/ sábado 17 de octubre de 2020

Ha muerto la pandemia, ha nacido la sindemia

Por si fuera poco, dicen los científicos que el Covid-19 no es una pandemia, sino algo más grave: una sindemia.

¿Qué es eso?

El término “sindemia” es un neologismo que combina sinergia y pandemia, y está tomando mucho auge en estos últimos meses en los que el Covid-19 está tomando su segundo aire.

El concepto en mención fue desarrollado por el antropólogo médico estadounidense Merrill Singer en la década de los años 90 para explicar una situación en la que "dos o más enfermedades interactúan de forma tal que causan un daño mayor que la mera suma de estas dos enfermedades".

En una entrevista para la British Broadcasting Corporation de Londres, el creador del término afirmó que "el impacto de esta interacción está además facilitado por condiciones sociales y ambientales que juntan de alguna manera a estas dos enfermedades o hacen que la población sea más vulnerable a su impacto".

Para Singer, la interacción con el entorno social es lo que hace que no se trate sencillamente de una comorbilidad. La palabra “sindemia” surgió cuando el científico investigaba el uso de drogas en comunidades de bajos ingresos en Estados Unidos y descubrieron que muchos de quienes se inyectaban drogas sufrían una cantidad de otras enfermedades, como tuberculosis, algunas enfermedades de transmisión sexual. Así, los investigadores se empezaron a preguntar cómo éstas coexistían en el cuerpo, y concluyeron que, en algunos casos, la combinación amplificaba el daño.

El científico reveló que en el caso del Covid-19 se puede ver “cómo interactúa con una variedad de condiciones preexistentes como la diabetes, cáncer, problemas cardiacos y otros. Por lo que vemos un índice desproporcionado de resultados adversos en comunidades empobrecidas, de bajos ingresos y minorías étnicas".

Para Tiff-Annie Kenny, investigadora de la Universidad Laval, en Canadá, las enfermedades como la diabetes o la obesidad son más comunes en individuos de bajos recursos, la inseguridad alimentaria, el cambio climático y condiciones de vivienda que dificultan cumplir con las recomendaciones sanitarias como lavarse las manos o mantener la distancia social.

La científica canadiense pidió analizar la situación a través de la lente de la sindemia, ya que desde su perspectiva nos permitirá pasar de la aproximación de la epidemiología clásica sobre el riesgo de transmisión, a una visión de la persona en su contexto social.

Dicha postura es compartida por muchos científicos que creen que para frenar el avance y el impacto del coronavirus es crucial poner atención a las condiciones sociales que hacen que ciertos grupos sean más vulnerables a la enfermedad.

Por lo que, creo que debemos poner atención a este enfoque para combatir el Covid-19, ya que en Chihuahua y el resto de México la primera oleada no ha llegado a su fin y se ha intensificado.


Por si fuera poco, dicen los científicos que el Covid-19 no es una pandemia, sino algo más grave: una sindemia.

¿Qué es eso?

El término “sindemia” es un neologismo que combina sinergia y pandemia, y está tomando mucho auge en estos últimos meses en los que el Covid-19 está tomando su segundo aire.

El concepto en mención fue desarrollado por el antropólogo médico estadounidense Merrill Singer en la década de los años 90 para explicar una situación en la que "dos o más enfermedades interactúan de forma tal que causan un daño mayor que la mera suma de estas dos enfermedades".

En una entrevista para la British Broadcasting Corporation de Londres, el creador del término afirmó que "el impacto de esta interacción está además facilitado por condiciones sociales y ambientales que juntan de alguna manera a estas dos enfermedades o hacen que la población sea más vulnerable a su impacto".

Para Singer, la interacción con el entorno social es lo que hace que no se trate sencillamente de una comorbilidad. La palabra “sindemia” surgió cuando el científico investigaba el uso de drogas en comunidades de bajos ingresos en Estados Unidos y descubrieron que muchos de quienes se inyectaban drogas sufrían una cantidad de otras enfermedades, como tuberculosis, algunas enfermedades de transmisión sexual. Así, los investigadores se empezaron a preguntar cómo éstas coexistían en el cuerpo, y concluyeron que, en algunos casos, la combinación amplificaba el daño.

El científico reveló que en el caso del Covid-19 se puede ver “cómo interactúa con una variedad de condiciones preexistentes como la diabetes, cáncer, problemas cardiacos y otros. Por lo que vemos un índice desproporcionado de resultados adversos en comunidades empobrecidas, de bajos ingresos y minorías étnicas".

Para Tiff-Annie Kenny, investigadora de la Universidad Laval, en Canadá, las enfermedades como la diabetes o la obesidad son más comunes en individuos de bajos recursos, la inseguridad alimentaria, el cambio climático y condiciones de vivienda que dificultan cumplir con las recomendaciones sanitarias como lavarse las manos o mantener la distancia social.

La científica canadiense pidió analizar la situación a través de la lente de la sindemia, ya que desde su perspectiva nos permitirá pasar de la aproximación de la epidemiología clásica sobre el riesgo de transmisión, a una visión de la persona en su contexto social.

Dicha postura es compartida por muchos científicos que creen que para frenar el avance y el impacto del coronavirus es crucial poner atención a las condiciones sociales que hacen que ciertos grupos sean más vulnerables a la enfermedad.

Por lo que, creo que debemos poner atención a este enfoque para combatir el Covid-19, ya que en Chihuahua y el resto de México la primera oleada no ha llegado a su fin y se ha intensificado.