/ miércoles 18 de agosto de 2021

Hong Kong y la prosperidad

Por: Miguel A. Cervantes

Con la participación de Víctor H. Becerra

Hong Kong ha sido la economía más libre del mundo. Así lo refleja el Índice de Libertad Económica del Instituto Fraser, desde que fue lanzado el reporte. También, o por consecuencia de ello, Hong Kong ha sido una de las economías con más crecimiento económico. En 1961 el PIB per cápita era de $3,381 (dólares de 2010). Para el 2018, su PIB per cápita fue de $38,785. Todo este milagro a pesar de no contar con recursos naturales.

Desde el inicio, cuando Hong Kong fue cedido a Inglaterra por el tratado de Nanking, y en 1842 se establecieron los principios fundamentales del libre mercado: Se abolieron monopolios, se abrieron los puertos chinos, etc. El primer gobernador de Hong Kong puso impuestos mínimos, y el Estado sólo se encargaba de asegurar los derechos de propiedad, respetando las tradiciones locales. Hong Kong fue el único territorio del imperio britanico donde barcos de otras naciones podían anclar.

Al final de la Segunda Guerra Mundial, Hong Kong estaba devastado, ya que había sido ocupado por los japoneses. Después de la guerra de Corea (1950-1953), el comercio con China continental disminuyó, ya que había un embargo comercial a ese país. Anteriormente Hong Kong servía sólo como almacén entre el resto del mundo y China. A partir de entonces, Hong Kong tuvo una oportunidad y se reinventó.

De acuerdo con Jean-François Minardi, Hong Kong recibió refugiados que huían de la guerra civil en China, en búsqueda de empleo, así como al empresariado que huía de Shanghái, la gran ciudad del conocimiento y capital en aquella época. Este oasis de libertad permitió que los capitales chinos no fueran destruidos por las políticas de Mao. Entonces Hong Kong empezó a fabricar manufacturas.

Con la pequeña apertura que China comienza a tener a finales de los 1970 y el establecimiento de zonas económicas especiales, Hong Kong empieza a relocalizar sus industrias en la provincia de Guangdong. De ahí en adelante la economía de Hong Kong se basó en servicios de alto valor agregado como las finanzas, los conocimientos gerenciales, la logística, la consultoría de negocios, el comercio internacional, etc. De ese modo, Hong Kong se convirtió en el puente entre China y el mundo. Los inversionistas que querían hacer negocios en China lo hacían a través de Hong Kong, por tener la common law británica y garantizar el respeto a los contratos. También sirvió a los empresarios chinos que buscaban nuevos mercados internacionales.

En 1997, el Reino Unido regresó Hong Kong a China, pero se hizo un acuerdo para que Hong Kong mantuviera una política de “un país, dos sistemas” por 50 años, como una forma de adaptarse gradualmente, garantizando el mejor arreglo institucional posible para mantener la prosperidad y la estabilidad de la isla. Empero, la legislación (el llamado estatuto corto de la Ley Básica de Hong Kong) establece que en 2047 Hong Kong se integrará plenamente a China y no está claro qué pasará con ese arreglo, aunque China ya interviene cada vez más en la política hongkonesa, lo que explica parte de los disturbios actuales.

Por: Miguel A. Cervantes

Con la participación de Víctor H. Becerra

Hong Kong ha sido la economía más libre del mundo. Así lo refleja el Índice de Libertad Económica del Instituto Fraser, desde que fue lanzado el reporte. También, o por consecuencia de ello, Hong Kong ha sido una de las economías con más crecimiento económico. En 1961 el PIB per cápita era de $3,381 (dólares de 2010). Para el 2018, su PIB per cápita fue de $38,785. Todo este milagro a pesar de no contar con recursos naturales.

Desde el inicio, cuando Hong Kong fue cedido a Inglaterra por el tratado de Nanking, y en 1842 se establecieron los principios fundamentales del libre mercado: Se abolieron monopolios, se abrieron los puertos chinos, etc. El primer gobernador de Hong Kong puso impuestos mínimos, y el Estado sólo se encargaba de asegurar los derechos de propiedad, respetando las tradiciones locales. Hong Kong fue el único territorio del imperio britanico donde barcos de otras naciones podían anclar.

Al final de la Segunda Guerra Mundial, Hong Kong estaba devastado, ya que había sido ocupado por los japoneses. Después de la guerra de Corea (1950-1953), el comercio con China continental disminuyó, ya que había un embargo comercial a ese país. Anteriormente Hong Kong servía sólo como almacén entre el resto del mundo y China. A partir de entonces, Hong Kong tuvo una oportunidad y se reinventó.

De acuerdo con Jean-François Minardi, Hong Kong recibió refugiados que huían de la guerra civil en China, en búsqueda de empleo, así como al empresariado que huía de Shanghái, la gran ciudad del conocimiento y capital en aquella época. Este oasis de libertad permitió que los capitales chinos no fueran destruidos por las políticas de Mao. Entonces Hong Kong empezó a fabricar manufacturas.

Con la pequeña apertura que China comienza a tener a finales de los 1970 y el establecimiento de zonas económicas especiales, Hong Kong empieza a relocalizar sus industrias en la provincia de Guangdong. De ahí en adelante la economía de Hong Kong se basó en servicios de alto valor agregado como las finanzas, los conocimientos gerenciales, la logística, la consultoría de negocios, el comercio internacional, etc. De ese modo, Hong Kong se convirtió en el puente entre China y el mundo. Los inversionistas que querían hacer negocios en China lo hacían a través de Hong Kong, por tener la common law británica y garantizar el respeto a los contratos. También sirvió a los empresarios chinos que buscaban nuevos mercados internacionales.

En 1997, el Reino Unido regresó Hong Kong a China, pero se hizo un acuerdo para que Hong Kong mantuviera una política de “un país, dos sistemas” por 50 años, como una forma de adaptarse gradualmente, garantizando el mejor arreglo institucional posible para mantener la prosperidad y la estabilidad de la isla. Empero, la legislación (el llamado estatuto corto de la Ley Básica de Hong Kong) establece que en 2047 Hong Kong se integrará plenamente a China y no está claro qué pasará con ese arreglo, aunque China ya interviene cada vez más en la política hongkonesa, lo que explica parte de los disturbios actuales.