/ miércoles 13 de noviembre de 2019

Hubris

¿Conoces a alguien que tenga estas características?

· Propensión narcisista a ver el mundo como un escenario donde ejercitar el poder y buscar la gloria

· Tendencia a realizar acciones para autoglorificarse y ensalzar y mejorar su propia imagen

· Preocupación desmedida por la imagen y la presentación

· Modo mesiánico de hablar sobre asuntos corrientes y tendencia a la exaltación

· Identificación con la nación, el estado y la organización

· Tendencia a hablar de sí mismo en tercera persona y usar la forma regia de nosotros

· Excesiva confianza en su propio juicio y desprecio por el de los demás

· Autoconfianza exagerada, tendencia a la omnipotencia

· Creencia de que no deben rendir cuentas a sus iguales, colegas o a la sociedad, sino ante cortes más elevadas: la historia o Dios

· Creencia firme de que dicha corte les absolverá

· Pérdida de contacto con la realidad: aislamiento progresivo

· Inquietud, imprudencia, impulsividad

· Convencimiento de la rectitud moral de sus propuestas ignorando los costos

· Incompetencia “hubrística” por excesiva autoconfianza y falta de atención a los detalles


Si tu respuesta es afirmativa y te recuerda a alguien, o a algunos, permíteme decirte que estas personas o persona padecen el Síndrome de Hubris, (proviene del griego hybris y se refiere al comportamiento de un poderoso arrogante y soberbio), es decir un padecimiento que se desarrolla en las personas que tienen poder, muy visible en los políticos.

Este trastorno fue clasificado por el médico británico David Owen, bautizándolo como el Síndrome de Hubris o adicción al poder, estas personas se sienten capaces de realizar grandes tareas, creen saberlo todo y que de ellos se esperan grandes cosas, sienten y expresan desprecio por los demás y actúan en contra del sentido común.

La cura para estas personas… que pierdan el poder.

Te recomiendo su libro “En el poder y en la enfermedad: Enfermedades de jefes de Estado y de Gobierno en los últimos cien años”.

A mí si me recuerda a alguien, ¿a ti?

Gracias por leerme @MarAlmeyda comentariosaloescrito@gmail.com


¿Conoces a alguien que tenga estas características?

· Propensión narcisista a ver el mundo como un escenario donde ejercitar el poder y buscar la gloria

· Tendencia a realizar acciones para autoglorificarse y ensalzar y mejorar su propia imagen

· Preocupación desmedida por la imagen y la presentación

· Modo mesiánico de hablar sobre asuntos corrientes y tendencia a la exaltación

· Identificación con la nación, el estado y la organización

· Tendencia a hablar de sí mismo en tercera persona y usar la forma regia de nosotros

· Excesiva confianza en su propio juicio y desprecio por el de los demás

· Autoconfianza exagerada, tendencia a la omnipotencia

· Creencia de que no deben rendir cuentas a sus iguales, colegas o a la sociedad, sino ante cortes más elevadas: la historia o Dios

· Creencia firme de que dicha corte les absolverá

· Pérdida de contacto con la realidad: aislamiento progresivo

· Inquietud, imprudencia, impulsividad

· Convencimiento de la rectitud moral de sus propuestas ignorando los costos

· Incompetencia “hubrística” por excesiva autoconfianza y falta de atención a los detalles


Si tu respuesta es afirmativa y te recuerda a alguien, o a algunos, permíteme decirte que estas personas o persona padecen el Síndrome de Hubris, (proviene del griego hybris y se refiere al comportamiento de un poderoso arrogante y soberbio), es decir un padecimiento que se desarrolla en las personas que tienen poder, muy visible en los políticos.

Este trastorno fue clasificado por el médico británico David Owen, bautizándolo como el Síndrome de Hubris o adicción al poder, estas personas se sienten capaces de realizar grandes tareas, creen saberlo todo y que de ellos se esperan grandes cosas, sienten y expresan desprecio por los demás y actúan en contra del sentido común.

La cura para estas personas… que pierdan el poder.

Te recomiendo su libro “En el poder y en la enfermedad: Enfermedades de jefes de Estado y de Gobierno en los últimos cien años”.

A mí si me recuerda a alguien, ¿a ti?

Gracias por leerme @MarAlmeyda comentariosaloescrito@gmail.com