/ martes 26 de mayo de 2020

Hacia la quinta revolución industrial

Hace una semana un amigo nos recomendó un libro en donde se describe las cuatro revoluciones industriales que dieron forma al mundo de hoy, y la quinta revolución que será el “conocimiento”, y está en proceso de darse. Un punto interesante es sobre la administración del futuro, en donde se requiere imaginación política, pero con el ingrediente de la realidad. Hablar de crecimiento será parte de la historia, lo importante será la optimización de los recursos. La incertidumbre, la vitalidad, la optimización y aprender a florecer en la inestabilidad son los componentes principales de la revolución que viene. Así mismo, los cambios inevitables de la forma de ver el mundo en lo económico estarán en las reglas de los empleos, la distribución de la riqueza y el valor de la educación. Algo que tenemos que considerar, es cómo educar al humano para un nuevo mundo dominado por máquinas.

La primera revolución fue cuando la mano de obra y funcionamiento de fábricas fue sustituida por máquinas de vapor. La segunda fue después de los años 1860 cuando se inicia el uso de la energía eléctrica, “nuevos” combustibles y materias primas, “nuevos” transportes como el ferrocarril. La tercera revolución fue la llamada revolución técnico-científica entre 1965 y 1990, que está relacionada con la administración de grandes cantidades de datos, la informática y la entrada del internet. Estas tres revoluciones, por muchos años desarrollaron proceso de producción, diseño, manufactura y ventas. La base de los empleos estaba en la especialización de acuerdo con los requerimientos de la demanda.

A partir del internet y las tecnologías de información, el mundo y el empleo cambió radicalmente. La cuarta revolución la vivimos hoy, la revolución digital, sistemas inteligentes y parcialmente autónomos. Los trabajos no son iguales que antes y seguramente nunca lo serán.

En la quinta revolución, con aplicación de nuevas tecnologías y manejo de datos, se perderán muchos empleos especializados y repetitivos. Pero los automatismos generarán muchos más empleos. Los empleos serán diferentes a los que actualmente se enseñan en las escuelas. No se trata de estudiar carreras distintas, sino de entender que el mundo funciona de manera distinta. La inteligencia cognitiva será el valor más importante para conseguir empleo. La creatividad, la colaboración interdisciplinaria y el cuestionamiento, serán valores que las máquinas no podrán sustituir.

Los gobiernos siguen sin detectar las grandes oportunidades y deben de prepararse; la automatización, el acceso digital para todos, la información digital y la conectividad.

Un problema está en creer que todo crecimiento es positivo y lo que viene está principalmente en optimizar, balancear.

Más allá de una educación escolarizada y las relaciones sociales, la quinta revolución demandará competencias como: aprender a vivir en incertidumbre, desarrollar fuerza intelectual para una vitalidad extrema, con la optimización adelantarse o adaptarse a los cambios, aprender a navegar por períodos de inestabilidad, saborear la inestabilidad.

Tres serán los cambios inevitables de paradigmas económicos actuales. En cuanto al empleo, la producción será automatizada, pero la creatividad y la innovación serán tareas humanas. Para que la sociedad adopte los cambios, es necesario que la política deje atrás los discursos ideológicos y diseñe una transición que equilibre la brecha entre ricos y pobres y, entre mujeres y hombres. Hay que educar para colaborar con las máquinas, que estarán conectadas entre sí, fortaleciendo todo aquello que nos hace más humanos.

email:antonio.rios@tec.mx



Hace una semana un amigo nos recomendó un libro en donde se describe las cuatro revoluciones industriales que dieron forma al mundo de hoy, y la quinta revolución que será el “conocimiento”, y está en proceso de darse. Un punto interesante es sobre la administración del futuro, en donde se requiere imaginación política, pero con el ingrediente de la realidad. Hablar de crecimiento será parte de la historia, lo importante será la optimización de los recursos. La incertidumbre, la vitalidad, la optimización y aprender a florecer en la inestabilidad son los componentes principales de la revolución que viene. Así mismo, los cambios inevitables de la forma de ver el mundo en lo económico estarán en las reglas de los empleos, la distribución de la riqueza y el valor de la educación. Algo que tenemos que considerar, es cómo educar al humano para un nuevo mundo dominado por máquinas.

