Yanez_flor@hotmail.com
La vida social se encuentra en constante cambio; algunos tan profundos que conducen a un colapso y a una reestructuración del “viejo orden social”. Nos tambaleamos debido a una transformación en los valores, normas y tradiciones establecidas, conduciendo a un caos. En el pasado, los griegos estuvieron interesados en conocer el origen del mundo. Según Hesíodo lo primero que existió en el universo fue Caos, literalmente, “el vacío que se produce en una abertura” sin connotación alguna de confusión o desorden. De esa primera divinidad, surgieron todos los demás Dioses. En una sociedad, el caos es lo que sucede en los procesos expansivos y evolutivos indefectibles que ocurren, por esas modificaciones en las bases, valores, normas y tradiciones, abriendo un hueco del que surge un cambio social. Es natural y ha sido una constante a lo largo de la historia.
La supervivencia humana depende de la capacidad de adaptación al nuevo contexto que surge, así lo escribió Talcott Parsons en su obra más famosa: “La estructura de la acción social”. Augusto Compte refiere que la evolución social se compone de cambios lentos y graduales en el tiempo; también menciona la acumulación de cambios menores, que, a la larga, deriva en una transformación significativa que arrancan el orden presente. Hablar del pasado ya no es referirse a otro siglo, sino quizá tan sólo a la década anterior. Con respecto a los cambios que causan conmoción (producto de pequeños otros cambios sociales en el tiempo a los que nos hemos adaptado), podemos mencionar al matrimonio. Esta institución no sólo va en decadencia, sino que incluso, podría desaparecer. De acuerdo con el INEGI del 2010 a 2020, el porcentaje de divorcios se incrementó de 15.1% a 33%, es decir, 33 de cada 100 matrimonios terminan en divorcio. La edad promedio en la que se separan las mujeres es de 36 años y 38 los hombres. Los estados con mayor índice en este fenómeno son: Campeche 65.3%, Nuevo León 60.8%y Tamaulipas 56.9%.
Respecto a los delitos sexuales, Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) informa que cada hora se denuncian cuatro casos de abuso sexual y o violación, es decir, aproximadamente 90 al día. Las mujeres y menores de edad son las principales víctimas. Si a lo anterior le sumamos la incapacidad y la falta de profesionalización de las autoridades para investigar y esclarecer delitos, nos encontramos que vivimos en la tierra del haz lo que quieras, al cabo, “no pasa nada”. Esto lo corrobora un informe 2023 de la agencia Impunidad Cero al indicar que el 90% de los delitos que se comenten no se denuncian, y que la probabilidad de que una transgresión se esclarezca, es de tan solo un 1.2%.
Esto nos puede llevar al supuesto de estar al frente de una audiencia y “asegurar” que más del 50% de los presentes ha padecido algún tipo de abuso sexual en su viday posiblemente, podríamos estar correctos. También podría deducir con base en su edad, que ya están divorciados.
Estos son tan sólo algunos ejemplos que indican que estamos frente a un colapso social sucediendo a la velocidad de un rayo. ¿Será que nos hemos adaptado a estos fenómenos como dijo Parsons, porque “la vida aquí es así y ni modo”? ¿Será que es el nuevo orden social que se ha instaurado, por indiferencia ante lo que sucede? ¿Realmente queremos este orden? Debemos activar un estado de supervivencia y provocar un nuevo caos que nos ayude a componer el desorden en el que nos hemos acostumbrado a vivir. Se requiere generar variaciones en las condiciones existentes, que impliquen enormes diferencias en el comportamiento a futuro, así lo establece la Teoría del Caos en matemáticas, que requerimos con urgencia.
Maestra en Derechos Humanos, Consultora en resolución de conflictos Y conservación de la paz para empresas
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