/ sábado 19 de diciembre de 2020

Gran genio de Bonn En el 250 aniversario del natalicio de Beethoven


Bonn sobre todo está asociada al nombre de Ludwig van Beethoven, que allí vio la luz a mediados de diciembre de 1770. Si bien pasó la mayor parte de su vida en Viena, su genio y su personalidad se delinearon desde su ciudad natal, porque en ella sufrió los sinsabores bajo el yugo de un padre autoritario, pero igual descubrió la singularidad de su talento y los primeros impulsos de una dependencia amatoria no menos determinante.

Estar en la Beethoven-Haus es transportarse en el tiempo y conocer el ambiente que detonó el proceso creativo del gran genio en su natal Bonn. Tras un revelador y hasta alucinante itinerario por la vida y el trabajo de este gran compositor de transición entre el clasicismo y el romanticismo musicales, a través de una elocuente museografía se descubren la sensibilidad, el talento creativo y las indiscutibles influencias en la gestación de uno de los catálogos más sorprendentes en toda la historia del arte musical. Su ilustre legado es extenso y variado, tocando prácticamente todos los géneros del llamado ámbito académico, donde dejó su singular e innegable impronta de innovación.

Confeso fetichista que va tras los pasos de los grandes artistas que admiro, recorrer la Beethoven-Haus nos permite revivir la personalidad y el espíritu complejos de un músico que experimentó a plenitud las circunstancias de una época convulsionada (con el ascenso y la caída de Napoleón I manifiestos en su revolucionaria Tercera Sinfonía “Heroica”), y que desde su tribuna de artista dotado e inquieto igual influyó en el curso de muchos otros acontecimientos dentro y fuera del arte.

Aparte de escuchar su creación portentosa e imperecedera, ir a la Beethoven-Haus en Bonn es adentrarnos en su espacio íntimo y en su mundo interior siempre conflictuados de frente a un temperamento a flor de piel, para entender y hacernos cómplices de un personaje entreverado que tras su genio creador fue capaz de dar luz a uno de los más poderosos, significativos y conmovedores entramados artístico-musicales. A diferencia de Mozart, el gran genio incomprendido que pagó con creces el pretender romper con el mecenazgo (su sepultura en una fosa común constituye uno de los más escandalosos descréditos de la estulticia humana), el sepelio de Beethoven fue un evento apoteósico y multitudinario.

Con una extraordinaria curaduría, hay retratos, manuscritos originales, cartas, instrumentos y objetos de uso diario del compositor (como la estrujante colección de utensilios para apalear su progresiva, trágica y determinante sordera, y por supuesto su máscara mortuoria), permitiendo al visitante tener una impresión viva y auténtica en torno a la existencia y la obra del gran músico, para beneplácito de quienes seguimos su culto con verdadera devoción. Cuenta además con la biblioteca especializada más grande e importante sobre el tema, y con un no menos exhaustivo archivo constituido con motivo de la conmemoración del centenario luctuoso de Beethoven en 1927, principal centro de documentación sobre la vida, la obra y el círculo intelectual que rodeó al músico.




Bonn sobre todo está asociada al nombre de Ludwig van Beethoven, que allí vio la luz a mediados de diciembre de 1770. Si bien pasó la mayor parte de su vida en Viena, su genio y su personalidad se delinearon desde su ciudad natal, porque en ella sufrió los sinsabores bajo el yugo de un padre autoritario, pero igual descubrió la singularidad de su talento y los primeros impulsos de una dependencia amatoria no menos determinante.

Estar en la Beethoven-Haus es transportarse en el tiempo y conocer el ambiente que detonó el proceso creativo del gran genio en su natal Bonn. Tras un revelador y hasta alucinante itinerario por la vida y el trabajo de este gran compositor de transición entre el clasicismo y el romanticismo musicales, a través de una elocuente museografía se descubren la sensibilidad, el talento creativo y las indiscutibles influencias en la gestación de uno de los catálogos más sorprendentes en toda la historia del arte musical. Su ilustre legado es extenso y variado, tocando prácticamente todos los géneros del llamado ámbito académico, donde dejó su singular e innegable impronta de innovación.

Confeso fetichista que va tras los pasos de los grandes artistas que admiro, recorrer la Beethoven-Haus nos permite revivir la personalidad y el espíritu complejos de un músico que experimentó a plenitud las circunstancias de una época convulsionada (con el ascenso y la caída de Napoleón I manifiestos en su revolucionaria Tercera Sinfonía “Heroica”), y que desde su tribuna de artista dotado e inquieto igual influyó en el curso de muchos otros acontecimientos dentro y fuera del arte.

Aparte de escuchar su creación portentosa e imperecedera, ir a la Beethoven-Haus en Bonn es adentrarnos en su espacio íntimo y en su mundo interior siempre conflictuados de frente a un temperamento a flor de piel, para entender y hacernos cómplices de un personaje entreverado que tras su genio creador fue capaz de dar luz a uno de los más poderosos, significativos y conmovedores entramados artístico-musicales. A diferencia de Mozart, el gran genio incomprendido que pagó con creces el pretender romper con el mecenazgo (su sepultura en una fosa común constituye uno de los más escandalosos descréditos de la estulticia humana), el sepelio de Beethoven fue un evento apoteósico y multitudinario.

Con una extraordinaria curaduría, hay retratos, manuscritos originales, cartas, instrumentos y objetos de uso diario del compositor (como la estrujante colección de utensilios para apalear su progresiva, trágica y determinante sordera, y por supuesto su máscara mortuoria), permitiendo al visitante tener una impresión viva y auténtica en torno a la existencia y la obra del gran músico, para beneplácito de quienes seguimos su culto con verdadera devoción. Cuenta además con la biblioteca especializada más grande e importante sobre el tema, y con un no menos exhaustivo archivo constituido con motivo de la conmemoración del centenario luctuoso de Beethoven en 1927, principal centro de documentación sobre la vida, la obra y el círculo intelectual que rodeó al músico.