/ martes 29 de septiembre de 2020

Hitos de la Independencia. I


“La América septentrional será libre e independiente y ninguna potencia extranjera podrá afectar su soberanía”. Morelos, en “Sentimientos de la Nación”.

La lucha por nuestra Independencia enfrentó a los españoles (realistas), a los euromestizos (criollos) y a los indomestizos (la mayoría del pueblo, es decir, la clase baja). Desde su inicio (Grito de Dolores), se presentó la división entre los dirigentes de la insurgencia, Hidalgo apoyó la participación de las masas populares, es decir, peones, laboríos, mineros, sirvientes, la mayoría, indios. En cambio, los militares como: Ignacio Allende, Juan Aldama, Mariano Abasolo, sólo querían una sublevación criolla, con reducidos cuerpos de soldados y de criollos descontentos. El resultado era previsible: la derrota. Chihuahua fue la tumba de Miguel Hidalgo, y su principal fiscalía (para ir a tono con el régimen actual), fue el Clero católico. Se le acusó de todos los males que sufría la Nueva España, lo excomulgaron y el gobierno español lo condenó a muerte.

Hoy el dictador quiere actuar como inquisidor y como miembro de la Real Audiencia, al pretender juzgar a sus adversarios y enemigos. Proclama quiénes son los buenos: él y su cofradía, desde luego, y los malos: los judíos, perdón, los priistas, los panistas y los perredistas, además de los emprendedores y productores agropecuarios e industriales. Pero ya encendida la lucha por la Independencia, dos grupos insurgentes siguieron la lucha: los que buscaban la independencia total del imperio español, encabezada por: Morelos, los Galeana, Matamoros y Guerrero, que llevaron a las alturas el movimiento hasta el Congreso de Chilpancingo, y los que buscaban acciones de diálogo y medios de conciliación, con los españoles, con Ramón Rayón e Ignacio López Rayón. El oportunismo de este grupo se oponía a las acciones políticas y militares de Morelos. El jefe militar español que rechazó a estos cabecillas de los insurgentes oportunistas fue Félix María del Rey, que no pudo con las fuerzas de Morelos en Cuautla, y que preparó las acciones de la derrota, posteriormente, de Morelos, de Mariano Matamoros y de Hermenegildo Galeana.

Un oficial realista se propuso realizar carnicerías de insurgentes y de sus simpatizantes, sobre todo en la zona del Bajío: Agustín de Iturbide. Morelos, traicionado y derrotado fue capturado al igual que Hidalgo, juzgado por la Santa Inquisición, tal como hoy lo quiere hacer el dictador. Fue fusilado, después de humillarlo y excomulgarlo. En nuestra patria, el movimiento insurgente fue derrotado, dos patriotas se refugiaron, uno, en las selvas veracruzanas, Guadalupe Victoria, y el otro en las montañas de Guerrero, Vicente Guerrero, que en su honor lleva su apellido, antes fue parte del Estado de México, que continuaron la lucha, sin rendirse. Pero de ellos reflexionaremos en la próxima colaboración.


“La América septentrional será libre e independiente y ninguna potencia extranjera podrá afectar su soberanía”. Morelos, en “Sentimientos de la Nación”.

La lucha por nuestra Independencia enfrentó a los españoles (realistas), a los euromestizos (criollos) y a los indomestizos (la mayoría del pueblo, es decir, la clase baja). Desde su inicio (Grito de Dolores), se presentó la división entre los dirigentes de la insurgencia, Hidalgo apoyó la participación de las masas populares, es decir, peones, laboríos, mineros, sirvientes, la mayoría, indios. En cambio, los militares como: Ignacio Allende, Juan Aldama, Mariano Abasolo, sólo querían una sublevación criolla, con reducidos cuerpos de soldados y de criollos descontentos. El resultado era previsible: la derrota. Chihuahua fue la tumba de Miguel Hidalgo, y su principal fiscalía (para ir a tono con el régimen actual), fue el Clero católico. Se le acusó de todos los males que sufría la Nueva España, lo excomulgaron y el gobierno español lo condenó a muerte.

Hoy el dictador quiere actuar como inquisidor y como miembro de la Real Audiencia, al pretender juzgar a sus adversarios y enemigos. Proclama quiénes son los buenos: él y su cofradía, desde luego, y los malos: los judíos, perdón, los priistas, los panistas y los perredistas, además de los emprendedores y productores agropecuarios e industriales. Pero ya encendida la lucha por la Independencia, dos grupos insurgentes siguieron la lucha: los que buscaban la independencia total del imperio español, encabezada por: Morelos, los Galeana, Matamoros y Guerrero, que llevaron a las alturas el movimiento hasta el Congreso de Chilpancingo, y los que buscaban acciones de diálogo y medios de conciliación, con los españoles, con Ramón Rayón e Ignacio López Rayón. El oportunismo de este grupo se oponía a las acciones políticas y militares de Morelos. El jefe militar español que rechazó a estos cabecillas de los insurgentes oportunistas fue Félix María del Rey, que no pudo con las fuerzas de Morelos en Cuautla, y que preparó las acciones de la derrota, posteriormente, de Morelos, de Mariano Matamoros y de Hermenegildo Galeana.

Un oficial realista se propuso realizar carnicerías de insurgentes y de sus simpatizantes, sobre todo en la zona del Bajío: Agustín de Iturbide. Morelos, traicionado y derrotado fue capturado al igual que Hidalgo, juzgado por la Santa Inquisición, tal como hoy lo quiere hacer el dictador. Fue fusilado, después de humillarlo y excomulgarlo. En nuestra patria, el movimiento insurgente fue derrotado, dos patriotas se refugiaron, uno, en las selvas veracruzanas, Guadalupe Victoria, y el otro en las montañas de Guerrero, Vicente Guerrero, que en su honor lleva su apellido, antes fue parte del Estado de México, que continuaron la lucha, sin rendirse. Pero de ellos reflexionaremos en la próxima colaboración.