/ jueves 15 de noviembre de 2018

Ideología de género

La ideología de género se define como toda propuesta teórica o práctica que defiende que las diferencias entre el hombre y la mujer, a pesar de las obvias diferencias anatómicas, no corresponden a una naturaleza fija, sino que son construcciones meramente culturales, hechas según los roles y estereotipos que cada sociedad asigna a los sexos, con la intención, eventualmente, de que toda práctica sexual ya no sea limitada o prohibida por la familia y la religión, influyendo en la opinión pública para crear políticas de Estado que le sean favorables.

¿Se ha llegado a aplicar, en serio, algo de esta política de igualdad de género en la historia? ¿Qué resultados se han obtenido? De acuerdo a los autores Nicolás Márquez y Agustín Laje en su Libro Negro de la Nueva Izquierda, los doctores Mijail y August Stern ofrecen evidencia de que esto arranca con fuerza en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) durante la década de 1920, cuando se empezó a despojar al amor de todo componente espiritual y moral. Ahí existieron decretos donde las muchachas eran declaradas propiedad estatal a partir de los dieciocho años.

La elección de marido y mujer podía realizarse una vez al mes y el fruto de la unión era propiedad del Estado. Aquella mujer que no se casaba era obligada a inscribirse en una oficina de “amor libre”. Este “comunismo sexual”, que el Estado debía atender y planificar, incluía marchas de desnudez, “ligas de amor libre”, cabinas públicas para tener relaciones sexuales, etc. La mujer que se resistía a los deseos de un hombre era considerada burguesa. Todo se resume en que la legislación y el esfuerzo del Estado soviético, en el periodo leninista, se centró en destruir a la familia.

Al destruir a la familia se terminaba con uno de los resguardos más importantes frente a la intromisión del Estado. Los resultados inesperados de una familia destrozada era tener, según los comentarios de mujeres acerca de su relación conyugal en la revista soviética La Gaceta Literaria de 1977, a un “jefe de familia” como niño caprichoso o a un “león rugiente” que maltrata a su mujer por minucias, conflictos sistemáticos que rondaban el 74% de las familias estudiadas por los Stern. Eliminar la propiedad privada no liberó a la mujer: violencia y violaciones fueron constantes.

El aborto en la URSS es digno de ser subrayado. Se convertiría en el primero de todos los medios contraconceptivos. Según los doctores Stern, de 1922 a 1926 se cuadruplicó el número de abortos y para 1934 “se registra en Moscú un nacimiento por cada tres abortos, y en el campo… tres abortos por cada dos nacimientos”. No sorprende que la “sexualidad libre”, una familia desintegrada, prostitución como soborno o moneda de cambio y el aborto, produjeran un descenso impresionante de la tasa de natalidad: pasó de un 45.5% en 1913 a un 26.7% en 1950.

La pérdida de población por las guerras mundiales, hambrunas, y matanzas, dio marcha atrás, por Stalin, de esta política de desintegración social. Pero esta experiencia dejó al régimen soviético un “arma cultural” de gran relevancia contra los enemigos del comunismo, un proceso que ex agentes de la KGB calificarían como “subversión ideológica”, “guerra psicológica”, “desmoralización”, que gracias a la falta de estándares morales, permite ahora desestabilizar instituciones políticas y económicas en favor de las ideologías de género de izquierda, con sus tristes consecuencias.

agusperezr@hotmail.com



La ideología de género se define como toda propuesta teórica o práctica que defiende que las diferencias entre el hombre y la mujer, a pesar de las obvias diferencias anatómicas, no corresponden a una naturaleza fija, sino que son construcciones meramente culturales, hechas según los roles y estereotipos que cada sociedad asigna a los sexos, con la intención, eventualmente, de que toda práctica sexual ya no sea limitada o prohibida por la familia y la religión, influyendo en la opinión pública para crear políticas de Estado que le sean favorables.

¿Se ha llegado a aplicar, en serio, algo de esta política de igualdad de género en la historia? ¿Qué resultados se han obtenido? De acuerdo a los autores Nicolás Márquez y Agustín Laje en su Libro Negro de la Nueva Izquierda, los doctores Mijail y August Stern ofrecen evidencia de que esto arranca con fuerza en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) durante la década de 1920, cuando se empezó a despojar al amor de todo componente espiritual y moral. Ahí existieron decretos donde las muchachas eran declaradas propiedad estatal a partir de los dieciocho años.

La elección de marido y mujer podía realizarse una vez al mes y el fruto de la unión era propiedad del Estado. Aquella mujer que no se casaba era obligada a inscribirse en una oficina de “amor libre”. Este “comunismo sexual”, que el Estado debía atender y planificar, incluía marchas de desnudez, “ligas de amor libre”, cabinas públicas para tener relaciones sexuales, etc. La mujer que se resistía a los deseos de un hombre era considerada burguesa. Todo se resume en que la legislación y el esfuerzo del Estado soviético, en el periodo leninista, se centró en destruir a la familia.

Al destruir a la familia se terminaba con uno de los resguardos más importantes frente a la intromisión del Estado. Los resultados inesperados de una familia destrozada era tener, según los comentarios de mujeres acerca de su relación conyugal en la revista soviética La Gaceta Literaria de 1977, a un “jefe de familia” como niño caprichoso o a un “león rugiente” que maltrata a su mujer por minucias, conflictos sistemáticos que rondaban el 74% de las familias estudiadas por los Stern. Eliminar la propiedad privada no liberó a la mujer: violencia y violaciones fueron constantes.

El aborto en la URSS es digno de ser subrayado. Se convertiría en el primero de todos los medios contraconceptivos. Según los doctores Stern, de 1922 a 1926 se cuadruplicó el número de abortos y para 1934 “se registra en Moscú un nacimiento por cada tres abortos, y en el campo… tres abortos por cada dos nacimientos”. No sorprende que la “sexualidad libre”, una familia desintegrada, prostitución como soborno o moneda de cambio y el aborto, produjeran un descenso impresionante de la tasa de natalidad: pasó de un 45.5% en 1913 a un 26.7% en 1950.

La pérdida de población por las guerras mundiales, hambrunas, y matanzas, dio marcha atrás, por Stalin, de esta política de desintegración social. Pero esta experiencia dejó al régimen soviético un “arma cultural” de gran relevancia contra los enemigos del comunismo, un proceso que ex agentes de la KGB calificarían como “subversión ideológica”, “guerra psicológica”, “desmoralización”, que gracias a la falta de estándares morales, permite ahora desestabilizar instituciones políticas y económicas en favor de las ideologías de género de izquierda, con sus tristes consecuencias.

agusperezr@hotmail.com