/ martes 19 de noviembre de 2019

¡Fuera máscaras! 4T Socialista

Lo sucedido en México durante el mes de octubre y lo que va de noviembre nos muestra con claridad la realidad política que definirá la presidencia de AMLO, así como la dirección ideológica fundamental de Morena como partido político.

Durante la segunda mitad del siglo XX sucedió una confrontación entre dos bloques, el de un comunismo que emergía a partir de la fortaleza de la Unión Soviética contra un capitalismo que había surgido con la Revolución Industrial, donde derivado de los movimientos sindicalistas, este capitalismo fue humanizándose durante la primera mitad del siglo XX.

En la actualidad este modelo bipolar está siendo reemplazado por un modelo de tres ejes constituidos por: el sector público, los gobiernos, el capital entendido como empresa e iniciativa personal y un sector social emergente la sociedad civil constituida por organizaciones sociales y no gubernamentales.

En México quienes realmente conducen Morena no son ni su presidente la señora Yeidckol Polenvsky, ni el empresario y secretario de la presidencia, el señor Romo, mucho menos expanistas como Cruz Perez Cuéllar. Son los morenos duros que añoran los heroicos tiempos bipolares del socialismo del siglo XX, a los que han sumado la "ideología de género", ajena totalmente a la equidad de género.

Esta última buscaba la emancipación de la mujer y un espacio equitativo y respetuoso entre hombres y mujeres en todos los ámbitos de la vida, mientras que la ideología de género propone que parejas de homosexuales y lesbianas pueden matrimoniarse y adoptar, donde la sexualidad biológica y el modelo de familia que permitió la supervivencia y el desarrollo de la especie humana las considera meras construcciones y/o prácticas culturales.

Durante lo que va de la presidencia de López Obrador, todos los meses hemos visto cómo las instituciones de la sociedad civil han ido siendo debilitadas o destruidas. El último caso en esta semana fue la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, donde los senadores morenos al no poder conseguir las dos terceras partes de los votos necesarios, sacaron del conteo con marrullerías dos boletas, situación comprobable al mirar los videos.

La traición de Morena alcanzó a las organizaciones campesinas, corruptas o no, que bloquearon por segunda ocasión la Cámara de Diputados, organizaciones con las que López Obrador pactó para poder llegar a la Presidencia de la República.

Por último, el reconocimiento casi automático de la elección fraudulenta en Bolivia donde Evo Morales por parte de López Obrador, donde el hoy asilado en México intentaba reelegirse por cuarta ocasión, a pesar de que la mayoría de los electores bolivianos en un referéndum operado por el organismo electoral que él controlaba, le dijeron que no, refleja que la democracia y la participación de la sociedad civil en el gobierno mexicano no son una prioridad ni deseables para Morena y AMLO.

Lo sucedido en México durante el mes de octubre y lo que va de noviembre nos muestra con claridad la realidad política que definirá la presidencia de AMLO, así como la dirección ideológica fundamental de Morena como partido político.

Durante la segunda mitad del siglo XX sucedió una confrontación entre dos bloques, el de un comunismo que emergía a partir de la fortaleza de la Unión Soviética contra un capitalismo que había surgido con la Revolución Industrial, donde derivado de los movimientos sindicalistas, este capitalismo fue humanizándose durante la primera mitad del siglo XX.

En la actualidad este modelo bipolar está siendo reemplazado por un modelo de tres ejes constituidos por: el sector público, los gobiernos, el capital entendido como empresa e iniciativa personal y un sector social emergente la sociedad civil constituida por organizaciones sociales y no gubernamentales.

En México quienes realmente conducen Morena no son ni su presidente la señora Yeidckol Polenvsky, ni el empresario y secretario de la presidencia, el señor Romo, mucho menos expanistas como Cruz Perez Cuéllar. Son los morenos duros que añoran los heroicos tiempos bipolares del socialismo del siglo XX, a los que han sumado la "ideología de género", ajena totalmente a la equidad de género.

Esta última buscaba la emancipación de la mujer y un espacio equitativo y respetuoso entre hombres y mujeres en todos los ámbitos de la vida, mientras que la ideología de género propone que parejas de homosexuales y lesbianas pueden matrimoniarse y adoptar, donde la sexualidad biológica y el modelo de familia que permitió la supervivencia y el desarrollo de la especie humana las considera meras construcciones y/o prácticas culturales.

Durante lo que va de la presidencia de López Obrador, todos los meses hemos visto cómo las instituciones de la sociedad civil han ido siendo debilitadas o destruidas. El último caso en esta semana fue la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, donde los senadores morenos al no poder conseguir las dos terceras partes de los votos necesarios, sacaron del conteo con marrullerías dos boletas, situación comprobable al mirar los videos.

La traición de Morena alcanzó a las organizaciones campesinas, corruptas o no, que bloquearon por segunda ocasión la Cámara de Diputados, organizaciones con las que López Obrador pactó para poder llegar a la Presidencia de la República.

Por último, el reconocimiento casi automático de la elección fraudulenta en Bolivia donde Evo Morales por parte de López Obrador, donde el hoy asilado en México intentaba reelegirse por cuarta ocasión, a pesar de que la mayoría de los electores bolivianos en un referéndum operado por el organismo electoral que él controlaba, le dijeron que no, refleja que la democracia y la participación de la sociedad civil en el gobierno mexicano no son una prioridad ni deseables para Morena y AMLO.