/ viernes 21 de diciembre de 2018

Hablando de salarios y remuneraciones…

Fraseario

Aunque las discusiones por el tema de los salarios suelen ser efímeras y pasan desapercibidas para muchos. La polémica que en esa materia se desarrolló entre los poderes Ejecutivo y Judicial ha dado pie para que el análisis y reflexión sobre ese sensible tema se extienda más de lo “normal”.

Todo inició cuando, en el marco del plan de “austeridad republicana” que pretenden ascender al grado de ley, se aprobó la nueva Ley Federal de Remuneraciones de los Servidores Públicos. Es decir, cuando con esa ley se observó la importante disminución que habría en las remuneraciones de un buen número de funcionarios del Poder Judicial de la Federación. De ahí que muchos de ellos hayan promovido juicios de amparo en contra de dicha ley.

Si bien es cierto que la remuneración que reciben los jueces y magistrados del Poder Judicial de la Federación es exorbitante, también es cierto que se trata de funcionarios (como muchos otros, de otras dependencias) que debiendo ser cabalmente competentes, también debieron invertir (y deben seguir haciéndolo) en la preparación profesional que cada cargo demanda. Dicho en otras palabras: A mayor preparación, experiencia, responsabilidad que el puesto implica y buen desempeño, mayor debe ser la remuneración. Sin embargo, también es indiscutible el hecho de que esas remuneraciones no deben ser tan monstruosas como lo han sido por tanto tiempo.

Indiscutiblemente, hablar de salarios y remuneraciones en México es uno de tantos temas “de nunca acabar”. La desigualdad que en ese campo existe (por diferentes motivos) es escalofriante y es, quizás por eso, que la secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval, sugiriera (aunque ahora lo niegue) invitar al mercado (entiéndase, a los empresarios) a ajustar los sueldos con austeridad (entiéndase, bajar los sueldos). Esto, previendo -por obvias razones- la fuga de talentos del sector público (porque aunque usted, estimado lector, no lo crea, existen grandes y honestos talentos en el gobierno).

Independientemente de que, días después de la declaración hecha por la secretaria Sandoval, el gobierno de México diera a conocer un significativo incremento al salario mínimo a partir del 1 de enero de 2019, los sueldos y remuneraciones de los funcionarios seguirán “cocinándose aparte”, y eso -sin duda alguna- es un tema al que debemos darle puntual y razonado seguimiento.

Concluyo en esta ocasión, citando lo dicho alguna vez por el escritor y periodista estadounidense Stephen J. Dubner: “Si queremos que la política sea el tipo de escenario en el que estás alentando y atrayendo a personas realmente competentes que hacen un buen trabajo, porque eso es lo que deben hacer, entonces tienes que pagarles un salario acorde con eso”.

laecita.wordpress.com

laecita@gmail.com

Fraseario

Aunque las discusiones por el tema de los salarios suelen ser efímeras y pasan desapercibidas para muchos. La polémica que en esa materia se desarrolló entre los poderes Ejecutivo y Judicial ha dado pie para que el análisis y reflexión sobre ese sensible tema se extienda más de lo “normal”.

Todo inició cuando, en el marco del plan de “austeridad republicana” que pretenden ascender al grado de ley, se aprobó la nueva Ley Federal de Remuneraciones de los Servidores Públicos. Es decir, cuando con esa ley se observó la importante disminución que habría en las remuneraciones de un buen número de funcionarios del Poder Judicial de la Federación. De ahí que muchos de ellos hayan promovido juicios de amparo en contra de dicha ley.

Si bien es cierto que la remuneración que reciben los jueces y magistrados del Poder Judicial de la Federación es exorbitante, también es cierto que se trata de funcionarios (como muchos otros, de otras dependencias) que debiendo ser cabalmente competentes, también debieron invertir (y deben seguir haciéndolo) en la preparación profesional que cada cargo demanda. Dicho en otras palabras: A mayor preparación, experiencia, responsabilidad que el puesto implica y buen desempeño, mayor debe ser la remuneración. Sin embargo, también es indiscutible el hecho de que esas remuneraciones no deben ser tan monstruosas como lo han sido por tanto tiempo.

Indiscutiblemente, hablar de salarios y remuneraciones en México es uno de tantos temas “de nunca acabar”. La desigualdad que en ese campo existe (por diferentes motivos) es escalofriante y es, quizás por eso, que la secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval, sugiriera (aunque ahora lo niegue) invitar al mercado (entiéndase, a los empresarios) a ajustar los sueldos con austeridad (entiéndase, bajar los sueldos). Esto, previendo -por obvias razones- la fuga de talentos del sector público (porque aunque usted, estimado lector, no lo crea, existen grandes y honestos talentos en el gobierno).

Independientemente de que, días después de la declaración hecha por la secretaria Sandoval, el gobierno de México diera a conocer un significativo incremento al salario mínimo a partir del 1 de enero de 2019, los sueldos y remuneraciones de los funcionarios seguirán “cocinándose aparte”, y eso -sin duda alguna- es un tema al que debemos darle puntual y razonado seguimiento.

Concluyo en esta ocasión, citando lo dicho alguna vez por el escritor y periodista estadounidense Stephen J. Dubner: “Si queremos que la política sea el tipo de escenario en el que estás alentando y atrayendo a personas realmente competentes que hacen un buen trabajo, porque eso es lo que deben hacer, entonces tienes que pagarles un salario acorde con eso”.

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