/ martes 26 de octubre de 2021

Gaudí, el gran emprendedor 

Por: Antonio Ríos Ramírez

La semana pasada tuve la oportunidad de visitar varias obras de Gaudí. Entre más escuchaba sobre su vida y forma de ser, como también sobre su gran creatividad y facilidad para crear obras fuera de lo normal, más veía la mentalidad de un emprendedor.

De los primeros pensamientos de este gran artista es “Originalidad es volver al origen. No es posible avanzar sin apoyarse en el pasado, en el esfuerzo de los que nos precedieron. Para avanzar es necesario la reflexión y la acción, ascender peldaño a peldaño, reflexión y acción”, este pensamiento es regularmente un comportamiento de un emprendedor, reflexión y acción.

Otro punto importante es el hecho de que se rodeara de los mejores para realizar cada obra, buscar aquellos especialistas y formar los mejores equipos. Cada uno de estos profesionales se dedicaba a su encargo y él dirigía todos los trabajos personalmente. Visitaba a los trabajadores enfermos, recomendaba normas para la seguridad e higiene.

“El trabajo es fruto de la colaboración. El verdadero arquitecto reconoce lo que sabe y puede hacer cada operador, no hay nadie inútil. He cansado mucho a los que han trabajado conmigo, procurando mejorar las cosas. Repetir es un camino de fertilidad; en Beethoven se encuentran temas retomados de 10 años atrás, en Bach lo mismo, Verdaguer corregía siempre sus poesías. La paciencia consiste en esperar, no pasivamente, sino trabajando con persistencia, aunque la solución no se vea cerca”. En un emprendimiento normalmente hay que estar apoyando y motivando a los miembros del equipo y cuidar por ellos los detalles que puedan afectar el proyecto y la persona. Y ser, como dice este genio, paciente y persistente.

Gaudí, como gran emprendedor, nunca hizo caso de las críticas destructivas y chistes cuestionando sus trabajos y su forma de realizarlos.

“El templo no lo terminaré pero: Una generación, dos, tres, el esfuerzo aún genial de un solo hombre es poco, sumando generaciones llegaremos a la belleza. Como los constructores medievales edificó para lo intemporal, no vio su obra terminada, pero no importaba, pues participaba en algo grandioso dejando huellas que no borrarán las aguas del tiempo”. El pensamiento de “dejar huella”, de imaginarse algo grandioso, son parte de las visiones de un emprendedor innovador.

Gaudí dijo cuando estaba trabajando en una de sus últimas obras: “Esta no es la última de las catedrales, sino la primera de una nueva serie”. Para él, esa última obra era un viaje inmenso a través del espacio y el tiempo para franquear los límites de lo invisible. La obra fue una síntesis de símbolos universales: por fuera es una montaña, residencia de dioses y por dentro un frondoso bosque, en cuyos claros habitan los pequeños elementales”. Efectivamente estaba hablando de la “Sagrada Familia”, obra monumental de un genio emprendedor. Otro punto adicional a comentar es que siempre le gustaba trabajar con prototipos a escala de sus obras, las revisaba y sobre los prototipos las modificaba y mejoraba, una y otra vez, hasta estar convencido de su visión y esto es una característica más de este gran emprendedor. Con estas características y, probablemente, muchas más, veo en Gaudí un perfil de un gran emprendedor innovador.

email: antonio.rios@tec.mx, miembro de la Asociación de Editorialistas de Chihuahua

Por: Antonio Ríos Ramírez

La semana pasada tuve la oportunidad de visitar varias obras de Gaudí. Entre más escuchaba sobre su vida y forma de ser, como también sobre su gran creatividad y facilidad para crear obras fuera de lo normal, más veía la mentalidad de un emprendedor.

De los primeros pensamientos de este gran artista es “Originalidad es volver al origen. No es posible avanzar sin apoyarse en el pasado, en el esfuerzo de los que nos precedieron. Para avanzar es necesario la reflexión y la acción, ascender peldaño a peldaño, reflexión y acción”, este pensamiento es regularmente un comportamiento de un emprendedor, reflexión y acción.

Otro punto importante es el hecho de que se rodeara de los mejores para realizar cada obra, buscar aquellos especialistas y formar los mejores equipos. Cada uno de estos profesionales se dedicaba a su encargo y él dirigía todos los trabajos personalmente. Visitaba a los trabajadores enfermos, recomendaba normas para la seguridad e higiene.

“El trabajo es fruto de la colaboración. El verdadero arquitecto reconoce lo que sabe y puede hacer cada operador, no hay nadie inútil. He cansado mucho a los que han trabajado conmigo, procurando mejorar las cosas. Repetir es un camino de fertilidad; en Beethoven se encuentran temas retomados de 10 años atrás, en Bach lo mismo, Verdaguer corregía siempre sus poesías. La paciencia consiste en esperar, no pasivamente, sino trabajando con persistencia, aunque la solución no se vea cerca”. En un emprendimiento normalmente hay que estar apoyando y motivando a los miembros del equipo y cuidar por ellos los detalles que puedan afectar el proyecto y la persona. Y ser, como dice este genio, paciente y persistente.

Gaudí, como gran emprendedor, nunca hizo caso de las críticas destructivas y chistes cuestionando sus trabajos y su forma de realizarlos.

“El templo no lo terminaré pero: Una generación, dos, tres, el esfuerzo aún genial de un solo hombre es poco, sumando generaciones llegaremos a la belleza. Como los constructores medievales edificó para lo intemporal, no vio su obra terminada, pero no importaba, pues participaba en algo grandioso dejando huellas que no borrarán las aguas del tiempo”. El pensamiento de “dejar huella”, de imaginarse algo grandioso, son parte de las visiones de un emprendedor innovador.

Gaudí dijo cuando estaba trabajando en una de sus últimas obras: “Esta no es la última de las catedrales, sino la primera de una nueva serie”. Para él, esa última obra era un viaje inmenso a través del espacio y el tiempo para franquear los límites de lo invisible. La obra fue una síntesis de símbolos universales: por fuera es una montaña, residencia de dioses y por dentro un frondoso bosque, en cuyos claros habitan los pequeños elementales”. Efectivamente estaba hablando de la “Sagrada Familia”, obra monumental de un genio emprendedor. Otro punto adicional a comentar es que siempre le gustaba trabajar con prototipos a escala de sus obras, las revisaba y sobre los prototipos las modificaba y mejoraba, una y otra vez, hasta estar convencido de su visión y esto es una característica más de este gran emprendedor. Con estas características y, probablemente, muchas más, veo en Gaudí un perfil de un gran emprendedor innovador.

email: antonio.rios@tec.mx, miembro de la Asociación de Editorialistas de Chihuahua