/ martes 29 de marzo de 2022

Hacia una cultura de paz | La guerra a través del arte 

El arte es una creación del ser humano para expresar una visión del mundo en que se vive. A través de él se plasman emociones, sentimientos e ideas sujetas a múltiples interpretaciones, de ahí que sea subjetivo. Las guerras han sido una fuente de inspiración para representar, a través de una expresión artística, el rostro y sonidos de la guerra, imágenes del conflicto y la tragedia que acaece durante y después de la batalla. También ha representado la esperanza de sofocar la guerra y lograr un estado de paz, libertad y fraternidad, como lo logró uno de los cuadros más famosos de la historia que simboliza la Revolución de 1830 llamado “La libertad guiando al pueblo” de Eugenie Delacroix, que se encuentra en el Louvre. Otro cuadro majestuoso es “El Guernica”, de Pablo Picasso, considerado una de las obras más importantes del siglo XX. Fue pintado en 1937 y alude al bombardeo de Guernica durante la Guerra Civil Española. “Resistencia y los otros” es una pintura de Marc Chagall, elaborada durante el periodo de la Segunda Guerra Mundial, que también aborda el difícil tema de la guerra. Así podemos ver cómo el arte se convierte en un espejo de la realidad y fedatario de las tragedias que sucumben al mundo, inmortalizando en obras el sentir no sólo del artista, sino de la sociedad.


Recientemente leí un artículo sobre Daria Martchenko, una artista ucraniana que realizó un retrato de Putin utilizando 5,000 balas que fueron disparadas hace siete años, durante un conflicto entre los separatistas prorrusos, con las fuerzas de Kiev. La obra muestra al presidente ruso vestido con un traje negro y con una mirada fija y penetrante. Con ayuda de amigos pudo reunir las balas fácilmente para concluir su obra a lo que manifestó: "Desgraciadamente la guerra me da mucho material para trabajar". También diversos artistas en Lviv se han sumado para crear obras patrióticas en forma de carteles de guerra en contra de Rusia. Leí otro artículo y me resultó completamente irónico que hasta el arte en sí mismo también se haya convertido en una víctima colateral de la guerra, pues Rusia ha exigido a Italia la devolución de cuadros prestados de Tiziano y Picasso. No sé qué podría pasar si no los regresan a tiempo, espero que no sea motivo de más conflicto.

En el presente conflicto Ucrania-Rusia, el mundo se vuelve a inspirar y miles de personas han vuelto sus espejos hacia los actores, víctimas, victimarios y autores de la guerra para, a través del arte, crear otra arma más poderosa de protesta para estimular los deseos de paz, a través de emociones, sentimiento e imaginación. Lamentablemente las guerras no han podido erradicarse del planeta, por tanto, el material de inspiración para artistas brota como germen putrefacto, esperando ser transformado en arte.

A lo largo de la historia de los conflictos bélicos han surgido excepcionales obras de arte. Esperemos que por lo menos de entre las cenizas de la guerra florezca quizás una nueva corriente artística que nos movilice a transformar nuestra realidad en pro de la paz. Increíble que de entre lo más horrible pueda surgir algo hermoso también.



El arte es una creación del ser humano para expresar una visión del mundo en que se vive. A través de él se plasman emociones, sentimientos e ideas sujetas a múltiples interpretaciones, de ahí que sea subjetivo. Las guerras han sido una fuente de inspiración para representar, a través de una expresión artística, el rostro y sonidos de la guerra, imágenes del conflicto y la tragedia que acaece durante y después de la batalla. También ha representado la esperanza de sofocar la guerra y lograr un estado de paz, libertad y fraternidad, como lo logró uno de los cuadros más famosos de la historia que simboliza la Revolución de 1830 llamado “La libertad guiando al pueblo” de Eugenie Delacroix, que se encuentra en el Louvre. Otro cuadro majestuoso es “El Guernica”, de Pablo Picasso, considerado una de las obras más importantes del siglo XX. Fue pintado en 1937 y alude al bombardeo de Guernica durante la Guerra Civil Española. “Resistencia y los otros” es una pintura de Marc Chagall, elaborada durante el periodo de la Segunda Guerra Mundial, que también aborda el difícil tema de la guerra. Así podemos ver cómo el arte se convierte en un espejo de la realidad y fedatario de las tragedias que sucumben al mundo, inmortalizando en obras el sentir no sólo del artista, sino de la sociedad.


Recientemente leí un artículo sobre Daria Martchenko, una artista ucraniana que realizó un retrato de Putin utilizando 5,000 balas que fueron disparadas hace siete años, durante un conflicto entre los separatistas prorrusos, con las fuerzas de Kiev. La obra muestra al presidente ruso vestido con un traje negro y con una mirada fija y penetrante. Con ayuda de amigos pudo reunir las balas fácilmente para concluir su obra a lo que manifestó: "Desgraciadamente la guerra me da mucho material para trabajar". También diversos artistas en Lviv se han sumado para crear obras patrióticas en forma de carteles de guerra en contra de Rusia. Leí otro artículo y me resultó completamente irónico que hasta el arte en sí mismo también se haya convertido en una víctima colateral de la guerra, pues Rusia ha exigido a Italia la devolución de cuadros prestados de Tiziano y Picasso. No sé qué podría pasar si no los regresan a tiempo, espero que no sea motivo de más conflicto.

En el presente conflicto Ucrania-Rusia, el mundo se vuelve a inspirar y miles de personas han vuelto sus espejos hacia los actores, víctimas, victimarios y autores de la guerra para, a través del arte, crear otra arma más poderosa de protesta para estimular los deseos de paz, a través de emociones, sentimiento e imaginación. Lamentablemente las guerras no han podido erradicarse del planeta, por tanto, el material de inspiración para artistas brota como germen putrefacto, esperando ser transformado en arte.

A lo largo de la historia de los conflictos bélicos han surgido excepcionales obras de arte. Esperemos que por lo menos de entre las cenizas de la guerra florezca quizás una nueva corriente artística que nos movilice a transformar nuestra realidad en pro de la paz. Increíble que de entre lo más horrible pueda surgir algo hermoso también.