/ martes 16 de abril de 2019

Inconcebible

En mi experiencia de ir recogiendo basura, me surgen sentimientos variados que tienen que ver con lo inconcebible de lo que me encuentro. A veces me da lástima, en ocasiones coraje, muchas veces asco, otras tristeza, impotencia, y por supuesto frustración.

El problema de la actitud de tirar basura al ahi se va, es ante todo resultado de mucha ignorancia, no saber que esta acción lastima al medioambiente y que un medioambiente contaminado no es capaz de darnos todas las bondades indispensables para la vida, la salud y la paz. Otra actitud es la de ¡Me vale! Se sabe de la contaminación y sus consecuencias, se tiene la suficiente información pero una postura autodestructiva consciente lleva a ignorar sugerencias de cuidar el medioambiente ¡No me quiero a mí mismo, qué fregados voy a apreciar lo demás!

El ensuciar un espacio que es para todos es una falta de respeto hacia Dios, hacia los demás y hacia nosotros mismos. Este hermoso planeta está para vivir y saciar las necesidades de los sentidos que nos conectan con lo que hay y lo que necesitamos. La vista, el oído, el olfato, el gusto, el tacto, todos en conjunto disfrutando del ofrecimiento de la admirable naturaleza y la funcionalidad de lo hecho por el hombre. A estos cinco sentidos yo agregaría el sentido de responsabilidad social, somos parte de un conjunto que vive desde los milagros naturales y la destreza creativa y operativa de los inventos y edificaciones del ser humano. ¡Hay que cuidarlos!

Nos movemos constantemente de un lugar a otro decidiendo qué huella dejar, y como todavía no se entiende con claridad la urgencia de ver por el medioambiente, los que manejan las sociedades han de hacer lo necesario para poner consecuencias legales a los que no cumplan con el deber de hacerse responsables de su basura, porque sólo cuando se responsabiliza a un individuo de lo que tira, es cuando éste reacciona ante el problema.

Les comparto algo de lo que me encuentro y que con sólo una pequeña acción se puede evitar o aminorar.

Botellas de refresco o agua, llenas de orina ¿A quién se le ocurre hacer esto? Porque en un momento de emergencia se puede orinar en la tierra, la urea en dosis pequeñas es inclusive buena para el subsuelo.

Cientos de tapas de botellas tanto de plástico como metálicas están esparcidas por todos lados ¿Será mucho pedir que al terminar la bebida se deseche la botella con la tapa puesta? Colillas de cigarro ¡Ese tremendo hábito de terminar de fumar y tirar la colilla en cualquier lugar donde se está! ¿Qué no podrán apagarla y luego desecharla en algún bote de basura?

Las botellas de plástico traen una etiqueta también de plástico, un papelito que se desprende y ahí queda como un rastro caprichoso de las embotelladoras. ¿Qué no tendremos con el logo que trae la tapa para identificar la marca y el nombre del producto?

Muchos terrenos baldíos están saturados de bolsas de plástico atrapadas en los mezquites, atoradas en ramas de lechos de arroyos. ¿Será mucho pedir en pro de la naturaleza que evitemos las bolsas de plástico? ¡Que nos cuesta llevar unas bolsitas de tela para reusarlas en las compras! Y sobre todo adoptar la frase: Sin bolsa por favor, en las miles de veces que ésta es totalmente innecesaria.

Papel sanitario embarrado de popó y demás. Se supone que hacer necesidades de desecho al aire libre está prohibido, pero si llega el momento en que no hay otra opción ¿Por qué no ir a un lugar alejado fuera del tráfico humano? ¿Por qué no buscar una piedra de buen tamaño para esconder debajo el producto y el papel utilizado?

Popotes ¿Acaso es necesario el popote? ¿Qué no podemos tomar la bebida directo del vaso? ¡Sin popote! es otra frase que urge que adoptemos.

Botellas y latas de bebidas alcohólicas ¿Por qué no dejarlas en un lugarcito apiladas en vez de ese tiradero por todos lados?

P.D. Mucho de lo que tiramos es basura reciclable, pero si no lo desechamos adecuadamente y en lugares accesibles, se pierde la oportunidad de reusar el material. Al tirar la basura como se debe y donde se debe, estamos ayudando de muchas maneras, primeramente evitando contaminación y dando oportunidad al reciclaje que favorece económicamente a muchas personas.

