/ martes 16 de enero de 2018

Hechos y criterios

Una noticia implica, para quien la expresa, manifestar lo que acontece en ese momento o lo que aconteció, valiéndose de testigos y recabando información lo más fidedigna posible. Se basa en el qué (pasó), quién (intervino o es el protagonista), dónde (sucedió el hecho) y cuándo (sucedió). Luego se responde al cómo y al por qué de los hechos. Y la noticia debe tener claridad, precisión y comprensión.

Si a la noticia se le suman comentarios, opiniones, posturas, divagaciones, adjetivos que no corresponden a la realidad y otras cosas más, se pierde su sentido de noticia y se asume como pensamiento o posicionamiento de un reportero, de un comunicador, de una institución, una empresa u otro ente cualquiera.

De lo anterior podemos deducir que cuando se pretenda dar una información, la misma se deberá basar en premisas parecidas o semejantes a la noticia, sin agregados que le quiten lucidez o veracidad, sin que quienes buscan esa información se pierdan entre palabrería hueca o inútil, o escuchen, lean o vean algo que no la concreta, sino la envuelve y puede desviar la atención. Una información debe ser objetiva, fluida y entendible; además debe tener en cuenta qué y a quién se va a informar y si es de su interés.

Si junto a la información se quiere considerar qué se va a hacer con ella, qué camino tomar sobre esa base, qué soluciones se pueden asomar si esa información se fundamenta en alguna problemática, puede hacerse, pero que quienes buscan informarse de algo lo tengan en cuenta, lo consideren y sepan a qué atenerse.

El Gobierno del Estado citó a la ciudadanía a una información sobre los hechos por los cuales la Federación no había transferido recursos financieros a nuestro estado, recursos que, aprobados, se habían retenido. Se suponía que esa información contaría con las características citadas arriba y que los ciudadanos tendrían claro el contexto en que sucedieron los hechos, y una vez informados podrían tener un criterio sobre el cuál basarse para asumir alguna postura.

El asunto es que si bien la información se generó, se realizó dentro de un evento que traspasó ese fin y en cierto modo entró en la llamada politización, lo cual le resta efectividad. ¿Lo ven?

  

Una noticia implica, para quien la expresa, manifestar lo que acontece en ese momento o lo que aconteció, valiéndose de testigos y recabando información lo más fidedigna posible. Se basa en el qué (pasó), quién (intervino o es el protagonista), dónde (sucedió el hecho) y cuándo (sucedió). Luego se responde al cómo y al por qué de los hechos. Y la noticia debe tener claridad, precisión y comprensión.

Si a la noticia se le suman comentarios, opiniones, posturas, divagaciones, adjetivos que no corresponden a la realidad y otras cosas más, se pierde su sentido de noticia y se asume como pensamiento o posicionamiento de un reportero, de un comunicador, de una institución, una empresa u otro ente cualquiera.

De lo anterior podemos deducir que cuando se pretenda dar una información, la misma se deberá basar en premisas parecidas o semejantes a la noticia, sin agregados que le quiten lucidez o veracidad, sin que quienes buscan esa información se pierdan entre palabrería hueca o inútil, o escuchen, lean o vean algo que no la concreta, sino la envuelve y puede desviar la atención. Una información debe ser objetiva, fluida y entendible; además debe tener en cuenta qué y a quién se va a informar y si es de su interés.

Si junto a la información se quiere considerar qué se va a hacer con ella, qué camino tomar sobre esa base, qué soluciones se pueden asomar si esa información se fundamenta en alguna problemática, puede hacerse, pero que quienes buscan informarse de algo lo tengan en cuenta, lo consideren y sepan a qué atenerse.

El Gobierno del Estado citó a la ciudadanía a una información sobre los hechos por los cuales la Federación no había transferido recursos financieros a nuestro estado, recursos que, aprobados, se habían retenido. Se suponía que esa información contaría con las características citadas arriba y que los ciudadanos tendrían claro el contexto en que sucedieron los hechos, y una vez informados podrían tener un criterio sobre el cuál basarse para asumir alguna postura.

El asunto es que si bien la información se generó, se realizó dentro de un evento que traspasó ese fin y en cierto modo entró en la llamada politización, lo cual le resta efectividad. ¿Lo ven?