/ martes 28 de abril de 2020

Hacer lo que corresponda


“Aprendí que el coraje no era la ausencia del miedo, sino el triunfo sobre él”: Nelson Mandela


Si lo que hoy estamos viviendo en nuestra sociedad ante la pandemia por el Covid-19 no nos hace más humanos, estamos perdidos.


Porque a pesar de que hay muchos ciudadanos que aún no creen en la enfermedad provocada por el coronavirus, la verdad es que hay enfermos y personal médico, enfermeras, administradores y muchas personas que se encuentran en la primera línea de combate a la pandemia que mundialmente nos azota.


Cada quien está haciendo su trabajo. Pero así como hay ciudadanos conscientes y que adoptan las medidas sanitarias que nos señalan las autoridades en esta materia, hay otros ciudadanos que no asumen tal posición ante la duda sobre la existencia de la enfermedad, la imperiosa necesidad económica, la duda sobre efectividad de las medidas adoptadas o la evidente intención de obtener algún lucro por parte de funcionarios o gobernantes que desde arriba del ladrillo pretenden imponer medidas que trastocan la legalidad y derechos humanos de los ciudadanos.


Es necesario reforzar la delgada línea de los derechos humanos. Las revisiones “de rutina”, los toques de queda, el imponer multas o sanciones por no portar el necesario “tapabocas”, el amenazar con la cárcel a quien no cumpla los lineamientos de la autoridad o el imponer sanciones económicas a quienes pretendan viajar con más de tres personas en un vehículo trastocan las leyes vigentes y van en contra de los derechos de los ciudadanos.

No digo que no se pueda hacer, claro que se puede, sin embargo será sólo a través de los propios métodos que existen para llegar a tal fin. En este caso, los Congresos Locales, o el Congreso de la Unión tendrían que decretar el “Estado de Excepción” para delimitar acciones que estén por encima de los derechos constitucionales de los ciudadanos.


Es momento de demostrar por parte de nuestros gobernantes la credibilidad que tienen, el liderazgo que logre convencer a los ciudadanos de la necesidad de combatir la pandemia con las herramientas que nos proporcionan así como fortalecer con apoyo alimentario y económico a sus gobernados, es tiempo de trabajo y responsabilidad.


En los próximos días, seguramente estaremos ante el pico más alto de trasmisión de esta rara enfermedad que aún nos mantiene en el desconcierto y la zozobra. Lo real es que tenemos en nuestra sociedad un evento sanitario inusual ante el cual tenemos que tomar las precauciones necesarias hasta en tanto no exista un tratamiento, vacuna o medicamento para dominarlo. Cada quien debe hacer lo que le corresponda.


Correo: vicmedina@hotmail.com


“Aprendí que el coraje no era la ausencia del miedo, sino el triunfo sobre él”: Nelson Mandela


Si lo que hoy estamos viviendo en nuestra sociedad ante la pandemia por el Covid-19 no nos hace más humanos, estamos perdidos.


Porque a pesar de que hay muchos ciudadanos que aún no creen en la enfermedad provocada por el coronavirus, la verdad es que hay enfermos y personal médico, enfermeras, administradores y muchas personas que se encuentran en la primera línea de combate a la pandemia que mundialmente nos azota.


Cada quien está haciendo su trabajo. Pero así como hay ciudadanos conscientes y que adoptan las medidas sanitarias que nos señalan las autoridades en esta materia, hay otros ciudadanos que no asumen tal posición ante la duda sobre la existencia de la enfermedad, la imperiosa necesidad económica, la duda sobre efectividad de las medidas adoptadas o la evidente intención de obtener algún lucro por parte de funcionarios o gobernantes que desde arriba del ladrillo pretenden imponer medidas que trastocan la legalidad y derechos humanos de los ciudadanos.


Es necesario reforzar la delgada línea de los derechos humanos. Las revisiones “de rutina”, los toques de queda, el imponer multas o sanciones por no portar el necesario “tapabocas”, el amenazar con la cárcel a quien no cumpla los lineamientos de la autoridad o el imponer sanciones económicas a quienes pretendan viajar con más de tres personas en un vehículo trastocan las leyes vigentes y van en contra de los derechos de los ciudadanos.

No digo que no se pueda hacer, claro que se puede, sin embargo será sólo a través de los propios métodos que existen para llegar a tal fin. En este caso, los Congresos Locales, o el Congreso de la Unión tendrían que decretar el “Estado de Excepción” para delimitar acciones que estén por encima de los derechos constitucionales de los ciudadanos.


Es momento de demostrar por parte de nuestros gobernantes la credibilidad que tienen, el liderazgo que logre convencer a los ciudadanos de la necesidad de combatir la pandemia con las herramientas que nos proporcionan así como fortalecer con apoyo alimentario y económico a sus gobernados, es tiempo de trabajo y responsabilidad.


En los próximos días, seguramente estaremos ante el pico más alto de trasmisión de esta rara enfermedad que aún nos mantiene en el desconcierto y la zozobra. Lo real es que tenemos en nuestra sociedad un evento sanitario inusual ante el cual tenemos que tomar las precauciones necesarias hasta en tanto no exista un tratamiento, vacuna o medicamento para dominarlo. Cada quien debe hacer lo que le corresponda.


Correo: vicmedina@hotmail.com