/ domingo 5 de julio de 2020

¿Hacia dónde va el periodismo?



Profunda crisis económica y de confianza en la prensa


Crecen plataformas digitales y las fake news


Por pandemia, 50% de los países de la ONU violan la libertad de expresión


Gobernantes culpan al “mensajero” por sus fracasos contra el coronavirus


La pandemia afectó considerablemente la salud humana y la economía, pero además aceleró los daños a la prensa tradicional al disminuir sus ventas y lectores, mientras en otro escenario se acrecentó el consumo de noticias (muchas falsas), a través de plataformas digitales.

Y por si fuera poco, cerca del 50 por ciento de los países miembros de la Organización de las Naciones Unidas han violentado la libertad de expresión, cuyos gobernantes aprovecharon la crisis del coronavirus para “culpar y señalar al mensajero” de sus fracasos en materia de salud.

El quehacer periodístico ha sido muy demandado por la emergencia sanitaria, pero desafortunadamente para los medios es que no hay ganancias y en ese ambiente los anunciantes se preparan para una “recesión inevitable”.

Debido al impacto económico, la permanencia de algunos medios de comunicación está en riesgo, ya que se han “clausurado” ediciones; limitado el número de trabajadores, o bien cierran la empresa. Integrantes del llamado Foro Global para el Desarrollo de los Medios reportan un colapso en los ingresos que de hasta un 70 por ciento de financiamiento.

A finales del mes pasado, el Instituto Reuters de la Universidad de Oxford a través de Digital Report 2020 publicó un estudio sobre los cambios que el coronavirus ha provocado en el mundo, sobre todo en materia periodística. El documento tiene encuestas y entrevistas a periodistas, editores y consumidores de noticias de los Estados Unidos, Alemania, Argentina, Corea del Sur, España y Reino Unido.

El estudio no es muy favorable para nuestro país, en virtud de que señala que la confianza en general cayó 11 puntos, a 39%. Los periódicos y los noticieros de televisión perdieron 10 puntos como fuentes informativas y se debe al enfrentamiento entre los políticos, las noticias falsas y que no resuelven los problemas sociales, al tiempo que crecieron las llamadas redes sociales como Facebook y YouTube.

Las redes sociales superan casi tres veces la de los periódicos (70% vs 26%) Facebook (+3 puntos a 77%) y YouTube (+2 puntos a 44%). La disposición para pagar por el contenido en México apenas creció un punto, a 17%. Así las cosas en nuestra nación.

Rasmus Nielsen, director del Instituto Reuters puntualizó: “La mayoría de las personas no está pagando por el contenido en línea y dada la abundancia de alternativas gratuitas no es claro qué las haría cambiar de opinión. En un mercado así de competido, sólo el periodismo verdaderamente sobresaliente podría convencer a la gente de pagar por las noticias”.

Desde el inicio de la pandemia, la organización ciudadana “Reporteros sin Fronteras” (RSF), ha registrado violaciones al derecho de informar en 90 de los 193 países miembros de la ONU.

Ninguna región del mundo ha resistido la tentación de “controlar” o “manipular” la información relacionada con la crisis sanitaria. En las potencias, como Estados Unidos, Alemania y Reino Unido se han registrado violentas agresiones a periodistas que cubren las manifestaciones contra el racismo.

La organización RSF ha documentado cuando menos 125 ataques contra reporteros en 29 países, que incluyen expulsiones, arrestos, interrogatorios, retiros de pases de prensa y decomiso de dispositivos electrónicos.

Y en vez de “culpar al mensajero”, como lo dijo Michelle Bachelet, la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, los gobernantes “deberían de proteger a los periodistas y permitirles ofrecer información confiable, algo indispensable para luchar contra la desinformación, que no hace sino agravar la crisis”.

El presidente Donald Trump ha agredido verbalmente a ocho periodistas en sus ruedas de prensa. En Brasil y en México, tanto Jair Bolsonaro como Andrés Manuel López, se han distinguido por “atacar” o “señalar” a medios y periodistas que se atreven a cuestionar las estrategias contra la enfermedad.

El Instituto de Prensa Internacional registró 410 violaciones contra los medios, que abarcan 179 detenciones o cargos en contra de periodistas; 57 restricciones al acceso a la información; 52 casos de censura al cubrir la pandemia; 102 ataques físicos, verbales e intimidaciones.

Al respecto, Blanca Lilia Ibarra, comisionada del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales en México expresó: “Cuando se amenaza, restringe o limita la libertad de expresión, la democracia se debilita, se desprestigia y surge entonces la inmensa tentación de una regresión autoritaria”.

Ante este panorama nos preguntamos ¿hacia dónde va el periodismo?

El futuro y la sobrevivencia de los medios dependerá de gran parte del vínculo que se haga con la sociedad, sustentada en la calidad y la confianza en los contenidos. Además migrar de manera inteligente a las audiencias digitales.

Por lo que respecta a los recursos provenientes de los estados, los medios deben dejar claro que necesitan el respaldo que marca la ley y con clara independencia, pues hay riesgos de “captura” o “manipulación”. Es conveniente la sana distancia.

