/ sábado 15 de septiembre de 2018

¡Estrenando gobierno estatal...!

Mi estimado lector, con toda razón usted me dirá que el título de este artículo está equivocado, que los chihuahuenses no estamos estrenando gobierno estatal porque la actual administración empezó en 2016, pero los cambios que está realizando Javier Corral no son para reconfigurar y fortalecer el gobierno por el que votamos los chihuahuenses.

El actual del gabinete parece un reflejo en el espejo del futuro gabinete de López Obrador, un gabinete de izquierda salpicado con panistas y priistas, mientras que en Chihuahua hoy ya tenemos un gabinete dizque panista súper salpicado de izquierdistas y priistas. Con la diferencia de que más del 50% de los mexicanos en un voto de protesta eligieron tal gobierno, mientras que los chihuahuenses básicamente votamos por el PAN, pero hoy el PAN ya no nos gobierna.

En estos movimientos me llaman especialmente la atención dos, la salida de Pablo Cuarón de la Secretaría de Educación, que desde mi punto de vista constituyó el único caso exitoso en la historia de los gobiernos panistas para acotar y regresar a sus funciones a los sindicatos magisteriales, donde Corral me imagino que pactó con Morena la designación del nuevo secretario, porque las mafias sindicales están saltando de felicidad.

Así como la renuncia de Guillermo Luján en la Secretaría de finanzas, un chihuahuense del que no podemos poner en tela de duda su honestidad y decencia. Los rumores atribuyen su renuncia al escándalo millonario del manoseo presupuestal en el área de Comunicación Social estatal, donde todo indica que utilizaron empresas “fantasma” para simular una competencia de proveedores inexistente, para otorgarles contratos millonarios a empresas conectadas con los funcionarios que dirigen de la dependencia.

Los acuerdos y pactos a trasmano que haya realizado Javier Corral tácita o expresamente con López Obrador se comprueban con la designación de Agustín Basave como representante del gobierno de Chihuahua en la CDMX, considerando que acaba de renunciar no a cualquier cargo, a la presidencia nacional del PRD.

Muchos afirmarán que lo que hoy vemos en el gobierno estatal en Chihuahua es resultado de la muerte de las ideologías políticas, pero cualquier organización política o productiva necesita una identidad, de la misma forma que McDonalds y Burger King se distinguen en el mercado ofreciendo un producto similar.

La renuncia de Guillermo Luján comprueba que en el PAN todavía queda gente honesta y honorable y las lágrimas durante la renuncia, que utilizaron algunos grillos digitales para burlarse de Pablo Cuarón, nos hablan de panistas comprometidos con reconstruir una educación pública mediocre y sectorialmente corrupta. Pero el desconcierto mayor lo provoca el silencio sepulcral e indigno de los panistas, porque aun el PRI no se hubiera callado ante decisiones unilaterales y antipartidistas de tales dimensiones.

Javier Corral en lugar de reunirse con los líderes de Chihuahua, informarles de desastrosas condiciones de las finanzas estatales e ir todos juntos a México a negociar y presionar, prefirió pactar con la izquierda y con Morena, debilitando al PAN y configurando un gabinete y propuesta de gobierno por la que no votamos los chihuahuenses. ¡Que viva la independencia de México y que vivan los hombres que nos dieron patria, dignidad y libertad…!


Mi estimado lector, con toda razón usted me dirá que el título de este artículo está equivocado, que los chihuahuenses no estamos estrenando gobierno estatal porque la actual administración empezó en 2016, pero los cambios que está realizando Javier Corral no son para reconfigurar y fortalecer el gobierno por el que votamos los chihuahuenses.

El actual del gabinete parece un reflejo en el espejo del futuro gabinete de López Obrador, un gabinete de izquierda salpicado con panistas y priistas, mientras que en Chihuahua hoy ya tenemos un gabinete dizque panista súper salpicado de izquierdistas y priistas. Con la diferencia de que más del 50% de los mexicanos en un voto de protesta eligieron tal gobierno, mientras que los chihuahuenses básicamente votamos por el PAN, pero hoy el PAN ya no nos gobierna.

En estos movimientos me llaman especialmente la atención dos, la salida de Pablo Cuarón de la Secretaría de Educación, que desde mi punto de vista constituyó el único caso exitoso en la historia de los gobiernos panistas para acotar y regresar a sus funciones a los sindicatos magisteriales, donde Corral me imagino que pactó con Morena la designación del nuevo secretario, porque las mafias sindicales están saltando de felicidad.

Así como la renuncia de Guillermo Luján en la Secretaría de finanzas, un chihuahuense del que no podemos poner en tela de duda su honestidad y decencia. Los rumores atribuyen su renuncia al escándalo millonario del manoseo presupuestal en el área de Comunicación Social estatal, donde todo indica que utilizaron empresas “fantasma” para simular una competencia de proveedores inexistente, para otorgarles contratos millonarios a empresas conectadas con los funcionarios que dirigen de la dependencia.

Los acuerdos y pactos a trasmano que haya realizado Javier Corral tácita o expresamente con López Obrador se comprueban con la designación de Agustín Basave como representante del gobierno de Chihuahua en la CDMX, considerando que acaba de renunciar no a cualquier cargo, a la presidencia nacional del PRD.

Muchos afirmarán que lo que hoy vemos en el gobierno estatal en Chihuahua es resultado de la muerte de las ideologías políticas, pero cualquier organización política o productiva necesita una identidad, de la misma forma que McDonalds y Burger King se distinguen en el mercado ofreciendo un producto similar.

La renuncia de Guillermo Luján comprueba que en el PAN todavía queda gente honesta y honorable y las lágrimas durante la renuncia, que utilizaron algunos grillos digitales para burlarse de Pablo Cuarón, nos hablan de panistas comprometidos con reconstruir una educación pública mediocre y sectorialmente corrupta. Pero el desconcierto mayor lo provoca el silencio sepulcral e indigno de los panistas, porque aun el PRI no se hubiera callado ante decisiones unilaterales y antipartidistas de tales dimensiones.

Javier Corral en lugar de reunirse con los líderes de Chihuahua, informarles de desastrosas condiciones de las finanzas estatales e ir todos juntos a México a negociar y presionar, prefirió pactar con la izquierda y con Morena, debilitando al PAN y configurando un gabinete y propuesta de gobierno por la que no votamos los chihuahuenses. ¡Que viva la independencia de México y que vivan los hombres que nos dieron patria, dignidad y libertad…!