/ miércoles 8 de abril de 2020

Excesos


Estaba oyendo una canción que me encanta de Barry White “No puedo tener suficiente”, donde habla de una común afirmación “que mucho de algo no es bueno para nadie”, pero en la letra de la canción dice que él no está seguro de esa afirmación, porque él nunca puede tener suficiente del amor que comparte con su pareja, que él siempre quiere más.

Y a mí se me vino a la mente qué es lo que tenemos de más ¡y vaya “era” que nos tocó vivir, hay de más en muchísimos aspectos!

Se ha desatado un fenómeno que empuja a querer más y más, aún y cuando la realidad nos demuestre que no es bueno el exceso.

El exceso está íntimamente relacionado con la soberbia ¡Más y más y más! Porque en esa suma conseguimos esos estatus que nos dan una comodidad que nos eleva a sitios donde lo que pasa alrededor ya es borroso, lamentable para otros, la ley de la vida, unos tienen de más y otros tendrán que acostumbrarse a lo menos.

El porcentaje de privilegiados que lo tienen “todo” y que en el diario vivir se dedican a conseguir más es bajísimo, pero aún así ese pequeñísimo sector tiene la fuerza para manejar decisiones de seguirle y seguirle, porque esa es la fuente de ingreso maravillosa, que hace que sigan siendo los de mero arriba, en la ilusoria idea de que su beneficio a costa de lo que sea no lleva implícita la consecuencia de un todo y para todos.

La producción de miles de productos no necesario, el comercio del capricho, construcción arrasadora de ecosistemas, movimiento de transporte automatizado, demanda y daño de elementos naturales son conductas que están en un círculo tan furiosamente rápido que el escenario de alrededor llega verse borroso, una borrachera de poder, de privilegio, de deleite que gira en la inconsciencia de un deterioro que no se quiere ver, y mucho menos aceptar, tanto desde la óptica del proveedor, como del consumidor.

Hablamos de muchas maneras de ese AMOR que les tenemos a nuestros seres queridos, de esa paz que nos da sentirnos acompañados, apreciados, inmersos en un equipo que nos da seguridad, alegría, comprensión, apoyo, etc., ¿pero qué hacemos para que esto continúe, para que se perpetúe?

Los excesos que yo observo son, en primer lugar, la extracción, contaminación, la devastación de recursos naturales. Una construcción inconsciente de lo que el suelo provee en el lugar ¿podrá resistir el suministro de agua ante la exigencia de miles y millones de construcciones que se hacen sin esta indispensable consideración?

La exageración de papeles, revistas tiradas por todos lados, las encaminadas a anunciar negocios que no tienen futuro sin los elementos básicos naturales, árboles que sucumben ante tanto papel desperdiciado, tirado después de tenerlo sólo unos minutos en la mano. Entro a cualquier establecimiento y pululan este tipo de anuncios en papel y revistas, ¡alarmante!

Mercado libre, ese seductor que nos lleva cualquier cosa que se nos atoje a la puerta de la casa o negocio. ¿Sabes todo lo que implica ese comercio? ¿Qué pides, por qué y para qué? ¡Es totalmente necesario?

Todos esos locales que sirven alimento y bebida en desechables y tienen un servicio de entrega que por “higiene” envuelven excesivamente en plástico cada alimento. ¿Y la higiene de la naturaleza? ¡Has pensado en todo eso que tiras cada vez que pides de comer, de beber?

Hay pensamientos puestos en servicio, higiene, negocio, gusto, rapidez, oferta, comodidad del cliente, pensamientos que no razonan en una naturaleza que es inminente para la existencia humana. ¿De qué te puedes privar para salvar este espectacular planeta? ¿Si tienes ingenio qué puedes proponer o inventar para quitarle carga a la naturaleza?

Vigilante: Hoy, tú y yo y todo mundo hemos de razonar en esta parada y analizar qué nos toca hacer para beneficio de la naturaleza ¡La necesitamos siempre!