La primera revolución fue cuando la mano de obra y funcionamiento de fábricas fue sustituida por máquinas de vapor. La segunda fue después de los años 1860 cuando se inicia el uso de la energía eléctrica, “nuevos” combustibles y materias primas, “nuevos” transportes como el ferrocarril. La tercera revolución fue la llamada revolución técnico-científica entre 1965 y 1990, que está relacionada con la administración de grandes cantidades de datos, la informática y la entrada del internet. Estas tres revoluciones, por muchos años desarrollaron proceso de producción, diseño, manufactura y ventas. La base de los empleos estaba en la especialización de acuerdo con los requerimientos de la demanda.

A partir del internet y las tecnologías de información, el mundo y el empleo cambió radicalmente. La cuarta revolución la vivimos hoy, la revolución digital, sistemas inteligentes y parcialmente autónomos. Los trabajos no son iguales que antes y seguramente nunca lo serán.

En la quinta revolución, con aplicación de nuevas tecnologías y manejo de datos, se perderán muchos empleos especializados y repetitivos. Pero los automatismos generarán muchos más empleos. Los empleos serán diferentes a los que actualmente se enseñan en las escuelas. No se trata de estudiar carreras distintas, sino de entender que el mundo funciona de manera distinta. La inteligencia cognitiva será el valor más importante para conseguir empleo. La creatividad, la colaboración interdisciplinaria y el cuestionamiento, serán valores que las máquinas no podrán sustituir.

Los gobiernos siguen sin detectar las grandes oportunidades y deben de prepararse; la automatización, el acceso digital para todos, la información digital y la conectividad.

Un problema está en creer que todo crecimiento es positivo y lo que viene está principalmente en optimizar, balancear.

Más allá de una educación escolarizada y las relaciones sociales, la quinta revolución demandará competencias como: aprender a vivir en incertidumbre, desarrollar fuerza intelectual para una vitalidad extrema, con la optimización adelantarse o adaptarse a los cambios, aprender a navegar por períodos de inestabilidad, saborear la inestabilidad.

Tres serán los cambios inevitables de paradigmas económicos actuales. En cuanto al empleo, la producción será automatizada, pero la creatividad y la innovación serán tareas humanas. Para que la sociedad adopte los cambios, es necesario que la política deje atrás los discursos ideológicos y diseñe una transición que equilibre la brecha entre ricos y pobres y, entre mujeres y hombres. Hay que educar para colaborar con las máquinas, que estarán conectadas entre sí, fortaleciendo todo aquello que nos hace más humanos.

email:antonio.rios@tec.mx



ÚLTIMASCOLUMNAS
martes 18 de mayo de 2021

El poder de los sin poder

Antonio Gutiérrez Martínez

martes 11 de mayo de 2021

Tecnología y digitalización

Antonio Gutiérrez Martínez

martes 04 de mayo de 2021

Elecciones, razón vs emoción

Antonio Gutiérrez Martínez

martes 27 de abril de 2021

Nenis: microempresarias en la era digital

Antonio Gutiérrez Martínez

martes 20 de abril de 2021

Aprendiendo a vivir con la pandemia

Antonio Gutiérrez Martínez

martes 13 de abril de 2021

Startups y corporativos, una sociedad virtuosa

Antonio Gutiérrez Martínez

martes 06 de abril de 2021

Funcionarios “disque” anticorrupción

Antonio Gutiérrez Martínez

martes 30 de marzo de 2021

“Gaslighting”, base de la manipulación

Antonio Gutiérrez Martínez

martes 23 de marzo de 2021

Pequeñas inversiones, grandes impactos

Antonio Gutiérrez Martínez

martes 16 de marzo de 2021

El modelo económico “dona”

Antonio Gutiérrez Martínez

Cargar Más