/ miércoles 9 de mayo de 2018

Ganar o perder

Las contiendas electorales ya nos muestran diferentes posiciones de los actores principales a pesar de que aún no se suman los candidatos a las diputaciones locales, ayuntamientos y sindicaturas donde predominan los discursos de odio por sobre las propuestas y compromisos.

Porque por primera vez en la historia, los ciudadanos tendremos que elegir en seis boletas electorales a quien queremos como presidente, senador, diputado federal, diputado local, presidente municipal y síndico entre una variedad de coaliciones y partidos políticos.

En los medios de comunicación los spots nos bombardean con las ideas que se pretenden imponer y en las calles los espectaculares y las manifestaciones en los cruceros ya comienzan a ser una cotidiana escena ante la contienda política presente.

Las entrevistas y los debates nos permiten ir formando una visión de cada participante a pesar de la inequidad de los tiempos asignados para cada proyecto político y al mismo tiempo ir encaminando una posibilidad de seleccionar nuestra preferencia.


Y entre la sociedad, los comentarios en los cafés, en las reuniones familiares o de amistad el tema es recurrente y las posiciones variadas llegando, en algunas ocasiones, a radicalizar las posturas convirtiendo las reuniones en fuentes de verdadera confrontación.

Hay que tomar en cuenta que el 1 de julio tendremos un ganador, los demás se irán a su casita y los ciudadanos retomaremos el rumbo normal de nuestras vidas con conocimiento pleno que el que ganó la contienda ni nos vera ni nos oirá, y procederá, con sus debidos altibajos, a darle continuidad a un proyecto impuesto desde las más altas esferas económicas mundiales que difícilmente podremos revertir.

Y el colmo sería que también perdiéramos a nuestros amigos o llegáramos al alejamiento con nuestros familiares debido a las diferentes posiciones en la contienda lo que nos convertiría en los verdaderos perdedores del proceso electoral.

Tenemos en nuestras manos la decisión, el arma es el voto y es nuestro, podemos elegir libremente en esos minutos de secrecía en las urnas y hay que aprovecharlo, pero que esto no nos lleve a la confrontación y al insulto, la política no debe ser factor de desunión entre amigos y familiares. No tiene vuelta de hoja; es más importante conservar un amigo que sostener una posición política.


Correo: vicmedina@hotmail.com


Las contiendas electorales ya nos muestran diferentes posiciones de los actores principales a pesar de que aún no se suman los candidatos a las diputaciones locales, ayuntamientos y sindicaturas donde predominan los discursos de odio por sobre las propuestas y compromisos.

Porque por primera vez en la historia, los ciudadanos tendremos que elegir en seis boletas electorales a quien queremos como presidente, senador, diputado federal, diputado local, presidente municipal y síndico entre una variedad de coaliciones y partidos políticos.

En los medios de comunicación los spots nos bombardean con las ideas que se pretenden imponer y en las calles los espectaculares y las manifestaciones en los cruceros ya comienzan a ser una cotidiana escena ante la contienda política presente.

Las entrevistas y los debates nos permiten ir formando una visión de cada participante a pesar de la inequidad de los tiempos asignados para cada proyecto político y al mismo tiempo ir encaminando una posibilidad de seleccionar nuestra preferencia.


Y entre la sociedad, los comentarios en los cafés, en las reuniones familiares o de amistad el tema es recurrente y las posiciones variadas llegando, en algunas ocasiones, a radicalizar las posturas convirtiendo las reuniones en fuentes de verdadera confrontación.

Hay que tomar en cuenta que el 1 de julio tendremos un ganador, los demás se irán a su casita y los ciudadanos retomaremos el rumbo normal de nuestras vidas con conocimiento pleno que el que ganó la contienda ni nos vera ni nos oirá, y procederá, con sus debidos altibajos, a darle continuidad a un proyecto impuesto desde las más altas esferas económicas mundiales que difícilmente podremos revertir.

Y el colmo sería que también perdiéramos a nuestros amigos o llegáramos al alejamiento con nuestros familiares debido a las diferentes posiciones en la contienda lo que nos convertiría en los verdaderos perdedores del proceso electoral.

Tenemos en nuestras manos la decisión, el arma es el voto y es nuestro, podemos elegir libremente en esos minutos de secrecía en las urnas y hay que aprovecharlo, pero que esto no nos lleve a la confrontación y al insulto, la política no debe ser factor de desunión entre amigos y familiares. No tiene vuelta de hoja; es más importante conservar un amigo que sostener una posición política.


Correo: vicmedina@hotmail.com