En mi experiencia de ir recogiendo basura, me surgen sentimientos variados que tienen que ver con lo inconcebible de lo que me encuentro. A veces me da lástima, en ocasiones coraje, muchas veces asco, otras tristeza, impotencia, y por supuesto frustración.

El problema de la actitud de tirar basura al ahi se va, es ante todo resultado de mucha ignorancia, no saber que esta acción lastima al medioambiente y que un medioambiente contaminado no es capaz de darnos todas las bondades indispensables para la vida, la salud y la paz. Otra actitud es la de ¡Me vale! Se sabe de la contaminación y sus consecuencias, se tiene la suficiente información pero una postura autodestructiva consciente lleva a ignorar sugerencias de cuidar el medioambiente ¡No me quiero a mí mismo, qué fregados voy a apreciar lo demás!

El ensuciar un espacio que es para todos es una falta de respeto hacia Dios, hacia los demás y hacia nosotros mismos. Este hermoso planeta está para vivir y saciar las necesidades de los sentidos que nos conectan con lo que hay y lo que necesitamos. La vista, el oído, el olfato, el gusto, el tacto, todos en conjunto disfrutando del ofrecimiento de la admirable naturaleza y la funcionalidad de lo hecho por el hombre. A estos cinco sentidos yo agregaría el sentido de responsabilidad social, somos parte de un conjunto que vive desde los milagros naturales y la destreza creativa y operativa de los inventos y edificaciones del ser humano. ¡Hay que cuidarlos!

Nos movemos constantemente de un lugar a otro decidiendo qué huella dejar, y como todavía no se entiende con claridad la urgencia de ver por el medioambiente, los que manejan las sociedades han de hacer lo necesario para poner consecuencias legales a los que no cumplan con el deber de hacerse responsables de su basura, porque sólo cuando se responsabiliza a un individuo de lo que tira, es cuando éste reacciona ante el problema.

Les comparto algo de lo que me encuentro y que con sólo una pequeña acción se puede evitar o aminorar.

Botellas de refresco o agua, llenas de orina ¿A quién se le ocurre hacer esto? Porque en un momento de emergencia se puede orinar en la tierra, la urea en dosis pequeñas es inclusive buena para el subsuelo.

Cientos de tapas de botellas tanto de plástico como metálicas están esparcidas por todos lados ¿Será mucho pedir que al terminar la bebida se deseche la botella con la tapa puesta? Colillas de cigarro ¡Ese tremendo hábito de terminar de fumar y tirar la colilla en cualquier lugar donde se está! ¿Qué no podrán apagarla y luego desecharla en algún bote de basura?

Las botellas de plástico traen una etiqueta también de plástico, un papelito que se desprende y ahí queda como un rastro caprichoso de las embotelladoras. ¿Qué no tendremos con el logo que trae la tapa para identificar la marca y el nombre del producto?

Muchos terrenos baldíos están saturados de bolsas de plástico atrapadas en los mezquites, atoradas en ramas de lechos de arroyos. ¿Será mucho pedir en pro de la naturaleza que evitemos las bolsas de plástico? ¡Que nos cuesta llevar unas bolsitas de tela para reusarlas en las compras! Y sobre todo adoptar la frase: Sin bolsa por favor, en las miles de veces que ésta es totalmente innecesaria.

Papel sanitario embarrado de popó y demás. Se supone que hacer necesidades de desecho al aire libre está prohibido, pero si llega el momento en que no hay otra opción ¿Por qué no ir a un lugar alejado fuera del tráfico humano? ¿Por qué no buscar una piedra de buen tamaño para esconder debajo el producto y el papel utilizado?

Popotes ¿Acaso es necesario el popote? ¿Qué no podemos tomar la bebida directo del vaso? ¡Sin popote! es otra frase que urge que adoptemos.

Botellas y latas de bebidas alcohólicas ¿Por qué no dejarlas en un lugarcito apiladas en vez de ese tiradero por todos lados?

P.D. Mucho de lo que tiramos es basura reciclable, pero si no lo desechamos adecuadamente y en lugares accesibles, se pierde la oportunidad de reusar el material. Al tirar la basura como se debe y donde se debe, estamos ayudando de muchas maneras, primeramente evitando contaminación y dando oportunidad al reciclaje que favorece económicamente a muchas personas.

ÚLTIMASCOLUMNAS