/ lunes 19 de julio de 2021

Euro -Parte II-

Mario Ramírez


El pasado fin de semana llegó a su fin la que, como se dijo en la Parte I de esta columna, pudiera ser la mejor Eurocopa de Naciones en tiempos modernos. Y como no podía ser para menos, la definición del título llegó hasta el límite, hasta la tanda de penales, hasta donde la tensión no aguanta más. Finalmente La Squadra Azzurra derrotó a los Tres Leones y las rondas knock-out le hicieron justicia al calibre del torneo, pues el drama estuvo al por mayor.


Los octavos de final son siempre los de mayor cantidad y en este caso probablemente también fueron los de mayor calidad: Inglaterra por fin se quita la eterna paternidad contra Alemania, Bélgica elimina con todo y goleador de la competencia al entonces vigente campeón de Europa, Dinamarca aniquila a Gales, República Checa se burla de todas las quinielas y echa a Holanda, Ucrania elimina en el último segundo a Suecia, Italia es llevado hasta el límite contra una intensa Austria, Croacia empata a España en el 90 pero la furia roja logra reponerse con todo y su ridículo autogol, y Suiza después de ir abajo por dos, empata al 90 y elimina al campeón del mundo en penales. Pasando a los cuartos de final, Dinamarca se consolidó como el verdadero caballo negro y elimina a la Republica Checa, Inglaterra humilla a Ucrania, Italia deja fuera Bélgica, cuya generación dorada parece que se irá con las manos vacías y España echa a Suiza con todo y el partidazo de Yann Sommer. Las semifinales dejaron fuera a España desde los once pasos y a la inesperada Dinamarca en el tiempo extra. Italianos e Ingleses jugaron el partido más importante del año en el mítico Wembley.


Italia recupera su lugar en el mundo y vuelve a sentarse en la mesa a la que siempre ha pertenecido, Giorgio Chiellini y Leonardo Bonucci son probablemente la pareja de centrales que mejor se conoce en el mundo y eso por fin rindió frutos internacionales, Leonardo Spinazzola muestra un potencial sorpresivo, Jorginho se consolida como uno de los mejores medios centro del planeta, Federico Chiesa sigue construyéndose de un nombre a nivel mundial y en la portería Gianluigi Donnarumma se gana el premio al jugador del torneo después de una monumental final.


El mejor mes de futbol en los últimos años lo acabamos de vivir en las ciudades europeas más reconocidas, un respiro justo y necesario después de que el mundo deportivo se viera tan sacudido por la famosa pandemia mundial. Los cánticos y abucheos volvieron a ser parte del clima y los jugadores dejaron de festejar solos, el aficionado regresó a su hábitat natural y los gritos retornaron a los estadios, unas leyendas se despiden y otras apenas nacen, unas potencias despiertan y otras se vuelven a dormir. Esta Euro debe ser recordada como el parte aguas de recuperación en el mundo del futbol, pues después de tantos meses por fin se les permitió darnos lo que tanto nos gusta cómo tanto nos gusta. Puede que quienes levantaron el trofeo el 11 de julio hayan sido los italianos pero en realidad los ganadores... fuimos todos los espectadores.




Mario Ramírez


El pasado fin de semana llegó a su fin la que, como se dijo en la Parte I de esta columna, pudiera ser la mejor Eurocopa de Naciones en tiempos modernos. Y como no podía ser para menos, la definición del título llegó hasta el límite, hasta la tanda de penales, hasta donde la tensión no aguanta más. Finalmente La Squadra Azzurra derrotó a los Tres Leones y las rondas knock-out le hicieron justicia al calibre del torneo, pues el drama estuvo al por mayor.


Los octavos de final son siempre los de mayor cantidad y en este caso probablemente también fueron los de mayor calidad: Inglaterra por fin se quita la eterna paternidad contra Alemania, Bélgica elimina con todo y goleador de la competencia al entonces vigente campeón de Europa, Dinamarca aniquila a Gales, República Checa se burla de todas las quinielas y echa a Holanda, Ucrania elimina en el último segundo a Suecia, Italia es llevado hasta el límite contra una intensa Austria, Croacia empata a España en el 90 pero la furia roja logra reponerse con todo y su ridículo autogol, y Suiza después de ir abajo por dos, empata al 90 y elimina al campeón del mundo en penales. Pasando a los cuartos de final, Dinamarca se consolidó como el verdadero caballo negro y elimina a la Republica Checa, Inglaterra humilla a Ucrania, Italia deja fuera Bélgica, cuya generación dorada parece que se irá con las manos vacías y España echa a Suiza con todo y el partidazo de Yann Sommer. Las semifinales dejaron fuera a España desde los once pasos y a la inesperada Dinamarca en el tiempo extra. Italianos e Ingleses jugaron el partido más importante del año en el mítico Wembley.


Italia recupera su lugar en el mundo y vuelve a sentarse en la mesa a la que siempre ha pertenecido, Giorgio Chiellini y Leonardo Bonucci son probablemente la pareja de centrales que mejor se conoce en el mundo y eso por fin rindió frutos internacionales, Leonardo Spinazzola muestra un potencial sorpresivo, Jorginho se consolida como uno de los mejores medios centro del planeta, Federico Chiesa sigue construyéndose de un nombre a nivel mundial y en la portería Gianluigi Donnarumma se gana el premio al jugador del torneo después de una monumental final.


El mejor mes de futbol en los últimos años lo acabamos de vivir en las ciudades europeas más reconocidas, un respiro justo y necesario después de que el mundo deportivo se viera tan sacudido por la famosa pandemia mundial. Los cánticos y abucheos volvieron a ser parte del clima y los jugadores dejaron de festejar solos, el aficionado regresó a su hábitat natural y los gritos retornaron a los estadios, unas leyendas se despiden y otras apenas nacen, unas potencias despiertan y otras se vuelven a dormir. Esta Euro debe ser recordada como el parte aguas de recuperación en el mundo del futbol, pues después de tantos meses por fin se les permitió darnos lo que tanto nos gusta cómo tanto nos gusta. Puede que quienes levantaron el trofeo el 11 de julio hayan sido los italianos pero en realidad los ganadores... fuimos todos los espectadores.