Los periodistas, los de la “talacha” diaria, están obligados a proporcionar información de hechos y con un sentido de responsabilidad social. Como decía el periodista británico Charles Prestwich Scott: “El comentario es libre, pero los hechos son sagrados”…


Nos pueden seguir: palabrapropia@hotmail.com twiter@palabrapropia



Profunda crisis económica y de confianza en la prensa


Crecen plataformas digitales y las fake news


Por pandemia, 50% de los países de la ONU violan la libertad de expresión


Gobernantes culpan al “mensajero” por sus fracasos contra el coronavirus


La pandemia afectó considerablemente la salud humana y la economía, pero además aceleró los daños a la prensa tradicional al disminuir sus ventas y lectores, mientras en otro escenario se acrecentó el consumo de noticias (muchas falsas), a través de plataformas digitales.

Y por si fuera poco, cerca del 50 por ciento de los países miembros de la Organización de las Naciones Unidas han violentado la libertad de expresión, cuyos gobernantes aprovecharon la crisis del coronavirus para “culpar y señalar al mensajero” de sus fracasos en materia de salud.

El quehacer periodístico ha sido muy demandado por la emergencia sanitaria, pero desafortunadamente para los medios es que no hay ganancias y en ese ambiente los anunciantes se preparan para una “recesión inevitable”.

Debido al impacto económico, la permanencia de algunos medios de comunicación está en riesgo, ya que se han “clausurado” ediciones; limitado el número de trabajadores, o bien cierran la empresa. Integrantes del llamado Foro Global para el Desarrollo de los Medios reportan un colapso en los ingresos que de hasta un 70 por ciento de financiamiento.

A finales del mes pasado, el Instituto Reuters de la Universidad de Oxford a través de Digital Report 2020 publicó un estudio sobre los cambios que el coronavirus ha provocado en el mundo, sobre todo en materia periodística. El documento tiene encuestas y entrevistas a periodistas, editores y consumidores de noticias de los Estados Unidos, Alemania, Argentina, Corea del Sur, España y Reino Unido.

El estudio no es muy favorable para nuestro país, en virtud de que señala que la confianza en general cayó 11 puntos, a 39%. Los periódicos y los noticieros de televisión perdieron 10 puntos como fuentes informativas y se debe al enfrentamiento entre los políticos, las noticias falsas y que no resuelven los problemas sociales, al tiempo que crecieron las llamadas redes sociales como Facebook y YouTube.

Las redes sociales superan casi tres veces la de los periódicos (70% vs 26%) Facebook (+3 puntos a 77%) y YouTube (+2 puntos a 44%). La disposición para pagar por el contenido en México apenas creció un punto, a 17%. Así las cosas en nuestra nación.

Rasmus Nielsen, director del Instituto Reuters puntualizó: “La mayoría de las personas no está pagando por el contenido en línea y dada la abundancia de alternativas gratuitas no es claro qué las haría cambiar de opinión. En un mercado así de competido, sólo el periodismo verdaderamente sobresaliente podría convencer a la gente de pagar por las noticias”.

Desde el inicio de la pandemia, la organización ciudadana “Reporteros sin Fronteras” (RSF), ha registrado violaciones al derecho de informar en 90 de los 193 países miembros de la ONU.

Ninguna región del mundo ha resistido la tentación de “controlar” o “manipular” la información relacionada con la crisis sanitaria. En las potencias, como Estados Unidos, Alemania y Reino Unido se han registrado violentas agresiones a periodistas que cubren las manifestaciones contra el racismo.

La organización RSF ha documentado cuando menos 125 ataques contra reporteros en 29 países, que incluyen expulsiones, arrestos, interrogatorios, retiros de pases de prensa y decomiso de dispositivos electrónicos.

Y en vez de “culpar al mensajero”, como lo dijo Michelle Bachelet, la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, los gobernantes “deberían de proteger a los periodistas y permitirles ofrecer información confiable, algo indispensable para luchar contra la desinformación, que no hace sino agravar la crisis”.

El presidente Donald Trump ha agredido verbalmente a ocho periodistas en sus ruedas de prensa. En Brasil y en México, tanto Jair Bolsonaro como Andrés Manuel López, se han distinguido por “atacar” o “señalar” a medios y periodistas que se atreven a cuestionar las estrategias contra la enfermedad.

El Instituto de Prensa Internacional registró 410 violaciones contra los medios, que abarcan 179 detenciones o cargos en contra de periodistas; 57 restricciones al acceso a la información; 52 casos de censura al cubrir la pandemia; 102 ataques físicos, verbales e intimidaciones.

Al respecto, Blanca Lilia Ibarra, comisionada del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales en México expresó: “Cuando se amenaza, restringe o limita la libertad de expresión, la democracia se debilita, se desprestigia y surge entonces la inmensa tentación de una regresión autoritaria”.

Ante este panorama nos preguntamos ¿hacia dónde va el periodismo?

El futuro y la sobrevivencia de los medios dependerá de gran parte del vínculo que se haga con la sociedad, sustentada en la calidad y la confianza en los contenidos. Además migrar de manera inteligente a las audiencias digitales.

Por lo que respecta a los recursos provenientes de los estados, los medios deben dejar claro que necesitan el respaldo que marca la ley y con clara independencia, pues hay riesgos de “captura” o “manipulación”. Es conveniente la sana distancia.

Los periodistas, los de la “talacha” diaria, están obligados a proporcionar información de hechos y con un sentido de responsabilidad social. Como decía el periodista británico Charles Prestwich Scott: “El comentario es libre, pero los hechos son sagrados”…


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