/ jueves 1 de julio de 2021

Fraseario | Cáncer en tiempos de la 4T

Según Hugo López-Gatell, subsecretario “estrella” del gobierno de la 4T, la narrativa en torno al desabasto de medicamentos para niños con cáncer es una campaña con tintes golpistas.

Fue durante una entrevista transmitida por el canal 22 de televisión pública, cuando el subsecretario de Salud cuestionó la legitimidad de las protestas de padres y madres de familia que, a lo largo de más de dos años, le han exigido al presidente Andrés Manuel López Obrador que garantice el abasto de medicamentos pediátrico-oncológicos.

“¿Por qué si los niños de México que padecen cáncer no tienen medicamentos, sólo vemos a 20 personas haciendo manifestaciones, cerrando el aeropuerto? Son las mismas 20 personas desde que empezó el sexenio. Son grupos fomentados y fabricados. Desconozco si están en una nómina o les dan otro tipo de prebendas o quizá los medicamentos”, preguntó, contestó y acusó López-Gatell.

Lo que no dijo López-Gatell, es que en febrero del año pasado, en atención a 72 quejas relacionadas con la omisión del suministro de medicamentos a pacientes menores de edad con cáncer en diversas instituciones de salud, la CNDH reiteró una demanda a la Secretaría de Salud para dar respuesta integral y efectiva a las exigencias de familias de niñas, niños y adolescentes con cáncer, solicitándole garantizar el abasto de medicamentos oncológicos en todo el país. Obviamente, tampoco dijo que, hasta principios de este año, ya eran más de 550 las quejas presentadas ante la CNDH, mismas para las no hubo respuesta alguna por parte de dicho organismo.

Sean 20, 72, 500 o más los que se manifiestan por falta de medicamentos para pacientes menores de edad que padecen cáncer, lo dicho por López-Gatell, deslegitimando las quejas y las exigencias de los -directa o indirectamente- afectados, es totalmente inaceptable, indignante e indefendible; especialmente, si se toma en cuenta que el elevado y permanente nivel de desabasto de medicamentos (no sólo oncológicos, pero esa es otra historia) que ha prevalecido en los hospitales públicos de México durante el último bienio no es una mentira (aunque el subsecretario asegure que sí lo es), sino una realidad que ya es histórica.

Es asunto es que lo dicho por Hugo López-Gatell, el tono en que lo dijo y la intención con la que lo dijo es, indudablemente, otra estupidez de la 4T. Estupidez que, por cierto, permite emitir un diagnóstico claro y preciso sobre la situación actual de México: el autoproclamado “Gobierno de la Cuarta Transformación” al que representa y defiende López-Gatell, no es otra cosa más que un cáncer que está causando graves daños colectivos, sociales y morales. Afortunadamente, sin embargo, se trata de un cáncer que -aunque es muy agresivo y metastásico- tiene una eventual cura.

En esta ocasión, finalizo citando lo dicho alguna vez por el escritor estadounidense Quentin R. Bufogle: La estupidez es terminal. No existe cura. Conozco a aquellos que han vencido al cáncer, pero ni un solo individuo que se haya curado de estupidez.

Aída María Holguín Baeza
laecita.wordpress.com
laecita@gmail.com

Según Hugo López-Gatell, subsecretario “estrella” del gobierno de la 4T, la narrativa en torno al desabasto de medicamentos para niños con cáncer es una campaña con tintes golpistas.

Fue durante una entrevista transmitida por el canal 22 de televisión pública, cuando el subsecretario de Salud cuestionó la legitimidad de las protestas de padres y madres de familia que, a lo largo de más de dos años, le han exigido al presidente Andrés Manuel López Obrador que garantice el abasto de medicamentos pediátrico-oncológicos.

“¿Por qué si los niños de México que padecen cáncer no tienen medicamentos, sólo vemos a 20 personas haciendo manifestaciones, cerrando el aeropuerto? Son las mismas 20 personas desde que empezó el sexenio. Son grupos fomentados y fabricados. Desconozco si están en una nómina o les dan otro tipo de prebendas o quizá los medicamentos”, preguntó, contestó y acusó López-Gatell.

Lo que no dijo López-Gatell, es que en febrero del año pasado, en atención a 72 quejas relacionadas con la omisión del suministro de medicamentos a pacientes menores de edad con cáncer en diversas instituciones de salud, la CNDH reiteró una demanda a la Secretaría de Salud para dar respuesta integral y efectiva a las exigencias de familias de niñas, niños y adolescentes con cáncer, solicitándole garantizar el abasto de medicamentos oncológicos en todo el país. Obviamente, tampoco dijo que, hasta principios de este año, ya eran más de 550 las quejas presentadas ante la CNDH, mismas para las no hubo respuesta alguna por parte de dicho organismo.

Sean 20, 72, 500 o más los que se manifiestan por falta de medicamentos para pacientes menores de edad que padecen cáncer, lo dicho por López-Gatell, deslegitimando las quejas y las exigencias de los -directa o indirectamente- afectados, es totalmente inaceptable, indignante e indefendible; especialmente, si se toma en cuenta que el elevado y permanente nivel de desabasto de medicamentos (no sólo oncológicos, pero esa es otra historia) que ha prevalecido en los hospitales públicos de México durante el último bienio no es una mentira (aunque el subsecretario asegure que sí lo es), sino una realidad que ya es histórica.

Es asunto es que lo dicho por Hugo López-Gatell, el tono en que lo dijo y la intención con la que lo dijo es, indudablemente, otra estupidez de la 4T. Estupidez que, por cierto, permite emitir un diagnóstico claro y preciso sobre la situación actual de México: el autoproclamado “Gobierno de la Cuarta Transformación” al que representa y defiende López-Gatell, no es otra cosa más que un cáncer que está causando graves daños colectivos, sociales y morales. Afortunadamente, sin embargo, se trata de un cáncer que -aunque es muy agresivo y metastásico- tiene una eventual cura.

En esta ocasión, finalizo citando lo dicho alguna vez por el escritor estadounidense Quentin R. Bufogle: La estupidez es terminal. No existe cura. Conozco a aquellos que han vencido al cáncer, pero ni un solo individuo que se haya curado de estupidez.

Aída María Holguín Baeza
laecita.wordpress.com
laecita@gmail.com