El pasado sábado 18 de noviembre, los consejos políticos nacionales del PRD, PAN y Movimiento Ciudadano, en sus respectivas sesiones de consejo, aprobaban la propuesta para la creación de la Coalición Frente Ciudadano por México.
Alejandra Barrales, presidente del PRD; Ricardo Anaya, presidente del PAN, y Dante Delgado, presidente de Movimiento Ciudadano, el lunes 20 de noviembre presentaron ante el Instituto Nacional Electoral la intención de formarse como Coalición Electoral para el proceso 2018.
Aún sin hacerlo formalmente, cumpliendo con todos los requisitos marcados por ley, los presidentes de los partidos involucrados en la Coalición Frente Ciudadano dejaron claro el compromiso de hacerlo antes del 14 de diciembre, fecha en la que vence el plazo ya que comienzan las precampañas, sin embargo, resaltaron tres ejes centrales en los que piensan basar la novedosa propuesta política: Renta Básica Universal, Apoyo del Estado a todos los mexicanos para combatir la pobreza y la desigualdad; Muerte civil, castigo a funcionarios, personas físicas y morales culpables de actos de corrupción; y Prevención, con programas para combate a la inseguridad.
Cada vez vemos con más entusiasmo cómo se han venido sorteando todos los obstáculos que se han presentado, rompiendo paradigmas infranqueables, dejando ataras serias dudas sobre la viabilidad de dicha coalición y sentando las bases de lo que podría ser una nueva forma de hacer política en México, dejando de lado lo que nos hace diferentes para centrarnos en lo que nos interesa y preocupa, preocupaciones y aspiraciones compartidas, sustentadas en aspiraciones legítimas y válidas, ante los deplorables daños que hemos sufrido en este sexenio.
Una coalición que rescate la dignidad de la persona humana, y deje de manifiesto la impostergable necesidad de trabajar en base a principios, sustentados en valores, que en forma incluyente sean la base sólida para un nuevo gobierno compartido, con amplia participación ciudadana, con visión de gran aliento, incluyente, donde la guía sea terminar con la pobreza y marginación que nos tiene postrados como nación, acabar con la corrupción e impunidad, que son un lastre que nos deja avanzar económica y socialmente, así como blindar las instituciones que nos garanticen seguridad para nosotros y nuestras familias, en un entorno de sano desarrollo económico y social de toda la población.
Ambicioso proyecto de rescate nacional, sustentado por hombres de carne y hueso y no por mesías, faltos de base y sustento ético y moral.
México se apresta a una revolución, una guerra de inteligencias, de mentes brillantes, que harán de los medios, el campo de batalla, y serán los ciudadanos los receptores de infinidad de mensajes, buscando confundir al electorado, mezclando ficción con realidad y en muchas de las veces, dejando la pura ficción, como retazo maltrecho de tela, para cortar y confeccionar las minúsculas prendas de vestir.
Frente Ciudadano por México, una luz de esperanza.
