En el 2015 se adoptó un acuerdo internacional sin precedente para la agenda para el 2030, consistente en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS); abarcan de manera integral temas políticos, sociales, ambientales e institucionales desarrollados de manera holística. Hemos puesto énfasis en el crecimiento económico, PIB, bajar la inflación, mejorar los rendimientos y flujo de dinero, pero nos olvidamos de tomar en cuenta a la sociedad y, sobre todo, al medio ambiente. Los OCD reconocen la importancia de la lucha contra la pobreza, el cuidado del planeta y la disminución de las desigualdades. Tiene cinco elementos fundamentales: personas, no dejar a nadie atrás y dignidad de igualdad para todas las personas; planeta, protección de la tierra; prosperidad, desarrollar economías prósperas en armonía con la naturaleza; paz, propiciar sociedades pacíficas y alianzas entre los diferentes actores del mundo. Son 17, se interrelacionan entre sí, e incorporan las problemáticas y desafíos de este siglo. Lamentablemente, aún no están asegurados los derechos humanos para todas las personas, las desigualdades aumentan, el acceso a servicios básicos se dificulta y el planeta está cada vez más contaminado, con pérdida de biodiversidad, calentamiento y contaminación.
La contaminación está subestimada; ésta será el principal problema causante de conflictos y violencia del futuro próximo. La conferencia sobre calentamiento global de la ONU en Glasgow COP-26 continúa. Líderes de diversas naciones se han reunido para convenir estrategias enfocadas en reducir las emisiones de carbón, e impedir que la temperatura global supere los 1.5 grados centígrados; su desenlace será clave para enfrentar la amenaza del cambio climático en el mundo. Aunque algunos países se han comprometido a adoptar medidas para reducir las emisiones, se necesitan acciones drásticas y ambiciosas para lograrlo. Las naciones deben alejarse de manera contundente de la energía proveniente de combustibles fósiles e incrementar la energía renovable.
La contaminación afecta de manera transversal a todos, pero en especial a los grupos más vulnerables. Contaminación, pobreza y desigualdad están íntimamente relacionados, como un triángulo equilátero que, de atender cada vértice, contribuirá a la reducción de la pobreza y al reparto justo y equitativo en un mundo sano; de ahí que todos estén interrelacionados. AMLO está peleado con las energías limpias y renovables; busca “desaparecerlas” pero quiere, según el, reducir la pobreza. Cuando haya más afectaciones al medio ambiente, serán los que se encuentran en condición de pobreza los más afectados y si tomamos en cuenta que las mujeres son más pobres que los hombres, no bueno, vamos de mal en peor. Nuestras decisiones afectarán de manera directa e indirecta la construcción de una sociedad justa, sustentable y amante de la paz. Tomemos conciencia y dese nuestro campo de acción personal, hagamos lo que nos toca para frenar la contaminación y así, ayudar al cumplimiento de los otros OCD. Vamos contra reloj.
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