/ martes 20 de noviembre de 2018

Fenómeno migrante, ¿caravana del hambre o invasión programada?

Escribí hace tres, cuatro semanas sobre los migrantes que llegaban a nuestro país por la frontera sur con destino a los Estados Unidos, según el decir de ellos. En ese editorial los defendí porque venían de países oprimidos por dictaduras populistas, pero ahora viendo lo que ha sucedido, debo reconocer que me equivoqué, no es la caravana del hambre, sino una invasión programada.

El primer problema es que nuestro gobierno que va de salida y el que viene llegando y ya manda más que el que no se acaba de ir, han mostrado su enorme debilidad o complicidad con esta invasión, ¿dónde quedó nuestra soberanía? El migrante tiene derecho al asilo político, pero cuando es justificada su solicitud y de forma ordenada. La mayoría de los invasores son de Honduras, ellos no tienen dictadura ni problemas de hambre, por lo tanto no es justificable. Los de Nicaragua sí tienen al dictador Ortega, que está acabando con su pueblo y lo mata literalmente, no sólo de hambre.

Han circulado muchos videos en las redes sociales donde se ve con toda claridad que a estos invasores les están dando dinero, que no sabemos de parte de quién, puede ser nuestro mismo gobierno o alguna persona internacional, como George Soros, multimillonario húngaro, que la revista Forbes le calculó en 2015 su fortuna en más de 24 mil millones de dólares. Se dedica a la especulación y se dice que quebró el banco de Inglaterra y él ganó 1 mmd, así como especula con países y él siempre sale ganando. ¿Quién organizó la invasión? Para que vengan tan bien organizados al mismo tiempo.

Además, videos demuestran que los invasores desprecian la comida que se les regala por los gobiernos estatales o por particulares, porque ellos quieren pizza, coca cola, tacos sudados, etc., y no quieren agua ni comida enlatada.

Además vienen algunas gentes de lo peor, de los Mara Salvatrucha, que han provocado pleitos entre ellos, y cuando la policía ha intervenido, les apedrean las patrullas, porque vienen a causar problemas y apoderarse del bajo mundo, como acaba de suceder en Tijuana.

¿Cómo es posible que en unos días hayan llegado a la frontera con Estados Unidos? Hay también videos donde se ve claramente a la Policía Federal poniendo retenes para subir a los invasores a camiones, tráilers, camionetas, que van al norte del país… ¿Complicidad o debilidad?

Donald Trump ya dijo que no los va a dejar pasar y ha mandado 16 mil soldados a la frontera y ha dicho que a las pedradas responderán con balas, que esperemos sean de goma, pero no los va a dejar entrar, y tiene razón, es lo que debió hacer el gobierno mexicano. ¿Qué va a suceder con esa gente?, ¿se van a quedar en nuestro país? Será un grave problema, que el gobierno de Peña Nieto y de López Obrador no supieron o no quisieron detener.

El pueblo mexicano es muy noble, ¿por qué no ayudar primero a nuestros connacionales, que los tenemos por muchos miles padeciendo hambre?


La caravana del hambre es en realidad una invasión programada y nuestro gobierno federal es cómplice o muy débil.



Escribí hace tres, cuatro semanas sobre los migrantes que llegaban a nuestro país por la frontera sur con destino a los Estados Unidos, según el decir de ellos. En ese editorial los defendí porque venían de países oprimidos por dictaduras populistas, pero ahora viendo lo que ha sucedido, debo reconocer que me equivoqué, no es la caravana del hambre, sino una invasión programada.

El primer problema es que nuestro gobierno que va de salida y el que viene llegando y ya manda más que el que no se acaba de ir, han mostrado su enorme debilidad o complicidad con esta invasión, ¿dónde quedó nuestra soberanía? El migrante tiene derecho al asilo político, pero cuando es justificada su solicitud y de forma ordenada. La mayoría de los invasores son de Honduras, ellos no tienen dictadura ni problemas de hambre, por lo tanto no es justificable. Los de Nicaragua sí tienen al dictador Ortega, que está acabando con su pueblo y lo mata literalmente, no sólo de hambre.

Han circulado muchos videos en las redes sociales donde se ve con toda claridad que a estos invasores les están dando dinero, que no sabemos de parte de quién, puede ser nuestro mismo gobierno o alguna persona internacional, como George Soros, multimillonario húngaro, que la revista Forbes le calculó en 2015 su fortuna en más de 24 mil millones de dólares. Se dedica a la especulación y se dice que quebró el banco de Inglaterra y él ganó 1 mmd, así como especula con países y él siempre sale ganando. ¿Quién organizó la invasión? Para que vengan tan bien organizados al mismo tiempo.

Además, videos demuestran que los invasores desprecian la comida que se les regala por los gobiernos estatales o por particulares, porque ellos quieren pizza, coca cola, tacos sudados, etc., y no quieren agua ni comida enlatada.

Además vienen algunas gentes de lo peor, de los Mara Salvatrucha, que han provocado pleitos entre ellos, y cuando la policía ha intervenido, les apedrean las patrullas, porque vienen a causar problemas y apoderarse del bajo mundo, como acaba de suceder en Tijuana.

¿Cómo es posible que en unos días hayan llegado a la frontera con Estados Unidos? Hay también videos donde se ve claramente a la Policía Federal poniendo retenes para subir a los invasores a camiones, tráilers, camionetas, que van al norte del país… ¿Complicidad o debilidad?

Donald Trump ya dijo que no los va a dejar pasar y ha mandado 16 mil soldados a la frontera y ha dicho que a las pedradas responderán con balas, que esperemos sean de goma, pero no los va a dejar entrar, y tiene razón, es lo que debió hacer el gobierno mexicano. ¿Qué va a suceder con esa gente?, ¿se van a quedar en nuestro país? Será un grave problema, que el gobierno de Peña Nieto y de López Obrador no supieron o no quisieron detener.

El pueblo mexicano es muy noble, ¿por qué no ayudar primero a nuestros connacionales, que los tenemos por muchos miles padeciendo hambre?


La caravana del hambre es en realidad una invasión programada y nuestro gobierno federal es cómplice o muy débil.