/ miércoles 6 de noviembre de 2019

Feminismo para reducir la desigualdad

La desigualdad es una violación a la dignidad humana, adopta múltiples formas y tiene diversas consecuencias desde la discriminación, hasta la muerte. Las mujeres están más expuestas a situaciones de desigualdad y, por lo tanto, vulnerables a la violencia en cualquiera de sus manifestaciones. Ello ha sido evidenciado principalmente por movimientos de mujeres en la lucha de la igualdad de derechos como uno de los retos de nuestro país, considerado de los más desiguales en el mundo.

Hay quienes asocian al feminismo con una connotación negativa que promueve una lucha entre los sexos, donde las mujeres odian a los hombres y buscan prevalecer sobre ellos. Sin embargo, feminismo es una doctrina social que promueve la igualdad de derechos y surge como consecuencia del estatus subordinado de ellas en la sociedad. Es así como feminista es aquella persona (mujer u hombre) que busca y defiende la igualdad de derechos entre ambos sexos. Personalmente, fue un hombre quien me ayudó a expandir mi visión respecto al tema.

A menudo escucho a personas decir que ya no es necesario hablar de feminismo, pues se entiende que todos somos iguales, sin embargo, esa creencia minimiza la existencia de las diferencias aún presentes y refuerza la inequidad. Eso se llama ceguera de género, que hace que las personas no logren reconocer los roles que les fueron asignados de acuerdo con su género según el contexto, y como no logran percibir la discriminación, hacen que las ideas sexistas prevalezcan; por eso no se piensa que hay un problema. La desigualdad está arraigada; tanto hombres como mujeres la perpetuamos porque nade indica que estamos haciendo algo mal.

La violencia contra la mujer es estructural y tiene sus bases en la desigualdad. Hay mujeres que están privadas de oportunidades y subordinadas a roles patriarcales, pero no se considera que están recibiendo ninguna violencia porque no se puede ver con golpes. Debemos hacer un esfuerzo por visibilizar esa violencia que dicta la forma institucionalizada de relacionarnos que afecta las relaciones sociales.

Según dados de la ONU, el 70% de las personas que viven en situación de pobreza son mujeres, reciben menos salario por el mismo trabajo, la representación que tiene en espacios públicos es menor que la de los hombres y son más propensas a ser violentadas sexualmente por el hecho de ser mujeres. En un país tan disímil como el nuestro, el feminismo es una vía para reducir las desigualdades donde ambos sexos tengan igualdad de derechos y oportunidades para alcanzar la tan apremiada equidad.


yanez_flor@hotmail.com


La desigualdad es una violación a la dignidad humana, adopta múltiples formas y tiene diversas consecuencias desde la discriminación, hasta la muerte. Las mujeres están más expuestas a situaciones de desigualdad y, por lo tanto, vulnerables a la violencia en cualquiera de sus manifestaciones. Ello ha sido evidenciado principalmente por movimientos de mujeres en la lucha de la igualdad de derechos como uno de los retos de nuestro país, considerado de los más desiguales en el mundo.

Hay quienes asocian al feminismo con una connotación negativa que promueve una lucha entre los sexos, donde las mujeres odian a los hombres y buscan prevalecer sobre ellos. Sin embargo, feminismo es una doctrina social que promueve la igualdad de derechos y surge como consecuencia del estatus subordinado de ellas en la sociedad. Es así como feminista es aquella persona (mujer u hombre) que busca y defiende la igualdad de derechos entre ambos sexos. Personalmente, fue un hombre quien me ayudó a expandir mi visión respecto al tema.

A menudo escucho a personas decir que ya no es necesario hablar de feminismo, pues se entiende que todos somos iguales, sin embargo, esa creencia minimiza la existencia de las diferencias aún presentes y refuerza la inequidad. Eso se llama ceguera de género, que hace que las personas no logren reconocer los roles que les fueron asignados de acuerdo con su género según el contexto, y como no logran percibir la discriminación, hacen que las ideas sexistas prevalezcan; por eso no se piensa que hay un problema. La desigualdad está arraigada; tanto hombres como mujeres la perpetuamos porque nade indica que estamos haciendo algo mal.

La violencia contra la mujer es estructural y tiene sus bases en la desigualdad. Hay mujeres que están privadas de oportunidades y subordinadas a roles patriarcales, pero no se considera que están recibiendo ninguna violencia porque no se puede ver con golpes. Debemos hacer un esfuerzo por visibilizar esa violencia que dicta la forma institucionalizada de relacionarnos que afecta las relaciones sociales.

Según dados de la ONU, el 70% de las personas que viven en situación de pobreza son mujeres, reciben menos salario por el mismo trabajo, la representación que tiene en espacios públicos es menor que la de los hombres y son más propensas a ser violentadas sexualmente por el hecho de ser mujeres. En un país tan disímil como el nuestro, el feminismo es una vía para reducir las desigualdades donde ambos sexos tengan igualdad de derechos y oportunidades para alcanzar la tan apremiada equidad.


yanez_flor@hotmail.com