/ sábado 12 de mayo de 2018

Estacionamientos miserables

El hambre de espacio se desató sobre el periférico De la Juventud en la ciudad de Chihuahua. Hay edificios por doquier con ridículos estacionamientos que dan claustrofobia. Otros, con aparcamientos de dos o tres pisos donde, desde que entras, te da miedo embarrar tu auto; además, más tardas en acomodarte que en resolver la cuestión a la que vas.

La arquitectura citadina debe equilibrar formas y espacios para mejorar la calidad de vida, cosa que no está sucediendo en nuestra ciudad y que nos habla del apetito desmedido de los tres actores principales: los dueños de los terrenos, los arquitectos y el Municipio. El ser humano se convertirá, en las próximas décadas, en un Homo sapiens urbanus y las comunidades rurales, por su escasa productividad, tienden a desaparecer, por eso es importante planear con orden y sustentabilidad.

Por otro lado, las plazas comerciales que surgen por doquier olvidan que los clientes acuden en automóvil, por lo tanto es una regla inservible que frente a un local haya sólo tres apretados cajones de estacionamiento; por ejemplo, en la Plaza Tres Vías, y el Al Super que queda ahí mismo, es imposible transitar y estacionarse.

Nuestra ciudad debiera ser amplia, de calles anchas, por ser capital de un estado tan grande, más allegada a las ciudades gringas que a las del centro de México. Pero la cultura de hacinamiento se ha quedado prendada en la mente de las inmobiliarias que sólo piensan en sus carteras.

Tampoco las nuevas empresas contemplan un estacionamiento para sus empleados y éstos sufren un viacrucis para acomodar sus autos. Sitio para el automóvil del empleado debería ser obligatorio por cuestión de dignidad.

Ojalá y la presidente municipal pudiera capacitar a los encargados de Desarrollo Urbano, y a tantos organismos y comisiones que cobran en la nómina, para que pulan el objetivo de crear una ciudad armónica y sostenible con movilidad fácil y espacio digno, pensando en que haya menos neurosis en nuestros hijos por cuestión de tráfico.

Gentil lector, ¿queremos gobiernos más honrados?, pues comencemos por ser mejores ciudadanos prohibiendo estos estacionamientos miserables cuyo amontonamiento habla del embeleso de los empresarios por hacer mucho dinero con poco terreno.

www.silviagonzalez.com.mx

El hambre de espacio se desató sobre el periférico De la Juventud en la ciudad de Chihuahua. Hay edificios por doquier con ridículos estacionamientos que dan claustrofobia. Otros, con aparcamientos de dos o tres pisos donde, desde que entras, te da miedo embarrar tu auto; además, más tardas en acomodarte que en resolver la cuestión a la que vas.

La arquitectura citadina debe equilibrar formas y espacios para mejorar la calidad de vida, cosa que no está sucediendo en nuestra ciudad y que nos habla del apetito desmedido de los tres actores principales: los dueños de los terrenos, los arquitectos y el Municipio. El ser humano se convertirá, en las próximas décadas, en un Homo sapiens urbanus y las comunidades rurales, por su escasa productividad, tienden a desaparecer, por eso es importante planear con orden y sustentabilidad.

Por otro lado, las plazas comerciales que surgen por doquier olvidan que los clientes acuden en automóvil, por lo tanto es una regla inservible que frente a un local haya sólo tres apretados cajones de estacionamiento; por ejemplo, en la Plaza Tres Vías, y el Al Super que queda ahí mismo, es imposible transitar y estacionarse.

Nuestra ciudad debiera ser amplia, de calles anchas, por ser capital de un estado tan grande, más allegada a las ciudades gringas que a las del centro de México. Pero la cultura de hacinamiento se ha quedado prendada en la mente de las inmobiliarias que sólo piensan en sus carteras.

Tampoco las nuevas empresas contemplan un estacionamiento para sus empleados y éstos sufren un viacrucis para acomodar sus autos. Sitio para el automóvil del empleado debería ser obligatorio por cuestión de dignidad.

Ojalá y la presidente municipal pudiera capacitar a los encargados de Desarrollo Urbano, y a tantos organismos y comisiones que cobran en la nómina, para que pulan el objetivo de crear una ciudad armónica y sostenible con movilidad fácil y espacio digno, pensando en que haya menos neurosis en nuestros hijos por cuestión de tráfico.

Gentil lector, ¿queremos gobiernos más honrados?, pues comencemos por ser mejores ciudadanos prohibiendo estos estacionamientos miserables cuyo amontonamiento habla del embeleso de los empresarios por hacer mucho dinero con poco terreno.

www.silviagonzalez.com.mx