/ jueves 30 de junio de 2022

¿Habrá para algunos más infiernos que este?

Esta semana la indignación y el luto nos golpean de nuevo en la cara al darse a conocer un hallazgo dantesco: 50 personas que buscando una mejor vida para ellos y los suyos encontraron la muerte de una manera que debe resultarnos humillante; condenados a un mal fin en una caja de tráiler en la que fueron trasladados sin cuidado alguno, peor que mera mercancía.

El lunes en la periferia de San Antonio se ha encontrado un vehículo de carga con placas sobrepuestas del estado de Texas cuyo contenido raya más allá del horror. Personas que logrando sobrevivir, compartieron espacio con cuerpos amontonados y que sin duda alguna fueron dejados a su suerte para su infortunio y para ser alcanzados por la asfixia y deshidratación bajo temperaturas que rondaron los 40 grados. Quienes intentaron huir lograron únicamente dejar un rastro de muerte que conduciría a una morgue sobre ruedas.

Más allá de la pavura, hay situaciones y problemas complejos que son comúnmente invisibilizados tratando esconder la crisis humanitaria que siempre significa tragedia humana. Y es que la trata de personas es una de los problemas que más lastiman y atentan contra la dignidad de las personas quienes son vistas sin distinción como un insumo más para fines que no obedecen ni reconocen más valor que el valor de algo tan vulgar como el dinero.

Tal como lo manifiesta ante esta tragedia nuestro presidente, estos hechos son una amarga evidencia y un grito más que desesperado a atender y apoyar a las personas menos favorecidas para que estando en su propia tierra no tengan que aspirar a otros horizontes poniendo en riesgo sus vidas, ya sea bajo el mote simplista de “populismo” o como se le quiera denominar, pero actuando ya por quienes han sido relegados por las administraciones, dejados tal como se ha dejado a estos migrantes, a su suerte postergando las más indignantes condiciones.

Tras la muerte de todas las personas encontradas en esa caja, se debe replantear la falta de control migratorio y la urgente necesidad de evaluar las políticas de inmigración de Estados Unidos, que bajo el mando demócrata que se ha resistido hasta el momento a revertir las duras medidas adoptadas en el pasado pero que en poco responden a la dignidad humana.

Lo ocurrido en San Antonio se ha catalogado como la peor tragedia en su tipo… pero lamentablemente cada vez la tragedia se supera en proporción y en una consecuente indiferencia. La justicia llega pronta para algunos pocos pero elige quedarse ciega para los más, quienes pasan a ser únicamente indicadores, números utilizados para el reproche y el golpeteo político.

Si bien hoy estamos de luto por lo evidente, deberíamos estar de luto por haber perdido la empatía, y el respeto a la dignidad no sólo para unos cuantos, sino para todos por el mero hecho de compartir especie. En esta entrega y muy a pesar de quien escribe, he de reconocer la razón que ha tenido Víctor Hugo al dejar para la posteridad que “El paraíso de los ricos está hecho del infierno de los pobres”.

Economista. Diputado local


Esta semana la indignación y el luto nos golpean de nuevo en la cara al darse a conocer un hallazgo dantesco: 50 personas que buscando una mejor vida para ellos y los suyos encontraron la muerte de una manera que debe resultarnos humillante; condenados a un mal fin en una caja de tráiler en la que fueron trasladados sin cuidado alguno, peor que mera mercancía.

El lunes en la periferia de San Antonio se ha encontrado un vehículo de carga con placas sobrepuestas del estado de Texas cuyo contenido raya más allá del horror. Personas que logrando sobrevivir, compartieron espacio con cuerpos amontonados y que sin duda alguna fueron dejados a su suerte para su infortunio y para ser alcanzados por la asfixia y deshidratación bajo temperaturas que rondaron los 40 grados. Quienes intentaron huir lograron únicamente dejar un rastro de muerte que conduciría a una morgue sobre ruedas.

Más allá de la pavura, hay situaciones y problemas complejos que son comúnmente invisibilizados tratando esconder la crisis humanitaria que siempre significa tragedia humana. Y es que la trata de personas es una de los problemas que más lastiman y atentan contra la dignidad de las personas quienes son vistas sin distinción como un insumo más para fines que no obedecen ni reconocen más valor que el valor de algo tan vulgar como el dinero.

Tal como lo manifiesta ante esta tragedia nuestro presidente, estos hechos son una amarga evidencia y un grito más que desesperado a atender y apoyar a las personas menos favorecidas para que estando en su propia tierra no tengan que aspirar a otros horizontes poniendo en riesgo sus vidas, ya sea bajo el mote simplista de “populismo” o como se le quiera denominar, pero actuando ya por quienes han sido relegados por las administraciones, dejados tal como se ha dejado a estos migrantes, a su suerte postergando las más indignantes condiciones.

Tras la muerte de todas las personas encontradas en esa caja, se debe replantear la falta de control migratorio y la urgente necesidad de evaluar las políticas de inmigración de Estados Unidos, que bajo el mando demócrata que se ha resistido hasta el momento a revertir las duras medidas adoptadas en el pasado pero que en poco responden a la dignidad humana.

Lo ocurrido en San Antonio se ha catalogado como la peor tragedia en su tipo… pero lamentablemente cada vez la tragedia se supera en proporción y en una consecuente indiferencia. La justicia llega pronta para algunos pocos pero elige quedarse ciega para los más, quienes pasan a ser únicamente indicadores, números utilizados para el reproche y el golpeteo político.

Si bien hoy estamos de luto por lo evidente, deberíamos estar de luto por haber perdido la empatía, y el respeto a la dignidad no sólo para unos cuantos, sino para todos por el mero hecho de compartir especie. En esta entrega y muy a pesar de quien escribe, he de reconocer la razón que ha tenido Víctor Hugo al dejar para la posteridad que “El paraíso de los ricos está hecho del infierno de los pobres”.

Economista. Diputado local