar al sendero de la enajenación a masas populares, de las que en todo momento actoralmente, pretenden someter. Tachar de mercantilistas a los nobles médicos, que son profesionistas liberales en su perorata de las mañanas, sólo son recurso de blasfemias para quienes se esfuerzan por enfrentar el bienestar y la salud de sus millones de pacientes. Su nefasta dictadura, no procura equipo, instalaciones, medicamentos, pero eso sí, con odio febril, acusa a los regímenes anteriores ¡todo ellos, todo ellos!

Los discursos y menciones mendaces, intentan dividir a la gran nación mexicana para burlar la invaluable voluntad popular. ¿Quién le pide dádivas? Nadie, usted se presenta como un “meshia” (salvador), de un pueblo que sufre en su dictadura de la brutal acción de criminales organizados que asesinan sin piedad para someterlo por el terror a sus deleznables caprichos. La incertidumbre, el dolor y el coraje crecen en los mexicanos, que pierden a sus seres queridos, en virtud de las matanzas y de la pandemia y… ¿Su gobierno qué hace? Recibe informes de las maldades de los judíos, perdón, de los gobiernos anteriores ¿qué fácil, no?

Se hace uso de nubes muy negras, como la del avión, las de la simulación de combate a la delincuencia organizada ¿dejándolos libres? Escucha presidente, no se puede engañar a todos, todo el tiempo. Arribarán nuevos tiempos y el imperio de la demagogia caerá como castillo de naipes, empujado por la voluntad popular democrática, que ya se está organizando por todo México. Se afana en plena pandemia de informar que va a dar el “grito”, en un acto, acotado por sus lacayos y que llevarán antorchas -me recuerdan marchas y manifestaciones de los “camisas pardas” nazis, o las cubanas comunistas y las de los venezolanos adeptos al régimen opresor-. Escucha presidente, los verdaderos estadistas conducen a sus habitantes por senderos de lucha, unidad y libertad y, no los sacrifican en un abismo de megalomanía, torpeza y terquedad. ¡Viva México libre y democrático!