Estaba oyendo una canción que me encanta de Barry White “No puedo tener suficiente”, donde habla de una común afirmación “que mucho de algo no es bueno para nadie”, pero en la letra de la canción dice que él no está seguro de esa afirmación, porque él nunca puede tener suficiente del amor que comparte con su pareja, que él siempre quiere más.

Y a mí se me vino a la mente qué es lo que tenemos de más ¡y vaya “era” que nos tocó vivir, hay de más en muchísimos aspectos!

Se ha desatado un fenómeno que empuja a querer más y más, aún y cuando la realidad nos demuestre que no es bueno el exceso.

El exceso está íntimamente relacionado con la soberbia ¡Más y más y más! Porque en esa suma conseguimos esos estatus que nos dan una comodidad que nos eleva a sitios donde lo que pasa alrededor ya es borroso, lamentable para otros, la ley de la vida, unos tienen de más y otros tendrán que acostumbrarse a lo menos.

El porcentaje de privilegiados que lo tienen “todo” y que en el diario vivir se dedican a conseguir más es bajísimo, pero aún así ese pequeñísimo sector tiene la fuerza para manejar decisiones de seguirle y seguirle, porque esa es la fuente de ingreso maravillosa, que hace que sigan siendo los de mero arriba, en la ilusoria idea de que su beneficio a costa de lo que sea no lleva implícita la consecuencia de un todo y para todos.

La producción de miles de productos no necesario, el comercio del capricho, construcción arrasadora de ecosistemas, movimiento de transporte automatizado, demanda y daño de elementos naturales son conductas que están en un círculo tan furiosamente rápido que el escenario de alrededor llega verse borroso, una borrachera de poder, de privilegio, de deleite que gira en la inconsciencia de un deterioro que no se quiere ver, y mucho menos aceptar, tanto desde la óptica del proveedor, como del consumidor.

Hablamos de muchas maneras de ese AMOR que les tenemos a nuestros seres queridos, de esa paz que nos da sentirnos acompañados, apreciados, inmersos en un equipo que nos da seguridad, alegría, comprensión, apoyo, etc., ¿pero qué hacemos para que esto continúe, para que se perpetúe?

Los excesos que yo observo son, en primer lugar, la extracción, contaminación, la devastación de recursos naturales. Una construcción inconsciente de lo que el suelo provee en el lugar ¿podrá resistir el suministro de agua ante la exigencia de miles y millones de construcciones que se hacen sin esta indispensable consideración?

La exageración de papeles, revistas tiradas por todos lados, las encaminadas a anunciar negocios que no tienen futuro sin los elementos básicos naturales, árboles que sucumben ante tanto papel desperdiciado, tirado después de tenerlo sólo unos minutos en la mano. Entro a cualquier establecimiento y pululan este tipo de anuncios en papel y revistas, ¡alarmante!

Mercado libre, ese seductor que nos lleva cualquier cosa que se nos atoje a la puerta de la casa o negocio. ¿Sabes todo lo que implica ese comercio? ¿Qué pides, por qué y para qué? ¡Es totalmente necesario?

Todos esos locales que sirven alimento y bebida en desechables y tienen un servicio de entrega que por “higiene” envuelven excesivamente en plástico cada alimento. ¿Y la higiene de la naturaleza? ¡Has pensado en todo eso que tiras cada vez que pides de comer, de beber?

Hay pensamientos puestos en servicio, higiene, negocio, gusto, rapidez, oferta, comodidad del cliente, pensamientos que no razonan en una naturaleza que es inminente para la existencia humana. ¿De qué te puedes privar para salvar este espectacular planeta? ¿Si tienes ingenio qué puedes proponer o inventar para quitarle carga a la naturaleza?

Vigilante: Hoy, tú y yo y todo mundo hemos de razonar en esta parada y analizar qué nos toca hacer para beneficio de la naturaleza ¡La necesitamos siempre!

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